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Con su respiración agitada y tratando de recuperar el aire, cerró las puertas detrás de él y se dejó caer al piso lentamente; su mochila resbalo por su hombro y soltó su chaqueta de sus manos. Entonces escondió su cara entre sus piernas y cerró los ojos tratando de calmarse.

Entonces rápidamente levantó su mirada seguido de él mismo y comenzó a buscar con la mirada si había alguien más ahí con él o no, una vez se aseguro que estaba completamente solo dejo escapar un suspiro, camino hasta una de las bancas y se sentó en ella, recargando su espalda contra la pared.

Si mirada estaba perdida... Pero su mente pensando una y otra vez lo que acababa de pasar.

Si fue algo tonto de su parte el haber salido corriendo así, pero realmente no lo pueden culpar, pensó que Rubius... Que él era el que estaba ahí con él, no... Él.

Luzu.

El castaño de ojos analíticos y sonrisa encantadora.

A quien le tenía odio antes de conocerlo.

De quien se volvió amigo después de pasar tiempo juntos.

El que le ayudo con sus problemas sin tener que preguntarle y pedirle algo a cambio.

A quien había besado no hace más de 10 minutos.

¡Dios! Su cabeza era todo un lío en esos momentos, ya se había mentalizado de que debía besar a su mejor amigo, pero tal parece el destino quería otra cosa.

Se espanto cuando escucho como las puerta de los baños del gimnasio de tenis eran abiertas y rápidamente se levantó de su lugar para esconderse, se insulto así mismo por dejar su mochila y chaqueta en la entrada.

- ¿Quackity?- escucho una voz.

- ¿Rubius...?- contesto después de reconocer la voz de su mejor amigo, salió de su escondite que solo consistía ocultarse detrás de un muro y camino a paso lento hasta verlo en la entrada de los baños— ¿Que haces aquí?.

— Más bien ¿Que haces tú aquí? Te hemos estado buscando como locos— respondió el oji verde, mientras caminaba con un paso muy lento hasta sentarse en una de las bancas.

— Eh... Perdón... ¿Por qué caminas así?— desvío el tema.

Suspiro— Agh... Una putada la verdad, quería ir al baño y me termine resbalando por un charquito de agua que algún idiota dejo por el pasillo, en conclusión me lastime el tobillo— contó Rubius.

Quackity se sentó a su lado mientras escuchaba la historia— Mierda... ¿Cuando pasó eso?.

—... Antes del último acto...— contó con cautela el oji verde.

—... Ahora tiene sentido— respondió Quackity, mientras bajaba su vista a sus manos y dejaba soltar un suspiro.

—... ¿Estas bien?.

— ¿Tú crees que lo estoy?— devolvió, levantando otra vez su vista hacia el peli blanco.

Rubius negó— Se que no estás bien, pero tampoco siento que estés mal, más bien... Confundido.

Quackity solo escondió su cabeza en sus manos y reprimió un grito, Rubius solo podía darle apoyo acariciándole la espalda.

— ¿Te parece si hablamos de esto en casa? No creo que aquí sea el lugar correcto... Anda, mamá y papá ya nos están esperando en el auto— dijo Rubius.

Quackity solo asintió con la cabeza de acuerdo, fue a por sus cosas abandonadas y le ayudo a Rubius a caminar un poco más rápido, sujetándolo de la espalda con un brazo y con el otro cuidaba de que no se callera el mismo.

Science love // Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora