10. Fin del juego

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Raze Vorobiova.

Entro en su habitación tratando de no hacer mucho ruido, esta tendida a lo largo de la cama con la cabeza fuera de la almohada, su largo cabello se extiende a su lado en un pequeño desastre y ella misma es un pequeño desastre, esta arropada a medias, tiene los brazos abiertos como si esperara a alguien para abrazarlo y una pierna desarropada casi fuera de la cama, sus peluches están en el suelo al menos la mitad de su cobija está en el suelo, su almohada está siendo babeada al tener su boca entre abierta, me acerco a paso sigiloso, mis buenos días llegaron muy temprano, la misión termino lo suficientemente rápido para dárselos en persona, ni siquiera salude a papá, estaba desesperada por venir a despertar a mi pequeña.

Me siento en su cama y acaricio su mejilla, se remueve un poco pero no abre los ojos, me acerco a besar su cara, reparto besos por toda ella y abre los ojos riendo.

—Me haces cosquillas mami —Bosteza y abre mucho los ojos como si recordara algo—, ¡Mami! ¿Dónde estabas? ¿Con quién? ¿Por qué no volviste? Ni mami Marie, ¿Por qué tardaron tanto? ¿Por qué no me dijeron? —exige cruzándose de brazos, casi parece ella la madre con tantas preguntas.

—¡Calma fiera! Estábamos trabajando, se nos hizo tarde, siento no haberte dicho, fue de última hora. —Lo piensa como si evaluara mi disculpa, hago un puchero gracioso y sonríe sin poder evitarlo.

—Está bien, lo entiendo.

—Gracias por entender. ¿Cómo estuvo la escuela y el ballet ayer?

—Maravilloso, aunque no me está gustando mucho mi profesora de ballet.

—¿Por?

—No es divertida. —Se encoge de hombros, incorporándose hasta estar sentada.

—Bueno, sino te gusta siempre podemos buscar otra ¿De acuerdo? Y recuerda que también puedes cambiar de disciplina, podemos ver otro tipo de danza, o música, u otro tipo de arte o deporte.

—Lo sé, por ahora quiero seguir en el ballet.

—Muy bien pequeñuela, como desees, ¿Cómo se portaron tus pequeños traviesos? —Y casi como si los llamara hacen acto de presencia y corren hasta la cama saltando en ella, se acuestan junto a Zera y ella los acaricia a cada uno.

—Se portaron bien, aunque creo que te extrañaron, le rompieron un jarrón al pabu pero fue sin querer y te prometo que los regañe. —Abro los ojos de par en par y me da una mirada llena de inocencia que intenta comprarme.

Pabu fue un sobrenombre que invento para papá cuando era más pequeña, como yo le digp papá ella hizo una combinación entre papá y abuelo, naciendo en el proceso pabu, no siempre lo llama de esta manera pero papá adora que lo haga.

—Necesitan mucha educación.

—Lo sé, podríamos llevarlos a la escuela.

—Es posible que exista una escuela para perros, lo averiguare. Ahora vamos, tienes que ir a desayunar para ir a la escuela.

—¡Sí! ¿Viste el cabello del abuelo?

—¿Qué tiene el cabello del abuelo?

Frunzo el ceño confundida, no he visto a papá pero seguro solo se hizo un corte Zera como siempre lo halago un montón, nada fuera de lo normal.

Pero cuando lo veo solo queda decir:

¡Oh por Dios!

(...)

—Deja la cobardía, solo entra y averigua. —susurra grita Josh señalando la puerta.

—¡Cómo no tienes que hacerlo tú!

AnagramasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora