Extra #01- Willgan

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Comienzo

Cambiarse de escuela, o más bien de cuidad, no fue fácil de digerir para Willy. Aunque, si lo vemos desde otro punto, iba a ser una buena oportunidad para que Willy pudiera comenzar de nuevo.

Aunque, si se llegó a preguntar el porqué. ¿Porque justo ahora, a un semestre de graduarse? Según sabía, era imposible hacerlo, pero no había nada que su madre no consiguiera.

— Lo siento mucho hijo, pero sabes cómo es mi trabajo con estas cosas. Pero te prometo que esta será la última vez, se que es difícil mudarse varias veces y dejar atrás a tus amigos...— le dijo su madre a Willy, a la hora de la cena cuando le dio la noticia.

Willy solo sonrió y asintió con la cabeza entendiendo— Está bien mamá, no creo que a mis amigos les moleste mucho...— dijo Willy con un tono un poco triste y resignado, su madre tardo unos segundos en entender y cuando por fin lo hizo, se arrepintió de su comentario.

— Oh hijo... Lo siento tanto... Pensé que si habías hecho amigos esta vez...

— Está bien mamá, no te preocupes, tal vez la nueva escuela sea la indicada— trato de aligerar el ambiente Willy, y su mamá solo sonrió levemente asintiendo con la cabeza.

— Estoy segura que sí cariño... Anda, termina tu cena que mañana hay que empacar. Ya fui a pedir tu baja a la escuela así que ya no necesitas ir el resto de la semana.

Willy solo asintió con la cabeza y siguió cenando junto a su madre.

La familia de Willy era sumamente pequeña. Solo eran su madre, su abuela, su hermana pequeña y él; su padre... Bueno.

De él no se habla en aquella casa.

Así que técnicamente estaba rodeado por completo de mujeres, mujeres amorosas que darían la vida por él, así que Willy siempre intentaba ser lo mejor de él para hacerlas sentir orgullosas.

— Cuando termines de cenar porfavor ve a revisar que tu hermana este dormida, no tengo ni idea de si tu abuela la arropó bien antes de irse al bingo con sus amigas... Hay, ya sabes como es esa mujer de apurada.

Willy solo sonrió asintiendo con la cabeza, por las tantas ocurrencias de su querida abuela.

Siguió cenando junto a su madre con pequeñas platicas y un par de preguntas que quería hacer respecto a su nueva cuidad.

Esa misma noche, después de asegurarse que su hermana estuviera bien arropada y dormida, se fue a acostar a su cama, y mientras trataba de dormir, solo podía pensar en cómo sería ese tal Karmaland que su madre tanto le platico.

Solo espero poder hacer amigos esta vez... pensó Willy antes de cerrar los ojos para por fin quedarse dormido.

A la mañana siguiente y por los siguientes dos días, él y su madre se encargaron de empacar en maletas y cajas todas sus cosas, se mudarían el sábado por la mañana llegando a Karmaland por la noche, y al siguiente lunes Willy iría a su nueva escuela, Karmaland high. El nombre le pareció bastante irónico y gracioso.

Mientras terminaba de empacar una de las ultimas cajas de platos y vasos, sintió unas pequeñas manitas agarrando su pantalón, volteo su vista hacia abajo y sonrió al ver que era su hermana.

— ¿Que ocurre pequeña Lola? ¿Quieres ayudarme a empacar?— le pregunto Willy a una pequeña rubia, idéntica a su madre.

La pequeña Lola, al tener dos años; todavía no sabía hablar muy bien, y aunque si sabía las palabras básicas, solo se limitaba a asentir y negar por el momento, por lo que asintió con su cabecita a la pregunta de su hermano, Willy sonrió achicando todavía más sus ojos de lo que ya estaban y sentó a su hermana encima de la mesa, pidiéndole que sujetara la cinta adhesiva.

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