-¿Cuál es tu maldito problema?- grito Alan. El hombre ni siquiera había entrado por completo a la habitación y ya estaba explotando.
Crio.
Bostece aburrida.
Ya estaba tan acostumbrada a los gritos...
-¿¡No me estas escuchando!?- se puso justo frente a mí. Su cara estaba roja de ira y las venas de su frente se remarcaban de una manera extraña.
Por el rabillo del ojo note como Seth daba un sutil paso al frente.
-No jodas- gruñí -No estoy del mejor maldito humor en este momento-
-¿¡No lo estas!?- dios, el hombre parecía Hulk pero en rojo y no verde. -¿¡Que no lo estas!?- grito. -¡Respóndeme!-
-Alan creo que...-
-¡Cállate Seth!- rugió él.
Seth se lo quedo mirando un segundo, sin temor a enfrentarse al alfa. Alan dio un paso en su dirección.
Me puse de pie rápidamente.
-¿Que se supone que quieres?- trate de evadir su atención del chico de ojos aceituna, ¿porque? quién demonios sabe. -¿Quieres una disculpa? ¿Quieres que le pida perdón a la perra que tienes como madre?- al parecer mi comentario no le gusto.
Un brazo musculoso se movió tan rápido que incluso no pude verlo. Pero nunca sentí el impacto de su puño en mí.
Vi con tal sorpresa la escena frente a mí.
Seth tenía el brazo del alfa detenido con su mano, ahora el parecía estar furioso y a punto de arrancarle la cabeza al pelirrojo.
-¡Como te atreves!- exclamo sorprendido.
-No se golpea a una mujer- hablo fuerte y claro, entonces le lanzo el brazo que aun sostenía a su pecho.
Ambos se quedaron mirando en una batalla épica de miradas.
-Estas castigada- dijo por fin Alan Black. Sin una última mirada de su parte salió de la habitación.
-¿Castigada?- bufe.
-Sí, CAS.TI.GA.DA.- Seth repitió cada palabra. -Lo que significa que no puedes salir de tu habitación a menos que sea rotundamente necesario y mucho menos salir de la casa-
Rodé los ojos, -¡Ni me dejan salir de la estúpida casa!- me queje, -Y cuando salgo de esta tonta habitación algo sucede, oh intento matar a los que me encuentro o golpeo a las ancianas.-
-Si...- él se rasco la cabeza, -Como que mereces ser castigada-
-No molestes-
El alzo las manos al frente, -Como sea, nos vemos luego- Vi como el salía de la habitación, se fue y no le dije gracias.
Gracias por evitar que mi hijo de puta padre me golpeara.
*****
Después del maldito baño más largo de mi vida, intente salir de la habitación pero había guardias.
Malditos guardias con armas.
Pero no era uno, ni dos.
Eran 10.
Ja!
Como si yo fuera el peor asesino de toda la historia o un jodido terrorista que ha secuestrado bebes y luego los vende por kilo.
Exagerados.
Pero ese no era el caso.
El caso aquí es que me estaba muriendo de hambre.
Ese sí que era el caso.
No había comido desde la mañana, y era una mierda, porque solo con el hecho de poner un dedo fuera ya tenía un arma apuntando a mi cabeza y a un guardia de vos chistosa ordenándome volver a la habitación.
Claro, como ellos si habían comido ya.
Camine a la puerta, decidida a salir de aquí o por lo menos decidía a encontrar a Seth.
Después de todo él era el único, como que me agradaba.
Abrí la puerta de golpe, haciendo saltar a los guardias.
Me reí ante eso.
Mi risa se cortó al momento que sentí el metal frio en mi frente.
-Quita eso de mi cara- gruñí.
Un par de armas fueron dirigidas a mi cuerpo, una vez que notaron mi furioso.
Suspire tratando de calmarme a mí misma.
-Solo quiero algo de comer- dije con dientes apretados.
-Pues espera que alguien te traiga comida- contraataco el guardia de voz graciosa.
Me trague una carcajada, su voz era tan chillona como un pito.
Entonces sentí otra arma en mi cien.
-¿Entonces qué hago?- pregunte incrédula, -¿Esperar hasta que alguien se apiade de mí y me traiga algo de comida? ¿Oh simplemente morir de hambre?-
-La segunda opción suena bastante bien para mí- dijo una voz.
Suspire.
Aquí vamos de nuevo.
-Creo que tenían órdenes estrictas de no dejar salir a esta- Layla hizo un gesto con la cabeza hacía mí, -Yo no la veo dentro de su habitación.-
-Ella ha salido sola señorita Layla- hablo un guardia. Al menos este si tenía voz de hombre.
Layla abrió la boca, solo para decir estupideces de seguro, pero hable primero.
-¿Donde esta Seth?-
La cabeza de la chica de cabello rojo sangre giro como la del exorcista hacía mí. -¿Para qué quieres a mi Seth?-
Remarco; mi Seth.
Reí para mis adentros.
-Solo busco a mi futuro esposo, nada en especial- sonreí.
Recordé cuando Alan me dijo que pronto anunciaría mi compromiso con Seth, como había estado tan enojada por eso. Pero ahora que lo pensaba no sonaba tan malo.
La cara de Layla amenazaba con explotar de pura ira.
Y era bastante satisfactorio.
-Señorita Isobelle por favor entre a la habitación.- pidió el guardia con voz de hombre.
Lo hice sin protestar.
Tal vez no conseguí comida, pero la cara de dolor e ira de Layla ya era algo.
Segundos después la puerta se abrió dejando ver a mi futuro esposo.
Mi futuro esposo con una bandeja llena de comida.
Prácticamente me abalance contra él.
-¡Dios te amo!- grite, mientras metía un guaffle a mi boca.
Vi como Seth alzaba una ceja. -Sí, siempre supe que tenías un tipo de enamoramiento extraño conmigo.- se sentó en la cama, poniendo la bandeja en sus piernas.
No le hice caso.
Solo metía y metía comida en mi boca.
-Yo creo que tienes hambre- escuche la sonrisa en su voz.
Alce la vista solo para encontrarlo mirándome.
Mi mirada aterrizo en sus labios sin querer.
Y él lo noto.
Al igual que yo note como miraba mi boca con anhelo.
Sacudí la cabeza lentamente, a pesar que puede que yo también quisiera lo que él pensaba.
-Sigue comiendo pequeña.- susurro él.
Lo mire un par de segundos, antes de seguir con mi comida.
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HUNTERS and WOLFS
WerewolfLa novela está enfocada en Isobelle Black, una cruel cazadora de hombre lobo. La noche antes de comprometerse ella y su ''clan'' son emboscados por una manada de hombres lobo donde los suyos mueren, pero ella es llevada por el alfa y su beta de ojo...
