A veces no entiendo a Ryker.
Y lo más gracioso es que es con quien técnicamente comparto más similitudes en el ámbito de la personalidad. Los dos somos de normal bastante tirados a la lógica, serios, bromeamos a base de ataques verbales, ponemos mucho los ojos en blanco y nos gusta ir a nuestra bola.
Sin embargo, creo que ese parecido nos distancia, porque los dos atacamos, los dos parecemos depredadores listos para lanzarnos. Y se demuestra con el hecho de que Ryker lleva desde el mediodía pasando de mi cara, no me mira, y si lo hace, parece que me esté matando en su cabeza. Por esa misma razón, cuando dicho compañero de piso se va a tirar la basura a la calle, que se encuentra cruzando la manzana, bajo con él. Sea lo que sea esto, va a terminar ya.
—¿Y a ti qué te pasa?
Pone los ojos en blanco quizás por novena vez en lo que llevamos de camino, no me responde. Al ver que no hará nada, decido tomar acción, me pongo delante de él, haciendo que no pueda pasar.
—¿Qué? —dice con mal tono.
—¿Por qué pasas de mí?
—Porque estoy enfadado, ¿quizás? —frunce el ceño.
—¿Es por lo de antes? Pero si yo no te he dicho nada.
—Pero has gritado a Willow —me mira con cara de pocos amigos—. Y sabes cómo de sensible es ella. Vale que quizás tú seas más dura de roer y estas cosas no te afecten, pero al menos controla tu tono.
—¿Crees que no me arrepiento? —pregunto sorprendida.
—Brie, yo lo entiendo, ninguno de los dos es mucho de expresar sus sentimientos, al menos no con facilidad. Pero una cosa es tener una cierta personalidad, y la otra es no tener en cuenta los sentimientos de los demás.
—Yo... —estoy demasiado sorprendida como para responder.
—Así que, déjame ir a tirar la basura, ya se me pasará. Pero yo no me olvido de estas cosas con facilidad. Si vuelves a hablarle de esa forma, tendremos problemas, y no me gustaría tener que buscar a otro compañero de piso, no cuando ella está tan feliz de que estés aquí.
—Ahora te estás pasando tú —advierto.
—Bueno, no pasa nada. Eres una chica fuerte —intenta caminar pero vuelvo a ponerme delante de él. No, esto se termina aquí y ahora. Y aunque aprecie a Ryker a mi manera, se está equivocando. Y si yo puedo darme cuenta de mis errores, él también puede hacerlo.
—Willow también es fuerte.
—Pero es más sensible —aclara.
Me quedo unos segundos pensando, miro la calle, está vacía, los dos seguimos con las bolsas en la mano, las dejo en el suelo, no quiero hablar de esto con mierda colgando de mis extremidades.
—Solamente porque Willow llore, sonría y se ría con más facilidad no quiere decir que yo no sea sensible —digo con calma, volverse fría ahora solamente empeoraría las cosas—. Mira, Ryker, te aprecio y por eso te voy a contar algo.
De repente parece interesado en lo que voy a decir, quizás porque he admitido que una parte de mi corazón se preocupa por él.
—Las personas aparentemente frías igual tenemos sentimientos, por eso me sorprende que tú no hayas pensado en eso. Porque tú tampoco es que seas muy expresivo.
—Pero...
—No. Déjame terminar. Te has equivocado conmigo Ryker. Me estás tachando de insensible porque no muestro tanto a la mínima lo que me pasa. Y eso no lo tendrías que hacer. Que Willow sea tan fácil de leer te ayuda a saber lo que le pasa, pero eso no convierte a los demás en personas sin sentimientos o emociones —pongo los brazos en jarra—. Entiendo que sea una de tus mejores amigas, por no decir la única seguramente, y que quieras protegerla. Pero me duele que en ningún momento te hayas parado a pensar por qué he reaccionado de esa manera. ¿O es que tus acciones no son reacciones a cosas que te ocurren?
Parece avergonzado, y me sabe mal. Sin embargo, por mucho que uno quiera a sus seres queridos, a veces debe ponerlos en su sitio.
—La he cagado, ¿no? —dice.
—No la has cagado, Ryker. Solo te has equivocado al juzgarme, pero eso puede cambiarse.
—Gracias por decírmelo, supongo que tienes razón.
—¿Supones? —entrecierro los ojos y él los voltea.
—La tienes —dice a regañadientes.
—Entonces, ¿tiramos estas basuras y aceptamos que los dos nos hemos equivocado y que podemos remediarlo? —digo segura de mí misma.
Mi amigo asiente y caminamos en silencio hasta los contenedores para deshacernos de la peste. Cuando nos quedan unos nueve metros para llegar a la puerta que da a la calle, Ryker hace que me detenga de golpe, porque sus brazos me rodean en un ¿abrazo? Intento devolvérselo, pero esto es muy incómodo y raro. Definitivamente raro. ¿Qué bicho le ha picado a este?
Dos segundos después se separa de mí, y puedo ver que los dos estamos igual de incomodados por esta situación. Se pasa la mano por la nuca y hace una mueca.
—¿Qué ha sido...? —empiezo a preguntar.
—Sí, ha estado raro —le recorre un escalofrío, y a mí también.
—No lo vuelvas a hacer —digo—. A no ser que me den un premio nobel o algo por el estilo.
—Me parece un buen trato —nos damos la mano y subimos las escaleras.
Sin embargo, aunque intento no pensar en lo ocurrido, al girarme para mirarlo, los dos empezamos a reír negando con la cabeza.
—Nunca más.
—Nunca —respondo.
—Que esto no salga de aquí —con su mano señala nuestro espacio.
—Claro... Dios te perdone por haber mostrado afecto físico hacia mi persona —bromeo.
—Tú siempre dices muchas cosas de esas, ¿eres creyente?
—No mucho —niego arrugando la nariz.
Entramos al piso y cada uno se va por su lado, no ha estado tan mal. ¿No?
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Cállame con besos [COMPLETA]
أدب المراهقين¿Seguir las normas y lo establecido? Esa ha sido la vida de Brielle durante todos estos años. Ahora llega la universidad, una mudanza, gente nueva y decisiones propias. Brie tiene cientos de gritos en su interior que quiere soltar, pues lleva tant...