Al abrir los ojos, Enid tardó un momento en entender lo que veía. Contempló lentamente el techo abovedado de madera desgastada que veía con fijeza, para luego comenzar a bajar su mirada por la pared frente a ella, que igual era de una madera grisácea y tuvo la sensación de que, si la tocara, toda la habitación rechinaría. Giró su cabeza despacio hacia la derecha y encontró las cortinas abiertas de un ventanal que ocupaba la mayor parte de aquella pared. Estaba abierto, dando paso a un balcón donde pudo distinguir la silueta de sus padres, contemplando el cielo nocturno. Se concentró en sus figuras durante lo que pareció un largo rato. Su padre abrazaba la pequeña figura de su madre, que se estremecía rítmicamente, haciéndole entender que lloraba.
Enid intentó sentarse en la cama en silencio, pero ésta rechinó metálicamente, además el dolor en sus extremidades la hizo jadear. De inmediato sus padres se volvieron hacia ella y al notar su movimiento, entraron precipitadamente, para sentarse a cada lado de su cama.
―¡Enid! ―Exclamó su madre, soltándose a llorar con la cabeza agachada mientras sostenía la delgada mano de su hija.
―¿Qué está pasando? ¿Do-dónde estamos? ―la chica miró a su padre, cuyo rostro se notaba rasgado, aunque ya comenzaba a cicatrizar.
―Tranquila, hija mía. Estamos en la mansión Addams...
―¿La- la mansión Addams? Pero... ¿cómo? ―su agotado cerebro intentaba digerir la información lo más rápido que le era posible sin mucho éxito. Se sentía profundamente agotada ―¿Y Wednesday?
Ambos padres se miraron el uno al otro, guardando silencio. Su madre acarició con suavidad el dorso de su mano derecha y su padre carraspeó inclinándose hacia ella.
―¿Recuerdas algo de lo que pasó, Enid?
La rubia entonces notó que, efectivamente, le era imposible recordar cómo es que había llegado hasta ahí. No tenía ni idea de qué había pasado con ella antes de despertar en aquella habitación.
―Yo... lo último que recuerdo es que... me había molestado con Ajax y él se... se fue. Pero... ¿eso qué tiene que ver?
Su padre suspiró profundamente como agarrando valor antes de comenzar a relatarle lo que había ocurrido en los últimos días. Enid iba apretando la suave y cálida cobija que la arropaba mientras luchaba por contener el llanto.
―... y cuando por fin desperté, las vi juntas, inconscientes. Como pude, intenté traerlas a ambas de regreso pero... ―su voz tembló y Enid lo percibió, por lo que volvió a mirarlo con insistencia.
―¿Pero...?
―Enid... Wednesday perdió mucha sangre... ―y guardó silencio, incapaz de continuar.
La rubia se sentía congelada en ese momento, su cuerpo no le respondía y escuchaba un fuerte zumbido en sus oídos, le dolía respirar y el corazón le latía con fuerza, asustado de preguntar.
―Yo... Yo ataqué a Wednesday... ¿verdad?
Aunque su padre pareció sorprendido por la pregunta, sólo atinó a asentir, lentamente. De pronto, un recuerdo salido de la nada volvió a la mente perdida de Enid.
"Estoy completa, estúpida e irreversiblemente enamorada de ti, Enid Sinclair..."
―¿Dónde está Wednesday? ―preguntó finalmente, con un estremecimiento en la voz.
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Fester caminaba de un lado a otro de la habitación, ansioso. La abuela, a los pies de la cama, murmuraba en voz baja en lenguas desconocidas, con los ojos fuertemente cerrados. En una mano sostenía una vela negra mientras en la otra reposaba una cabeza encogida. Morticia y Gómez miraban la escena detrás de Pugsley, quien estaba arrodillado junto a la cama, sosteniendo entre sus manos la derecha de Wednesday. Dedos, mientras tanto, sostenía la izquierda, haciendo suaves caricias en la blanca piel.
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Snap Twice | Wenclair
FanfictionDespués de lo ocurrido con Crackstone y Thornhill, Wednesday Addams y Enid Sinclair se enfrentan a un nuevo e inesperado enemigo: sus sentimientos hacia la otra.