Prólogo

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Estoy viva.

Qué obviedad. Porque viva lo he estado desde que estaba tranquilamente en la gigantesca barriga de embarazada de mi madre. Lo he estado desde que salí de ahí. Desde que finalmente respiré aire por mi propio pie. Estoy viva desde que lloré y me envolvieron en una manta tras un corto parto. Mis enhorabuenas a la madre que me parió. Nunca mejor dicho.

Doy vueltas en la cama, harta de esta existencia sin ningún objetivo o finalidad. ¿Qué le voy a hacer? Si es que no sirvo para nada. Nací para vivir. Pero nadie me dijo qué tenía que hacer para vivir. Y no me refiero a vivir y ya está, sino a vivir en mayúsculas. No me enseñaron nada en la escuela, me lavaron el cerebro para seguir las normas. Leerme los apuntes, empollármelos y después vomitar todo lo que sabía en una hoja en blanco con unas cuantas preguntas. Y es que, además, si no lo sabías, si no lo entendías, te suspendían. Y el suspenso en el examen lo veía muchas veces como un suspenso en la vida.

Entonces.

Si suspendía en la escuela. ¿Cómo iba a aprobar en la vida?

Me costó tiempo entender cómo funcionaba el sistema educativo. Una vez te das cuenta de que tienes que hacer lo que te dicen, no rechistar y ser "buen alumno", vas tirando. Así que me he pasado casi toda la vida haciendo eso. Cumplir con mis necesidades básicas como ser humano, cumplir las expectativas como hija y como estudiante. Además de como deportista, porque obviamente después tenía demasiado tiempo libre y tenía que aprovecharlo de alguna forma.

He vivido de esa forma hasta los dieciocho años.

Y me he cansado.

Estoy agotada.

¿Y se supone que estoy en mi mejor momento? Entonces no quiero saber lo que se viene. Mentira. Claro que lo sé. Me convertiré en una máquina de la sociedad, yendo a trabajar cada día desde las ocho de la mañana hasta las cinco o seis de la tarde para volver a casa, comer algo y dormir entre seis y siete horas para al día siguiente hacer lo mismo.

No me parece muy tentador.

¿Cómo puedo tener dieciocho años y sentirme tan agotada? Esto no debería pasar. No obstante, no me sorprende. Porque nos han enseñado que la vida es así.

Y no quiero. No voy a caer en la trampa. No me van a engañar. Esa no puede ser la única forma de vida. No puede ser mi vida. 

Hola holaaaaaaaaaa. Qué ganas de esta historia, no sabéis cuanto. Un beso si eres nueva, otro beso si aún me lees.

un besito chikitito queridas <3

Cállame con besos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora