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Si le preguntarán a Quackity que cuanto dinero tendría por haber rechazado al idiota de su compañero de clase, sería millonario. Jslchlatt es su nombre, un "gilipollas" como dirían sus amigos, de pies a cabeza.

Claro que no le negaba su atractivo, era alto, fuerte, fornido de brazos y piernas y un cuerpo bien trabajado. Pero era un completo idiota que simplemente pensar en él ya le daban náuseas. Cuando lo conoció parecía buena persona, una sonrisa encantadora, un buen sentido del humor y sobre todo, un encanto único. Era imposible no enamorarse de el, y claro que para Quackity no fue la excepción.

Empezó a salir con él por ahí de tercer semestre, sin embargo no pasó mucho tiempo para saber las verdaderas intenciones y actitud de Jslchlatt. Todo era una simple máscara. Y una bastante falsa. Jslchlatt no era el tipo bueno de sonrisa encantadora que había conocido, su verdadera cara era la de un hombre manipulador que le gustaba siempre tener el control de las cosas, obligandolo a estar siempre en segunda posición, te gustará o no.

Si algo no le parecía, te lo hacía saber a gritos, o en caso peores, con una amenaza. Es por eso que Quackity decidió retirarse, a las dos semanas dejo de hablar con él y corto cualquier tipo de contactó, afortunadamente Jslchlatt no insistió y no le presto mucha atención a aquello; claro, hasta hace unos cuantos minutos.

— Anda Quacks... ¡Soy un tipo nuevo! Dame una oportunidad, te prometo que he cambiado— dijo Jslchlatt, quien literalmente tenía acorralado en una pared a Quackity.

— Jslchlatt...

— Está bien está bien— se aparto un poco— No me creas... Pero déjame demostrártelo ¿Sí?— sonrió, y si Quackity no lo conociera bien, hubiera caído en aquella sonrisa falsa. Suspiró cansado y solo asintió con la cabeza, lo que fuera solo para alejarse de el por unos minutos. Jslchlatt sonrió, feliz por su cometido y tomo la mano de Quackity para darle un beso en el dorso de está— ¡Verás que no te arrepentirás! ¡nos vemos, amor mío!— y se fue corriendo.

Observo como Jslchlatt se iba a lo lejos corriendo a quien sabe dónde, al perderlo de vista bajo su mirada y observo su mano, más específicamente donde fue besada.

Fue al baño a lavarse la mano con mucho jabón.

No es que le tenga asco... Bueno si, pero no es el caso... Mentira, si es el caso.

Salió del baño secándose las manos agitandolas rápido, y se dirigió al patio donde estaban sus amigos sentados en el pasto, bajo un árbol. Se les unió sentándose al lado de Rubius y le robo a este un pedazo de su sándwich mientras escuchaba amena la plática que tenían.

— Yo tengo una duda, ¿Por qué se hablan por sus apodos y no por sus nombres?— dijo Willy.

— ¿Te gusta más Guillermo o Willy?— replicó Rubius.

— Sinceramente, me gusta más Willy...

— Pues es lo mismo para nosotros.

— Vale... No tiene sentido pero vale.

— Bueno, prácticamente me llamo Miguel Ángel y me dicen Mangel, el cambio no varía para nada conmigo— dijo Mangel.

— Del que tengo duda es del de Rubius... ¿Por qué Rubius exactamente?— pregunto Willy.

— Me teñí el cabello de rubio en segundo semestre, no me gustaba mucho que me dijeran Rubén y me inventé un apodo molón que me gustó y así se quedó.

— ¿Por qué te teñiste el cabello?.

— El cabeza hueca hizo una apuesta con Quackity, el primero que reprobara en inglés tendría que teñirse el cabello... Claro que nadie sabía que Quackity vivió por un tiempo en estados unidos y no dijo nada— dijo Alexby.

Science love // Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora