𝗽𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 › 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇 ( ✓ )

CAPÍTULO 5

Indignados. Así estaban Rodrigo y Iván.

El segundo nombrado no había hecho mas que fingir una sonrisa y saludar a su compañero con unas secas palabras.

—¿Se conocen chicos?

—Somos compañeros. —respondió el pelinegro al ver que Rodrigo se había quedado callado.

—¡Eso es perfecto! —exclamó la madre de Rodrigo. –Ahora Rodrigo ya tiene un amigo en su nueva escuela.

Rodrigo se tuvo que aguantar toda la emoción de su familia y la del contrario, a una pareja tratando de pasar desapercibido mientras se daban besos y al poste que conversaba felizmente con su madre. Trató de esbozar una sonrisa pero nada salió, así que se sentó en el sofá sin más.

Una mierda de noche. Con sus amigos la estaría pasando genial, pero no, tenía que estar allí porque al tonto de su hermano se le daba por querer casarse. Algo muy estúpido para el, si le llegasen a preguntar.

Tuvo pocos amoríos en su vida, al descubrir que era homosexual se fue guiando por el sexo masculino, tenía revolcones con algunos conocidos o amigos en común, pero no era nada importante porque la idea de pasar tiempo encaramelado con alguien le repugnaba.

Sus papás sabían perfectamente sobre su orientación sexual y lo aceptaban. De todos modos, a él no le importaría si se opusieran.

Porque prefería follar anos y masturbar penes, no lo cambiaría por nada del mundo.

El tiempo fue pasando y ahora ya todos estaban ubicados en la mesa donde cenarían. La comida abundaba y a Rodrigo se le hizo agua la boca. Comenzó a atacar los bocadillos y carnes, y los demás no se quedaban atrás.

Excepto Iván, que comía solamente una porción de ensalada. Este estaba sentado al lado de Carrera por obligación de su madre, y le estaba costando la vida ver como el castaño era un cerdo comiendo, se le hacía un nudo en el estómago cada vez que lo oía tragar.

—¿Estás a dieta o qué? —le susurró Rodrigo brutamente.

—Soy vegano.

—¿Vegano? ¡Puff!

Iván confundido por la burla sin sentido del más bajo decidió preguntar.

—¿Y el chiste? 

Rodrigo se limpió la boca con una servilleta para luego volver a susurrar.

—Qué ocultas tu dieta diciendo que eres vegano.

—¡Claro que lo soy! No tendría porqué mentir. —respondió ofendido.

—No es nada malo que quieras bajar unos kilos de más, te vendrían bien. —murmuró el pelinegro, aguantando la risa.

Pero Iván no le hizo caso, solo rodó los ojos. Él incluso iba al gimnasio y se ejercitaba todos los días para mantener un cuerpo sano.

—Yo gordo y tu anoréxico. —se burló en voz baja, pero fue suficiente para que Rodrigo le escuchara.

Este al oír que lo llamó anoréxico solo rió, estaba muy lejos de serlo. Además de que comía cualquier cosa que le pusieran enfrente, era conocido por tener mucha fuerza y potencia en sus grandes músculos. Quizás hace unos años si era un saco de huesos pero a los 15 la pubertad le pegó duro.

La noche pasó lenta, la familia Buhajeruk se retiró contenta a las 1 de la madrugada, todo había salido acorde y ahora los novios ya estaban comprometidos. Pensaban que los Carrera eran una buena familia y muy partidaria para su hija.

Rodrigo estaba quejándose con su madre porque al final no había podido salir con sus amigos, había desperdiciado su noche.

—Ese poste tiene la culpa de todo. —soltó con los ojos entrecerrados en odio.

—¡Pero si Iván es un amor! —le defendió su propia madre..

—¡Es un demonio con patas largas!

—Bueno, ya comprendo lo que pasa. Te dejo para que medites sobre lo que sientes por el chico.

El castaño asintió y le dio las gracias, sin comprender lo que su madre había querido decir.