MARATÓN (3/3)
Parece que va a explotar.
El carro está lleno de cosas, harina, chocolate, azúcar, y una decena de ingredientes más que sé que necesitaremos seguramente. Willow da vueltas felizmente por el supermercado, y tanto ella como yo nos fijamos concretamente en los precios. He estado ahorrando estos años para poderme ir a un piso o a una residencia y vivir cómodamente. Sin embargo, eso no significa que no sea cuidadosa con lo que gastamos.
Quizás llevamos una hora dando vueltas por el supermercado, pero es que estas instalaciones parecen infinitas, yo no sabía que había un centro comercial tan grande. Aunque hemos tenido que coger el autobús. Espero que todo lo que hemos agarrado de las estanterías lo podamos llevar entre las dos. Confío en la fuerza de Willow. Nos dirigimos hacia la cola para finalmente pagar, cuando el móvil empieza a vibrarme en el culo. Solamente podría ser una persona. Alguien que se preocupa y sabe que habíamos dicho que no tardaríamos mucho.
Descuelgo la llamada y suspiro.
—Estamos en la cola —le digo a Darren.
—¿No habíais dicho que era coger unas cuantas cosas?
—Se nos ha complicado el asunto —explico—. Una de esas chicas que dan muestras gratis parece haberse hecho amiga de Willow y se han pasado unos quince minutos hablando de los misterios del océano.
—Es que estudia biología marina. Me ha hecho ilusión —sonríe mi amiga.
El pelirrojo suspira a través de la línea.
—Tranquilo, ya volvemos —digo con calma.
—Lo estoy —dice demasiado rápido—. Solo que Ryker me va a matar. Se le ha ocurrido ponerse a ver en la televisión un concierto de rock retransmitido. Me duele la cabeza.
—¿Y si vas a jugar a tus videojuegos? —le propongo aguantando el móvil con el hombro y la oreja mientras ponemos las cosas encima de la cinta negra para que el hombre mayor nos cobre.
—No me apetece.
—¿Estás bien? ¿Te ha dado fiebre? ¿Una gripe?
—¿Y a ti qué te pasa ahora? —ríe.
—Nada, solamente que me sorprende que no estés con tus preciados videojuegos.
—¿Por?
—Venga... No hagas como que no sabes de lo que te estoy hablando —Hay silencio al otro lado de la línea, sin embargo, sé que me está escuchando—. ¿O es que acaso te has olvidado de cuando el otro día a Ryker se le ocurrió hacerse unos lomos arrebozados y se pasó de tanto aceite que casi incendió la cocina?
—¿Y...?
—Por Dios, Darren —pongo los ojos en blanco—. Que él estaba chillando como loco y tú estabas tan metido en los videojuegos que ni lo escuchaste.
—Pero el piso no se incendió.
—Porque a Ryker mágicamente se le conectaron las neuronas y apagó los fogones.
Escucho otra carcajada mientras saco la tarjeta y la paso por la máquina que me tiende el hombre, quien me sonríe amablemente, yo le devuelvo una sonrisa tensa.
—Volved rápido —dice después.
—¿Que nos echas de menos? —digo sarcásticamente.
—Lo que quiero es veros hacer ese pastel del que no paras de hablar.
—Ya, claro —respondo con lo mismo que él siempre me dice.
Corto la llamada, porque se nos están acumulando las cosas y empezamos a ponerlo todo en bolsas. Willow carga su gran bolsa como una campeona y subimos al autobús.

ESTÁS LEYENDO
Cállame con besos [COMPLETA]
Teen Fiction¿Seguir las normas y lo establecido? Esa ha sido la vida de Brielle durante todos estos años. Ahora llega la universidad, una mudanza, gente nueva y decisiones propias. Brie tiene cientos de gritos en su interior que quiere soltar, pues lleva tant...