Al salir se encontraba el estúpido de Seth recargado en el marco de la puerta de mi supuesta habitación. Pase a un lado de el sin una última mirada de mi parte. No podía creer el hecho de que me estaban obligando a casarme.
A CASARME CON UN MALDITO LOBO.
No me había molestado el hecho de casarme con Noah, ¡claro que no! él era demasiado amable y lindo conmigo y de alguna forma lo quería un poco, pero esto era diferente... muy diferente.
Porque con la persona que me casaría era lo que más aborrecía en mi vida, lo que eh odiado desde siempre.
Mi vida apestaba.
-¿Porque tan callada?- pregunto con una sonrisa en la cara, mientras que yo me recostaba en la cama, pensando en qué demonios aria ahora.
No me moleste en responder, estaba bastante segura de que lo sabía y solo me molestaba.
-Oyeeeee- canturreo el, -Isobelleeeeeee-
Obligue a mi mente a bloquear todo sonido, este era uno de esos momentos en que me encontraba tan centrada en algo que era demasiado importante, y esto sin duda lo era.
Todas mis opciones ya se encontraban agotadas.
Escapar.
Nah, no funcionaría de nuevo, esta casa se encontraba llena.
¿Suicidarme?
Menos, ya que de alguna estúpida manera ya que era inmune a la plata y el acónito.
Estaba realmente jodida esta vez.
Sentí una mano en mi cara.
Día un manotazo fuerte, haciendo que Seth se quejara.
-Hoy estas de un lindo humor- comento con molestia.
-Mira cuanto me importa- respondí con rabia.
-¿Se puede saber qué demonios te pasa ahora?- se lanzó a la cama a un lado de mí.
Suspire tratando de controlar mi ira.
-Deja de hablar por un segundo.- susurre con dientes apretados.
El último gramo de mi paciencia se agotaba, todo mi auto control estaba a punto de irse. Y cuando pasaba eso, yo simplemente explotaba, no podía controlarlo. Y el control era todo lo que tenía.
-Oye tu cara se está poniendo roja- dijo el mirándome más de cerca. -¿Te encuentras bien?-
No.
No me encontraba de ninguna maldita manera, y mucho menos bien.
Mis manos empezaron a temblar de tan duro que las tenía apretadas. Las uñas clavándose en mis palmas.
-Oye...- hablo él. -¿Estas bi...?-
-¡Cierra la maldita boca!- grite con todas mis fuerzas. -¡Deja de hablar! ¡¡CÁLLATE DE UNA VEZ!!- mis gritos hicieron que los cuadros en las paredes temblaran y que el chico se estremeciera de tal forma que me sorprendió a mí misma.
Suspire una y otra vez tratando de calmarme a mí misma.
Pasos se escucharon en el pasillo.
Segundos después un jodido ejército de hombres, mujeres eh incluso niños se encontraba frente a mí. Eran tantos, más de los que alguna vez vi en mi vida.
Justo a la cabeza se encontraba el.
El alfa.
Mi padre.
-¿Que ha sido eso?- pregunto con cautela.
-Deja de hablar- susurre, mis uñas se clavaban de tal forma dolorosa y profunda en mi palma que sentí la sangre brotar de mi mano y caer al suelo.
-Ese fue un rugido- hablo con satisfacción coloreando su tono.
-Cállate.- apreté las manos.
Todo mi cuerpo empezaba a temblar de ira.
-Es el gen del alfa, tu cuerpo reacciona a él, solo que tu mente no lo acepta,- Alan empezó a caminar en mi dirección.
-No- negué una y otra vez.
-Ella no es lo suficiente fuerte- hablo la anciana de antes, -Pero Layla si lo es.-
-Cállate Lucille- gruño Seth.
-Mi abuela solo dice la verdad- contradijo Layla, -Ella no es digna,- me miro con suficiencia, -No como yo.-
-Basta Layla- ordeno su padre.
Todo el mundo empezó a murmurase unos contra otros.
Eran demasiadas voces.
Mucho ruido.
Lance mis manos ensangrentadas a mis oídos.
Tenían que callarse, todos.
Los murmullos se hicieron más intensos.
Mi cabeza dolía de tal manera que amenazaba con explotar, el ruido era insoportable.
Grite.
Una y otra vez.
Al fondo se escucharon vidrios romperse, junto con más gritos.
Por fin mis gritos cesaron.
Ahora todo era claro, me sentía tranquila de alguna forma.
Era liberador.
Mire a las personas frente a mí.
Todos se encontraban estupefactos ante mí.
-Su ojo brilla- hablo con tal sorpresa Layla.
Gire mi cabeza en la dirección del espejo ahora roto del tocador, mi ojo brillaba de un intenso naranja, y un par de colmillos blancos se asomaban en mi boca. Baje la mirada a mis manos con garras largas.
Un pensamiento cruzo mi mente.
-Y seré alfa.- hable en voz alta para que todos me escucharan.
Un jadeo horrorizado fue escuchado de Lucille y Layla. Mientras que una sonrisa de suficiencia aparecía en la cara de Alan Black.
Yo sería el alfa.
Y los destruiría a todos.
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HUNTERS and WOLFS
Manusia SerigalaLa novela está enfocada en Isobelle Black, una cruel cazadora de hombre lobo. La noche antes de comprometerse ella y su ''clan'' son emboscados por una manada de hombres lobo donde los suyos mueren, pero ella es llevada por el alfa y su beta de ojo...