CAPÍTULO 4

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El ansiado fin de semana había llegado para Rodrigo, aunque no haría nada más que salir a un bar con sus amigos esa noche, el estaba contento. La razón era obvia, estaba evitando a toda costa que un pelinegro se metiera en su cabeza porque de verdad necesitaba un poco de tranquilidad.

No hizo nada mas que jugar vídeo juegos y dormir. Su padre se había ido a hacer las compras con su hermano mayor y podía escuchar a su madre llamarle desde el piso de abajo.

No tuvo remedio mas que levantarse con mala cara e ir hacia su progenitora.

—Bebé, ¿Tienes planes para esta noche? —le preguntó su madre.

Rodrigo se rasco el cuero cabelludo nervioso.

—Mamá ya te he dicho que no me llames así, me avergüenzas.

—Eres mi bebé y te callas.

El castaño rodó sus ojos disimuladamente.

—Como sea, sí, tengo planes esta noche. —murmuró.

—Que mal, vas a tener que cancelarlos.

Rodrigo se quedó mudo mirándola, pidiendo una explicación.

—¿No te lo había dicho ya? Bueno, se supone que la familia de la novia de tu hermano vendrá a cenar esta noche.

Había visto pocas veces a la novia de su hermano porque la verdad no le interesaba ni en lo más mínimo esa relación. Ni mucho menos conocer a su familia.

—Pues que bien, pero no me interesa participar de esa cena aburrida mamá, ya hice planes.

—¡Pero le va a pedir compromiso! Y tienes que estar. —le recrimino la madre.

Un suspiro pesado salió de los labios de Rodrigo, quien asintió de mala gana. Pensaba que luego de la cena podía ir a algún lugar divertido y pasarla bien.

Se retiro del lugar mientras su madre susurraba "ese es mi bebé" contenta por aún poder controlar a la bestia de su hijo.

─0─

Iván iba de un lado a otro, alertando a todos en la casa.

—Papá ¿Ya tienes el auto listo?

Su padre asintió y el pelinegro dirigió la mirada a su madre.

—¿Ya te has terminado de arreglar?

—Sí, hijo, solo falta Angela.

Iván se dirigió con pasos rápidos hacía la habitación de su hermana y le apresuró para que marchasen.

Su querida hermana por fin había decidido presentarles a la familia de su novio a sus padres estaban felices por ello. A Iván le daba igual, él nunca tuvo una relación, solo una vez cuando tenía 15 años se declaró a un chico pero este paso de él y ni siquiera tomo en cuenta sus sentimientos. Fue suficiente para que Iván ya no quisiese siquiera pensar en salir con alguien.

Cuando ya estaban rumbo a la casa de los Carrera la familia de Iván se encontraba ansiosa. Sabían que existía la posibilidad de que su hija contraería matrimonio pronto y eso era muy bueno.

—¿Es aquí? —pregunto el señor Buhajeruk.

—Si, ya llegamos.

El pelinegro observó el lugar, parecía ser un barrio tranquilo y la casa se veía mas amplía de lo que espero.

Tocaron el timbre y esperaron pacientemente. Se escucharon pasos desde adentro y la puerta se abrió, una mujer de cabello negro los recibió con una cálida sonrisa.

Decir que Iván estaba encantado sería decir poco, le fascino la decoración del lugar. Era tan elegante, tan limpio, tan fresco. Se había quedado con una sonrisa boba.

La mujer los invito a pasar hacia la sala de estar, el pelinegro miraba todo con atención. Un señor que reconoció como el señor Carrera los saludo y se unió a la conversación.

—Tiene usted una muy bonita casa. —le dijo Iván a la señora.

—Oh, cariño, gracias. Si supieras cuan difícil es mantenerla.

—Me lo imagino. ¿Se refiere a por sus hijos?

—Lucas es muy limpio y ayuda a su madre. —salto el señor Carrera, defendiendo al muchacho. –Es Rodrigo el desastroso.

Iván le miro confundido.

—¿Rodrigo?

Y como si él lo hubiese llamado, el nombrado apareció bajando las escaleras.

¿Rodrigo Carrera?

Iván creyó que debía ser una broma de muy mal gusto.

—¡Por fin bajas cielo! Te estábamos esperando para cenar.

—Buenas noches. —saludo Rodrigo sin ganas.

Cuando su mirada encontró la de Iván se sintió como una patada dura en los genitales.

Ahora Rodrigo tenía al enemigo en su casa.

𝗽𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 › 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇 ( ✓ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora