Capítulo 23

898 100 1
                                    

Sasuke podía parecer una de las personas más aburridas y monótonas del mundo, por una parte se sentía así, pero un rubio con ojos de forma de corazón no podría decir eso. 

Naruto estaba muy concentrado observando al pelinegro caminar por su cocina mientras preparaba para desayunar ramen, puesto que era lo único que sabía hacer.

Sus ojos cielo no podían alejarse de lo lindo que estaba Sasuke, llevaba unos pantalones negros cómodos, sandalias de casa, una camiseta negra y su cabello hecho un nido de pájaros.

Lo mejor había sido la mañana, sin dudas.

El rubio se encontraba sentado en la cama con las piernas cruzadas, mirando atentamente al pelinegro dormir mientras le daba la espalda, había pensado que acusándolo con su mirada lograría que se despertase, pero al parecer no era así, ambos habían dormido cerca de doce horas, por lo que ya rozando la hora del mediodía Naruto ya no podía ignorar el hambre arrasando su estómago.

Sasuke se sintió en el cielo cuando al despertar pudo ver a Naruto, con su carita y labios hinchados gracias a todo lo que habían descansado.

Confirmó allí, frente a un rubio en pijama y sin una pizca de arreglo, que no había chico más bonito que él.—Sakura debe estar preocupado, no le has llamado.—empezó un tema de conversación.

—Le diré que me invitaste a tu casa para que cocine.

—Oh, me descubriste.

Sasuke se dio media vuelta y ante la sonrisa "malvada" de Naruto solo pudo sonreír y proseguir a cocinarle al chico que le gusta. No pasó ni medio segundo que sintió unos bracitos rodear su abdomen y finalmente abrazarlo.

La diferencia en altura de ambos era algo realmente lindo, Naruto no llevaba tacos y fue una de las pocas veces en las que su pecho sufría la ternura de tener al pequeño rubio abrazándolo.

—Sasu.

—¿Mm?—preguntó "desinteresadamente", como si su pecho no estuviera por vomitar corazones.

—Tengo hambre.

—Oh.—se rio dándose media vuelta y acunando el rostro del rubio entre sus manos.—Ya casi está, ¿podrías decirme dónde están los platos?.

—Claro, pero primero, comer.

Sasuke no entendió esa referencia hasta que unos pomposos labios se estrecharon contra los suyos, el pelinegro sonrió en medio del beso y tuvo que flexionar un poco su rodilla para que ambos estuvieran a una misma altura para besarse.

Naruto se dio cuenta de ello y simplemente rodeó con sus brazos el cuello del contrario, haciendo de puntitas para que el suave y tierno beso no terminase.

Después de casi quemar los fideos, prosiguieron a comer.

—¿Hoy debes hacer tareas?—Preguntó Naruto una vez que ambos terminaron.

—La hice antes de venir a verte.—Dejó los platos hondos sobre la mesada y se dió media vuelta para ver el motivo de que Naruto estuviera tan callado.— ¿Pasa algo?.

—En tres horas tengo una sesión de fotos, es la última.—Sasuke asintió, recordaba que Naruto mencionaba bastantes veces ese tema.—¿Quieres venir? No será muy largo y luego podemos hacer algo, o te llevaré a tu casa si quieres, o...

El rubio empezó a arrepentirse de su invitación, no era realmente divertido verlo simplemente cambiar de atuendo y posar para una cámara durante horas, lo sabía porque muchos de sus exs novios lo habían dicho, era un fastidio simplemente brillar por horas.

El pelinegro alzó una ceja ante su silencio y rápidamente formuló una respuesta al ver como las facciones del rubio parecían no muy contentas ante lo que el mismo había dicho.

𝐸𝓋𝑒𝓇𝓎𝓉𝒽𝒾𝓃𝑔 𝒾𝓈 𝓅𝒾𝓃𝓀 $ 𝒮𝒶𝓈𝓊𝓃𝒶𝓇𝓊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora