2. Oscuridad.

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Ezra Doherty.

—Robert ponme otro de estos —pido rodando las palabras aun sin terminar mi vaso, el hombre se acerca a mi mientras limpia un vaso, lo llena de algún liquido transparente y lo extiende hacia mí, le doy un trago y lo miro con mala cara cuando siento el sabor del agua, me está jodiendo—. Me estas jodiendo. —repito esta vez en voz alta, niega con la cabeza y entrecierro los ojos para enfocarlo porque por algún extraño motivo se está tambaleando, sonrió de lado cuando me doy cuenta que parece que está bailando.

—Tu hijo llamo, me dijo que no te diera más alcohol. —Frunzo el ceño por sus palabras y me recuesto del mesón cuando siento que me caeré de la silla, mi cabeza da vueltas.

—Yo no tengo un hijo, tengo una hija... —replico y me callo cuando siento la punzada en el estómago, en el corazón, en todas las partes de mi cuerpo, cierro los ojos cuando las luces se vuelven aún más brillantes.

—Si, si, lo sé, tienes una hija que tu exesposa tuvo que llevarse lejos de ti. —repite conociéndose la historia de principio a fin, asiento y luego niego de manera frenética, la imagen de Raze con un vestido de bodas me golpea con fuerza, dios necesito dejar de pensar, le doy un largo trago al vaso y una mano baja la mía alejando el vaso, le doy una mala mirada al hombre moreno frente a mí y se encoge de hombros, lleva mi mano hasta la barra, hasta que apoyo el vaso y lo dejo cuando veo que no me dejará ir hasta que lo suelte, lo hago y sonríe complacido, me cae mejor el Robert bailarín.

—No es mi exesposa, nunca nos casamos... —aclaro y asiente, niego con la cabeza cuando la imagen insiste en volver a mi cabeza, necesito un cigarrillo, sobre todo porque si alguna vez usa un vestido de novia no voy a ser yo el que este esperando el altar, el simple pensamiento me da ganas de vomitar, déjalo atrás Ezra, déjalo atrás—, Da igual, ¿Dónde está mi Martina? ¿Sabes dónde está mi Martina Roberto? —cuestiono intentando olvidar el tema anterior, es la única capaz de hacerme olvidar esto por un rato.

—Gira a tu derecha —susurra una cantarina voz a mi lado, intento hacer el movimiento, pero me tambaleo y me sostiene de lado—, O mejor no, estas muy borracho, te robo esto. —Pasa la mano frente a mí y agarra el vaso sobre la barra dándole un trago, volteo a verla, pero esta vez solo vuelvo la cara hacia ella, me mira con una sonrisita de lado, su cabello castaño está recogido en un moño sobre su cabeza y el flequillo adorna su frente, sus ojos grises y saltarines intentan mirar los míos, pero no resulta del todo exacto cuando soy incapaz de enfocar la mirada.

—Oye eso es mío, Robert dale un Martini a Martina. —me quejo cuando la veo darle un trago corto al vaso.

—¿Cómo se portó nuestro chico hoy Robert? —pregunta pasando de mí.

—Bien como siempre, Ezra es el mejor borracho que conozco.

—Gracias por los halagos. —susurro levantando el estúpido vaso de agua hacia él, pero no le doy un trago lo que los hace reír.

—Gracias por cuidar de él. —Vengo casi todos los días, para Robert ya me he convertido en su cliente habitual y la verdad es genial conmigo, siempre está pendiente de mí, de cuanto he tomado, de que no me emborrache demasiado, no es que seamos íntimos amigos, pero es muy bueno conmigo, es el dueño del bar, pero le gusta meterse tras la barra, dice que es más divertido que la administración. Este sonríe y niega con la cabeza hacia ella, en realidad creo que tiene un crush con ella.

—No es problema Heather.

—¿Nos vamos E? —dice apoyando su codo sobre mi hombro, más que una pregunta es una cortesía, no tengo opción, cuando Heather viene por mí es hora de irse, asiento con torpeza, pero niego con la cabeza cuando veo que aún queda un trago en el vaso.

AnagramasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora