Final

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Manjiro abrazó de manera posesiva al cuerpo que descansaba a su lado, besando su nuca antes de dar una pequeña y suave mordida en el lugar.

—No me digas que estás caliente otra vez— se quejó el pelinegro aún con los ojos cerrados—. Literalmente lo hicimos toda la noche.

El Gran Espíritu le aseguró que sólo estaba siendo cariñoso con él. Takemichi suspiró agradecido, pues su cuerpo estaba muy adolorido, especialmente su parte trasera. Manjiro dejó otra mordidita en su cuello antes de levantarse de la cama.

Al salir de su habitación, Manjiro se encontró con los gemelos, quienes agacharon la mirada con un pequeño sonrojo, dándole los buenos días. El líder rascó su nuca, al parecer habían sido muy ruidosos en la noche.

—Deberías colocarle algo en la boca— dijo Ken al encontrarse a Manjiro avanzando por el pasillo—. O si van a pasar la noche juntos, háganlo en el mundo terrenal.

—En eso estamos de acuerdo— dijo una chica con expresión molesta antes de bostezar.

Ken dejó un beso en la cabeza de la chica que le sonrió con timidez. Manjiro rodó los ojos. Emma había sido el reemplazo inesperado de Seishu. El Gran Líder había decidido que Takemichi sería quien tomaría el puesto que el rubio había dejado, sin embargo sus planos se fueron a tierra cuando la chica apareció bajo el arco que separaba el plano espiritual del físico. Ken se enamoró a primera vista de Emma, y ella de él cuando el espíritu tuvo la amabilidad de acompañarla en todo momento para mostrarle su nuevo hogar.

En cuanto a Takemichi, fue una verdadera sorpresa que fuese elegido por el espíritu terrenal para ser su representante. El más feliz por esto obviamente sería Manjiro, ya que de esa forma podría contar con su existencia por toda la eternidad. Y así como el Gran Espíritu podía deambular por el plano físico sin problemas, Takemichi podía hacer lo mismo en el mundo espiritual.

La presencia de Takemichi también marcó un antes y después en la relación de los espíritus de alto rango con su líder. El rubio era más amigable y accesible, a tal punto que podían bromear con él y dejar de temerle tanto, aunque todo se hacía bajo el mayor respeto posible.

Takemichi apareció en el pasillo caminando extraño. Los presentes evitaron hacer comentario alguno, pues el pelinegro también era figura de respeto entre ellos, aunque éste les había pedido incontables veces no hacerlo.

 Los presentes evitaron hacer comentario alguno, pues el pelinegro también era figura de respeto entre ellos, aunque éste les había pedido incontables veces no hacerlo

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Takemichi avanzaba a paso lento por una de las calles menos concurridas de la ciudad. Había algo en ese lugar que le generaba una sensación de nostalgia inexplicable.

Manjiro le había dicho que era normal sentirse de aquella manera luego de haber perdido todos sus recuerdos al momento de transformarse en un espíritu.

"¿Cómo terminé en esto?" Recordó haberle preguntado cuando fue encontrado por Manjiro frente al mar, específicamente en el mismo sitio donde Izana había perdido la vida.

Feathers [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora