Anagramas

7. Forman una hermosa familia.

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Raze Vorobiova.

Salimos del edificio yendo hacia al auto de Ezra en silencio, me ha llevado dos veces a casa, odio manejar. Tiene un hermoso deportivo negro que combina perfecto con él, ni idea de que auto es, no sé nada de ellos, también tiene una camioneta por suerte hoy anda en ella, de otra manera no podríamos buscar a...

Mierda.

Me detengo en seco antes de llegar a la camioneta y se detiene al percatarse, voltea viéndome curioso, bajo la mirada sonrojada y da dos pasos más cerca de mí, creo que tiene la intención de tocarme pero se detiene.

—Creo que debería llamar a Otto para que me lleve. —susurro mirándolo, está más cerca de lo que esperaba y eso me hace sonrojar más ¿Por qué tan siquiera lo estoy?

—¿No quieres ir conmigo? —inquiere intrigado.

—No es eso, tengo que buscar a Zera al ballet, la mascota es para ella, le prometí que iríamos a escogerlo juntas.

—Raze, no hay problema, vayamos por ella, luego las dejare sanas y salvas en casa. —Lo miro dudando pero me da una mirada de seguridad, que me hace asentir y caminar nuevamente, espera que pase por su lado y camina un poco por detrás de mí.

Llega a la puerta del copiloto antes que yo y la abre para mí, le sonrió entrando en la camioneta, dudo ya estando dentro, estoy involucrando demasiado a Ezra con mi hija, no estoy segura de sí me gusta o molesta.

Cuando esta por entrar una rubia bastante pequeña llega corriendo hasta el, es la chica que lo celo en el primer encuentro, la que creí era su novia, sino me equivoco ella debe ser la prima de Jana y si no me equivoco también está enamorada de Ezra. Es rubia como su prima pero menos platinado, un tono entre blanco y castaño que supongo será su color natural, tiene el cabello muy largo casi hasta la cadera, su piel esta bronceada, luce joven y aniñada, de unos veintiuno tal vez, siento sus ojos azul claro clavados sobre mí y siento su ira a través de ellos, siento las ganas de burlarme de ella pero recuerdo lo que dijo papá y me limito a desviar la mirada.

Tras unos cinco minutos, Ezra entra cerrando la puerta con un poco de fuerza excesiva, parecían estar discutiendo.

—¿Te metí en problemas con tu otra novia?

—¡No! Y ella no es... ¿Por qué si quiera dices eso? Sabes que estoy comprometido y que no es con ella. —pregunta alterado casi ofendido, de acuerdo, oficialmente no estamos de humor, me mira atento y suspiro tragando saliva intimidada, su mirada está llena de seriedad.

—Lo siento, no quería incomodarte guapo, es solo que ella está enamorada de ti.

—Eso no es cierto.

—Lo que digas. —susurro sin querer decir nada más, no se necesita ser un experto en el amor para darte cuenta, es muy evidente, la chica está loca por él, la entiendo, Ezra es increíble pero si él no quiere saberlo no seré yo la que insista en ello.

Permanecemos en un silencio algo incómodo hasta llegar al lugar de ballet de Zera donde le indique previamente, detiene el auto y dudo antes de bajar, creo que debo hacer una advertencia.

—Oye, Zera está muy emocionada por conocerte, por algún motivo le agradas, así que es muy probable que sea una bola de energía todo el rato, me disculpo por ello, además en los últimos días ha estado de mal humor y probablemente... —Coloca su mano sobre la mía en mi pierna provocando que me detenga de golpe, levanto la mirada conectando con la suya, la seriedad desapareció es todo dulce en este momento.