El decorado había sido lindo, los regalos fueron numerosos, toda su familia se había juntado en años y todos parecían haberlo pasado muy bien, todos excepto Iván.
Porque la cena de su cumpleaños ya había terminado y Rodrigo no se dignó a aparecer.
—Iván, ya cambia esa cara por favor, me estresa. —le regañó su primo rubio, Roier.
No hizo caso a nadie y fue a su habitación a encerrarse. Estaba dolido, decepcionado más que nada. Todo lo que esperaba en ese día era ver a Carrera acompañarle en la mesa y poder presentarlo a sus primos, pero nada de eso había pasado.
Su maquillaje y vestuario le llevo dos horas para el tonto del castaño, todo en vano. Rodrigo dijo que estaría allí con él y... simplemente no paso. Por eso mismo se encontraba acurrucado en su cama llorando a moco tendido, abrazándose a su oso de peluche, buscando un poco de consuelo. Hace años no se sentía tan mal, su pobre corazón estaba doliendo como nunca. ¿Así se sentía cuando te lastimaban sentimentalmente? Quizá si otros supieran el motivo de su llanto dirían "no es para tanto" pero para él sí lo era. Él solo esperaba que Rodrigo esté ahí a su lado, pero al parecer no era tan importante en su vida como creía. Se sentía un estorbo.
Unos toques en su puerta le dejaron estático, no pensaba siquiera abrir con esas pintas.
—Iván, abre.. —Su primo Osvaldo de verdad estaba haciendo el intento de hacerlo sentir mejor.
—Dejanos pasar Spreen, por favor... —la voz de Alexis se oyó tímida, causándole cierta ternura.
Entonces se levantó y secó las lágrimas de sus ojos con el dorso de su mano, fue a abrir la puerta y unos abrazos calurosos fue lo primero que sintió. Agradeció que no preguntasen nada y simplemente se conformaran con estar con él.
—Espero que por lo que estés llorando valga la pena, porque te informo que se te corrió el rimel.
Se miró en el espejo enseguida al oír las palabras de Roier, asustadose de su propio rostro. Busco el desmaquillante con apuro, dejando a sus primos para que se acomoden en su habitación. Quería seguir deprimiéndose pero no permitiría que siguiesen viéndolo así de vulnerable. Incluso sentía vergüenza de sí mismo por llorar frente a alguien.
Cuando su rostro estaba limpio cepillo sus dientes y salió del baño, encontrándose con la escena de sus primos ocupando toda su cama. Al parecer le tocaría dormir en el piso.
—Así te ves mucho mejor. —le dijo Alexis con una sonrisa, dejando un espacio a su lado.
La charla comenzó y se permitió dejar de quebrantar tanto su cabeza. Quizá que Rodrigo ya no quiera nada con él sea lo mejor, sabía que tarde o temprano hubiese pasado eso. Al parecer al final Nicolás tenía razón y jamás debió hacerse ilusiones con alguien como el castaño, él no era nada, solo uno más de los que creyó tener oportunidad.
Su reloj anunció por fin la medianoche, pero a ellos pocos les importó, pues seguían viendo aquella película graciosa, hechos bolitas debajo de las mantas. Eran en momentos así en los cuales Iván agradecía que su cama fuese lo suficientemente grande.
Sus primos le miraron mal en el instante que su móvil comenzó a sonar. Apenado se lanzó a apagarlo para no seguir interrumpiendo la película, pero un mensaje era el causante de la molestia anterior. Un mensaje recién recibido de Rodrigo. Dudo leerlo, tomándome su tiempo en pensar lo que era correcto. Pero quizá una leída rápida no le haría mal a nadie...
[Asómate al balcón.]
Abrió sus ojos sorprendido y no tardó en abrir la ventana, saliendo al balcón y mirando hacia abajo para ver si lo que tenía en mente era verdad. Pero no contaba con que tenía unas colillas siguiendo su trasero con curiosidad.
La cara de Iván se iluminó al ver a Carrera en el portón de su casa, sonriéndole y haciéndole señas para que bajara.
—Wow ¿ese bomboncito quien es? —pregunto Roier.
—No lo mires, creo que es de Iván.
El mencionado río ante las palabras de Alexis y se apresuró a meterlos a todos devuelta a su habitación. Les explico brevemente quién era el castaño y tomó su móvil rápidamente antes de salir volando fuera de su habitación. Se asomó al pasillo oscuro tratando de ser silencioso, no quería alarmar ni a sus padres ni tíos, corrió hacia la puerta de la entrada, sintiendo enseguida el frío una vez estuvo fuera.
Bien Iván, es hora de que aclares las cosas.
Cuando estuvo frente a Carrera, lo que menos espero recibir fue un caluroso abrazo. En menos de un segundo ya estaba cerrando sus ojos y rodeando aquella fina cintura entre sus brazos. Lo había necesitado más de lo que creía.
—Feliz cumpleaños atrasado por minutos Iván. —La voz de Rodrigo en su oído se oyó cálida, con un toque de disculpa en ella.
—¿Por qué no viniste Rodrigo? Yo realmente te espere.. —susurra Iván con melancolía.
Unas manos en su rostro lo toman con delicadeza, y enseguida está mirando directamente a los ojos azabaches del contrario.
—Lo siento, créeme que lo siento, creí que me alcanzaría el tiempo para hacerlo todo y asistir pero no fue así.
Iván frunce el ceño. ¿Que era algo más importante que él?
—Dame un buen motivo Carrera.
Una risa sale de los labios del castaño al ver la cara de perrito enojado que se carga Iván. Para él era muy tierno verlo de esa manera, mientras que el otro no entendía nada.
—Bueno.. Estuve preparando algo para ti. ¿Crees que podrías venir conmigo?
Iván se percata del casco de más que lleva Rodrigo consigo y se confunde.
—¿Dices que quieres que vaya contigo a un lugar ahora, a las doce de la noche? —Rodrigo asiente e Iván infla sus mofletes, resignado. – Al menos déjame cambiarme, estoy en pijama genio.
—Estas perfecto.
El sonrojo en la cara de Iván se hace presente y pega al torso de Rodrigo con timidez.
—Vale, pero de todas formas debo ir a buscar un abrigo. —se excusa.
El pelinegro de inmediato se saca la chaqueta y la pone en el cuerpo de Iván.
—Es abrigado, yo estaré bien.
Iván muerde sus labios y asiente, cerrando enseguida el inicio del cierre para de esa manera quedar completamente cálido. Por nada del mundo se quitaría aquella chaqueta con olor al perfume de Rodrigo. Le envía un mensaje breve a Alexis, pidiéndole que lo cubra.
No tarda en montarse en la parte trasera de la motocicleta del castaño, se abraza a aquella cintura con todas sus fuerzas antes de que este comience a conducir. Iván siempre se había querido montar en esa motocicleta y su sueño por fin se estaba cumpliendo.
No tenía idea de que debía esperar, pero no tenía miedo pues algo le decía que Rodrigo se encargaría de hacérselo pasar muy bien.

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𝗽𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 › 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇 ( ✓ )
Fanfiction𝗣𝗔𝗖𝗜𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔 ──En dónde Iván y Rodrigo no se soportan. [ rodrivan. AU ] #1 carrexspreen | January 14, 2023 #10 rodrivan | December 23, 2022 ㅤㅤadaptación realizada ㅤㅤpor backspreet | ADVERTENCIAS | ㅤㅤ-historia con contenido homosexual. ㅤㅤ-sh...