CAPÍTULO 17

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Rodrigo saltaba animadamente sobre el pasto, haciendo crujir sus huesos y estirándose un poco. Cuando supo que harían una carrera fue el primero en unirse.

Todos estaban al aire libre, en la ciudad no se solía ver tanto espacio verde y los jóvenes sin querer comenzaban a disfrutarlo. Claramente solo algunos, otras personas como Nico preferían quedarse en la sombra a mirar como los demás jugaban.

La primera competencia del día empezó y Rodrigo arraso, quedando ante primer lugar. El premio solo era comida, pero para él se sentía como si fuese oro.

El profesor esta vez llamó a chicos que quisieran jugar a algo muy divertido. Consistía en que dos integrantes tenían que pasarse el huevo lentamente, el que no lograba sujetarlo perdía, dejando al otro como ganador.

A Iván le gusto la idea y se dijo ¿por qué no?

Lo único malo era que ya estaban 5 grupos y él aún no encontraba pareja, pues ya nadie quería jugar. Decidió pedirle ayuda al profesor.

—Oh, ¿hay alguien aquí que pueda unirse al equipo de Buhajeruk? —preguntó el profesor a los alumnos.

—Nadie quiere jugar con el cerdito... —se oyó la voz de Nico, queriendo pasar desapercibido pero en realidad todos lo habían oído.

Rodrigo rodó los ojos. Nicolás ya comenzaba a hartarle. Hasta parecía que tenía envidia de Buhajeruk, según él.

—Todos te oímos Nico, y por hacerte el vivo, tú acompañas a Buhajeruk. Anda, muévete.

Iván quedo estático tras escuchar esas palabras salidas de la boca de su profesor. Se giro hacia el flacucho y sonrió grande y malevolamente. Hizo crujir sus nudillos con discreción.

Cuando estuvieron todos en sus posiciones, comenzó el inocente juego.

Al principio todo iba bien, Nicolás claramente era un inútil de primera pero por alguna razón siempre lograba sujetar el huevo. Iván estaba concentrado, el otro se aprovechaba de su altura, él era alto y debía agacharse un poco más.

—Vamos cerdito, ya me está aburriendo. —susurró Nicolás, mirándole con burla.

—Cierra el pico, ranacuajo.

Y con eso Buhajeruk sujeto el huevo y sin parecer demasiado malo, cogió fuerza en su brazo lanzador para tirar el huevo con fuerza y precisión, logrando que impactara en la frente de Nico, quien estaba demasiado despistado como para haberlo visto venir, puesto que estaban jugando limpiamente. El flaco quedo estático, se giro para ver como toda la escuela lo miraba para luego cuchillear y comenzar a reír. El liquido viscoso se escurría por su cara asquerosamente. Sintió vergüenza, y miró con odio al más alto para luego salir corriendo del lugar.

"Por zorra"  articulo Iván con los labios, encogiéndose de hombros, esta vez teniendo una mirada burlesca en su rostro el.

─☮─

El momento de volver a la cabaña volvió, y con ello el martirio para ambos jóvenes.

Rodrigo estaba enojado y sentía algo raro... si, sentía vergüenza. Nunca nadie le había tratado de calentón, y vale, quizá si lo era un poco, pero no era bonito que te lo recalcaran. El poste no le gustaba en forma amorosa, ni una pizca, sino que le gustaba su cuerpo y rostro. Ah, porque jodidamente no podía sacarse de la mente como hace tan solo una noche atrás Buhajeruk estaba a su lado, gimiendo su nombre y entregándose a el.

Su gran problema era que ni siquiera había probado ese culo tanto como él deseaba. Necesitaba follarlo, lo necesitaba más que respirar.

Pero su orgullo era tan duro como su polla. Carrera no era ningún tonto, no se arrastraría por un simple polvo.

Por eso mismo ahora estaba mirando con odio al mas bajo, quien estaba recostado en su cama leyendo, sin prestarle ni cinco de atención.

Unas gotas de lluvia impactando sobre el techo de la cabaña les saco de sus pensamientos a ambos. Había comenzado a llover fuertemente. Al parecer el día de mañana ya no habrían juegos.

Una ventana se abrió debido al fuerte viento, Iván saltó en su cama, asustado. Le gustaba la lluvia, pero esa cabaña no se veía del todo segura para él. Se levantó, pisando el suelo frío con sus pies descalzos y fue a cerrarla. Intento poner la traba nuevamente pero esta estaba demasiado dura para él, inflo los cachetes, frustrado. Cuando se puso a hacer fuerza para lograr su objetivo, un torso se pegó a su espalda y luego vio como Carrera puso la trabilla sin problema alguno.

Le afectó esa jodida cercanía. 

Se alejó rápidamente y miró al más bajo. Este solo le dedico una mirada de superioridad.

—No estaba tan difícil.

Se miraron unos segundos más para luego rodar los ojos y volver a sus camas sin dirigirse palabra alguna.

Iba a ser una larga noche.

𝗽𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 › 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇 ( ✓ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora