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—Necesito que me lo digas­...

—¿Decirte qué?

—Que todo está bien y esto es solamente una alucinación mía, Enid —respondía alterado Ajax, tomando las manos de la chica, quien evitaba su mirada a toda costa. —Has estado tan... diferente desde que ocurrió todo el asunto de Crackstone y Thornhill. Me doy cuenta, no soy idiota.

—Ajax, ya te lo dije. Mi primera transformación me tiene un poco alterada, pero eso es todo —incómoda, retiró sus manos de las del chico, con la excusa de meterlas en sus bolsillos, fingiendo que el aire frío le afectaba y subiendo el cuello de su chaqueta rosada, aunque no sentía la más mínima ráfaga de aire. —Una vez que me acostumbre, todo volverá a la normalidad, ¿está bien?

—¿Me lo prometes, Enid?

La verdad era que, más allá de la transformación, que sorpresivamente había resultado más sencilla de lo esperado (pues claro, a fin de cuentas, era su naturaleza, tardía o no), Enid había ya pasado por varias noches de insomnio en su habitación. Quizás si las hubiera pasado sola no sentiría tanta culpa, pero...

—¿Me prometes que no hay nadie nuevo?

Enid lo miró entonces a los ojos, con sus pensamientos interrumpidos por la pregunta. Bajó la mirada mordiéndose el labio y mirando sus rosadas botas.

No podía mentirle. Aunque decirle que no había nadie nuevo era verdad, no resultaba del todo cierto. Las noches siguientes al incidente despertaba repentinamente aullando de angustia, con el cuerpo sudado, temblando de miedo y lágrimas en los ojos. Era cierto que no había nadie más con ella... al menos nadie que no estuviera ya ahí desde antes...

—Te lo prometo, Ajax.

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"Viper se agitaba con persistencia, sintiendo cómo la soga que ataba sus muñecas se aflojaba poco a poco. En la oscuridad de aquel baúl imaginaba ya el escenario que se presentaría ante ella apenas lograra escapar de ahí. Fuese como fuese, se encontraba lista para enfrentar al individuo que había logrado franquear sus barreras y la había metido en este apuro. Solamente podía pensar en la ventaja que este incidente le daba a Rouge, quien seguramente se encontraría ya camino a Salamanca, para comenzar a desenvolver el elaborado plan de venganza que tenía contra ella. Un nudo se le formó entonces en la boca del estómago. Si Rouge lograba ponerle las manos encima a Enid—"

Wednesday arrancó con exasperación la página de la máquina de escribir. Presionó la parte superior de su tabique nasal con el pulgar y el índice mientras Dedos arrugaba la hoja y la tiraba al cesto de basura, que rebosaba de páginas descartadas. Con los ojos cerrados, suspiró con frustración volviendo a sentir la incomodidad que se encerraba en su interior desde unos días antes. Un repiqueteo en la madera le hizo abrir los ojos.

—No estoy distraída, Dedos. La línea narrativa de esta historia requiere un poco más de cocción, además tu loción nueva me causa migraña.

Un nuevo repiqueteo más fuerte que antes la interrumpió. Dedos parecía sinceramente molesto y se notaba una preocupación paternal en su insistencia.

—Basta. No pienso discutir contigo esa situación—, dijo volviendo la mirada a la máquina mientras insertaba una hoja nueva —lo que ha pasado en los últimos días es el resultado de un impulso natural de protección y agradecimiento. Enid salvó mi vida en un momento de dificultad. Si no fuera por ella, Tyler probablemente me habría destrozado en el bosque. Ahora que lo mencionas —, volvió la mirada a Dedos, que escuchaba atentamente, aunque sin creerle —debería estar más bien molesta. —Comenzó a teclear nuevamente. —Me quitó la oportunidad de experimentar la frialdad del ataúd de caoba que tan pacientemente me aguarda en casa.

Snap Twice | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora