Capitulo 7 ''Otro intento fallido''

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El acónito mataba a los lobos, al igual que la plata, pero yo tocaba plata y no sentía ni cosquillas. El acónito tenía que servir de algo.

Saque el polvo del collar y lo vertí en el vaso de agua, mire como el polvo morado la teñía, esta era la última oportunidad que tenía.

Suspire resignada.

Suicidarse era lo más estúpido que había pensado, pero era necesario, ellos no me dejarían ir y escapar ya no era una opción si te atrapaban.

Tome de un solo trago el agua, esta era como si papel de lija hirviendo pasara por mi garganta.

Tosí una y otra vez, mi cuerpo pedía que expulsara el veneno, pero mi cerebro sabía que no tenía que hacerlo. Me tropecé contra una mesa haciendo que un garrón con flores se quebrara en el suelo.

Arañe la alfombra luchando contra el ardor en mi interior, centre mi mirada en la puerta al momento en que escuche pasos, el chico Seth llego corriendo, se detuvo en seco al momento en que noto como me retorcía en el suelo.

-¿Qué hiciste?- exigió, pero no hubo respuesta por mi parte. -No, mierda, no, no, no...- el trato de entrar a la habitación pero fue como si chocara contra una pared transparente, sus ojos brillaron en dorado intenso. El miro el suelo, -Acónito- susurro ya pálido.

Mis ojos se nublaron, y poco a poco empezaron a oscurecerse.

No sentía el ardor, realmente no sentía nada más.

¿Eso era la muerte? porque si lo era realmente no parecía tan mal.

-¡ALAN!- escuche gritar a Seth, -¡ALGUIEN TRAIGA A ALAN!-

Eso fue lo último que escuche.

*****

Mi cabeza dolía como la chingada.

Gruñí.

Pero entonces abrí los ojos de golpe.

Esto no podía ser verdad. Tenía que ser una maldita broma.

Mire toda la habitación frenética.

Grandes ojos azules me devolvieron la mirada.

Una chica con largo cabello de colores se encontraba al pie de la cama.

Me levante de un salto y le di mi típica mirada de ''estas a punto de morir''

La chica se estremeció.

-No los mates- gire la cabeza bruscamente para encontrar a Seth recargado en la pared del fondo. -Tu padre acaba de irse, está muy enojado-

Bufe, -¿Y cuánto crees que me importa eso?-

-Es tu padre, solo está preocupado por ti- intento razonar conmigo.

-Mi padre- hice énfasis en la última palabra, -Puede irse a la mierda, si realmente le importara me dejaría regresar con mi familia.-

El no contesto.

La chica del cabello ridículo, miro de el a mí y de regreso. -Yo creo que...- jugo con sus manos, -Sería mejor que me fuera-

Esta de acuerdo con eso, -Si lárgate antes de que tu horrible cabello me dé más ganas de vomitar y te lo haga arrancar de raíz-

Ella abrió mucho los ojos.

-Es mejor que te vayas Jenn- hizo un gesto a la puerta, ella no lo pensó ni un segundo antes de salir pitada del lugar. -Deberías ser más agradecida- hablo entre dientes, -Ella fue quien quito el acónito de la puerta para que pudiera entrar, si no fuera por ella seguirías tirada en el suelo con vidriosos a tu alrededor-

-Como si te importara- refunfuñe, -Espera, ¿cómo demonios es que sigo...-

-¿Viva?- me corto.

-¿Qué demonios hicieron?- exigí.

El negó, -Nosotros no hicimos nada, acabamos de descubrir que eres inmune al acónito, eres diferente a los otros lobos-

Intente contener mi ira al escucharlo decir la palabra ''lobos'' -YO.NO.SOY.UN.MALDITO.LOBO-

-¿Oh, en serió?- sonrió, -Porque podría jurar que tus ojos están brillando justo ahora-

Me quede helada por un segundo antes de reaccionar y correr al espejo más cercano.

Mi ojo derecho brillaba de un color naranja intenso.

Mire con horror mi reflejo.

Lágrimas de rabia picaron en mis ojos.

Lance mi puño cerrado al espejo haciéndolo añicos.

Escuche a Seth gritar.

No me importo. Nada me importaba ahora.

Tome un pedazo grande de vidrio y lo enterré en mi muñeca, justo en las venas. Ardió increíblemente, pero no pasó nada.

Lo hice una y otra vez hasta que el trozo de vidrio fue arrancado bruscamente de mis dedos.

-¿¡ESTAS LOCA!?- grito justo en mi cara.

-¡Déjame en paz!- le grite de vuelta.

Tome otro vidrio, alce el brazo para enterrarlo de nuevo en mi muñeca, pero fui detenida.

Alce la vista para encontrar la cara de Seth frente a la mía, -No hagas esto- susurro, -Acepta lo que eres-

-Yo no soy esto- intente quitar mi muñeca de su agarre. -No soy como tú, nunca dejare de ser una cazadora, ¿sabes lo que es eso? nosotros cazamos LOBOS, no nos convertimos en ellos-

Una estúpida lágrima rodó por mi mejilla.

-Ahora deja que termine lo que empecé-

-NO- el negó, -Tú no sabes lo que haces- soltó mi mano, -Tu padre vendrá en un momento- camino hasta quedar recargado en la puerta.

-¿Te quedaras ahí?- pregunte molesta.

El asintió, -No me arriesgare a dejar que la hija del alfa intente de nuevo suicidarse, nosotros no dejamos a los nuestros hacer estupideces-

-Yo no soy una de ustedes, ya superarlo y deja que me largue de una jodida vez-

-Yo no lo creo cariño- se cruzó de brazos, -Estaré aquí jodiendo hasta que Alan venga-

-Oh te mate- sugerí.

El rodó los ojos.

Ambos nos quedamos en silencio por un par de segundos hasta que el hablo, -Nunca nos presentamos formalmente- sonrió.

-No me interesa conocerte- escupí.

-Mi nombre es Seth Castle- ignoro por completo mi comentario. -Y soy el segundo al mando-

El siguió hablando estupideces por un par de minutos más, dios juraría que mi cabeza está a punto de explotar.

-Mira Seth- hice énfasis en su nombre, -Me das dolor de cabeza, así que cierra la maldita boca-

-Sí,- él lo pensó por un segundo -Me han dicho eso antes-

-Estoy bastante segura de que si- refunfuñe.

-Dice Alan que la lleves a su oficina- dijo el chico Luc entrando en la habitación.

-La llevo en seguida- asintió Seth.

Luc giro sobre sus talones y siguió caminando, pero se detuvo en la puerta y me miro, -Ten cuidado con ella, no le importa hacer cualquier cosa para poder escapar-

Una carcajada seca broto de mi garganta, -Superarlo niño, tu no me importas, solo era una buena estrategia para salir de esta maldita casa- sonreí, -Tengo que admitir que fuiste demasiado idiota para creer eso-

El apretó los dientes, -Llévala ahora- con esa última frase salió del lugar.

Seth alzo una ceja, -¿Que le hiciste?- pregunto.

-Que te importa- pasé a un lado de él.

Supuestamente papi quería hablar conmigo. 

HUNTERS and WOLFSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora