Acción y consecuencia

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Nahoya se concentró en el ruido a su alrededor para identificar en dónde se encontraba su captor. Escuchó acercarse a él desde su flanco derecho.

—No sabía que te gustaban los jueguitos sucios— gruñó sintiendo la esencia de Ran aún más cerca.

—No estabas cooperando, cariño— dijo acariciando su mentón con un dedo—. Necesito tus plumas, y las conseguiré a cualquier costo.

El pelinaranja estaba al tanto de la necesidad de Ran por conseguir varias plumas debido a que alguien más se las había solicitado a cambio de un gran favor. Pero Nahoya no estaba dispuesto a cederlas tan fácilmente. El "humano" logró noquear al espíritu en una pequeña distracción y se lo llevó a su apartamento con la intención de torturarlo para lograr que Nahoya mostrara sus alas. Pero entonces pensó en algo que sería más efectivo.

Ran se aseguró que la venda oscura cubriera bien los ojos de Nahoya. La experiencia debía ser lo suficientemente intensa como para hacer perder el control al espíritu de su propio cuerpo y así conseguir las preciadas plumas.

—Nuestro tiempo en la tierra se acaba— susurró subiendo a la cama donde mantenía amarrado a Nahoya desde sus cuatro extremidades—. Él prometió que si le llevábamos las plumas, evitaría que desapareciéramos de este mundo.

Nahoya se removió al sentir la mano del más alto posarse entre sus piernas, rozando con sus dedos su entrada. Se estremeció cuando un líquido frío chorreó desde su miembro hasta la zona entre sus glúteos. Ran se atrevió a besarlo para distraerlo al momento de insertar uno de sus dedos.

—¡Hijo de puta!— gruñó divertido limpiando su boca. Nahoya le mordió con tanta fuerza que su labio inferior terminó sangrando—. ¿En verdad quieres llevar esto tan lejos?

El espíritu pudo sentir el sufrimiento de Ran. El humano no estaba feliz con lo que estaba haciendo. Inclusive, en su esencia podía sentir mucho miedo y desesperación. Y a pesar de todo, Nahoya guardó silencio. Ran insertó un segundo dedo en su retaguardia, cosa que provocó que el pelinaranja dejara escapar lo que pareció una mezcla de un gemido con un quejido de dolor.

—No quería llegar a este punto— dijo con frustración evidente, agarrando desde el cuello al chico—. Lo lamento mucho, amor mío.

Ran peinó su cabello hacia atrás, luego de haber limpiado sus ojos con el dorso de su mano

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Ran peinó su cabello hacia atrás, luego de haber limpiado sus ojos con el dorso de su mano. Había hecho algo horrible. Nahoya dormía a su lado casi en un estado de inconsciencia debido al agotamiento al que lo había llevado el humano.

—Espero que nunca me perdones por lo que te hice— susurró acariciando su rostro, tragándose las ganas de llorar una vez más.

Terminó de vestirse con sigilo. Colocó las plumas que arrancó de Nahoya dentro de un maletín.

—Nadie puede detener tu transformación en mortal... ni siquiera Izana— dijo el pelinaranja antes de que Ran saliera de la habitación—. Mis plumas sólo te curarán, pero no detendrán el paso del tiempo en ti...o en tu hermano. Ya no hay salvación para ustedes.

Ran regresó hasta Nahoya, cargado en furia. Pero un fuerte destello interrumpió su caminar. Un chico de cabellos rosas se interpuso entre ambos. Nahoya estiró su mano al espíritu de la justicia para que pudiese sacarle de ese lugar. Haruchiyo había acudido a su llamado por ayuda. El humano retrocedió un par de pasos cuando una espada fue blandida frente a su rostro.

El chico alto cayó de rodillas luego de un giro inesperado cuando Haruchiyo utilizó su espada para cortar el ala de Nahoya de la cual habían sido arrancadas sus plumas. El grito que el espíritu dió sería algo que perduraría toda su vida en su cabeza. Ante la asombrada mirada del humano, las plumas del ala cercenada comenzaron a cambiar de color lentamente hasta quedar de un tono grisáceo.

—Sus plumas ya no te servirán— dijo Haruchiyo cargando en sus brazos a Nahoya que lloraba de dolor, aferrado a la reciente herida en su espalda.

Ran vio cómo Haruchiyo le daba la espalda antes de extender la única ala que aún conservaba, para luego desaparecer junto con Nahoya.

El humano revisó dentro del maletín y se encontró con un puñado de plumas grisáceas, que luego, poco a poco, empezaron a convertirse en polvo.

El humano revisó dentro del maletín y se encontró con un puñado de plumas grisáceas, que luego, poco a poco, empezaron a convertirse en polvo

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Manjiro sacó una de sus propias plumas para entregársela a Nahoya y así detener el incesante sangrado de su espalda.

—No tuve otra opción— dijo Haruchiyo arrodillado frente al Gran Espíritu—. Perdóneme, Líder.

—Cuando ese humano muera, encargarte de su alma— dijo el rubio acariciando la cabeza del espíritu del júbilo, que parecía estar en estado de shock aún—. La vida de Nahoya se acortó a la mitad gracias a él.

—Perdóneme, Líder— susurró el pelinaranja tocando la zona donde antes estuvo su ala derecha—. Creí que podría hacerlo regresar...

Nahoya entendió de muy mala forma la razón por la que Manjiro detestaba a los humanos. Eran egoístas y siempre se moverían por conseguir sus propios objetivos, sin importarles lastimar a alguien por aquello.

Manjiro pudo ver en la expresión de Nahoya la misma que mucho tiempo atrás había visto en Haruchiyo. el espíritu de la justicia se había enamorado de un humano, quien no dudó en traicionarlo con tal de conseguir sus preciadas plumas para venderlas a un alto precio. El Gran Líder tuvo que cortar el ala de Haruchiyo para evitar que aquel hombre concretara su último negocio. Ese fue el día en que el espíritu comenzó a compartir el resentimiento hacia los seres humanos.

—Souya...corre el mismo riesgo— dijo Nahoya tratando de ponerse de pie.

—Ya envié a Ken por él— dijo Manjiro con voz serena—. Sólo esperemos que no tengamos que lamentar la pérdida de otra ala.

Nahoya le pidió al Líder poder permanecer en el plano espiritual por un largo periodo de tiempo, a lo que Manjiro accedió gustoso.

Nahoya le pidió al Líder poder permanecer en el plano espiritual por un largo periodo de tiempo, a lo que Manjiro accedió gustoso

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Souya lloraba desconsolado, abrazado a su hermano gemelo. Se encontraba realizando su trabajo cuando Ken lo interceptó. Su mundo se vino abajo cuando le relataron lo sucedido con Nahoya.

—No vuelvas al plano físico— le rogó el pelinaranja—. Ran y Rindou nunca volverán a ser lo que recordamos... Olvídate de esa loca idea.

El menor de los gemelos asintió con el corazón destrozado.

Feathers [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora