14 de diciembre #NaviFicsMLB
Un fuerte estornudo seguido de una queja se escuchó en el cuarto de nuestros protagonistas.
Marinette había cogido un inesperado resfriado a raíz de su salida nocturna hacía horas. Había amanecido con unas líneas de fiebre y con vómitos.
Tal parecía que la azabache no había cerrado bien su abrigo y su parte infantil había decidido gritar eufórica bajo la nieve la noche anterior.
—No es justo —soltó con voz gangosa a medida que dejaba otro pañuelo a la pila de mocos acumulados en la cama.
—¿Quién insistió en salir a jugar a comer copos de nieve anoche? —exhaló preocupado Adrien acercando un plato con sopa para ella—. Ten, esto tiene que ayudar.
—Echo de menos a nuestros bebés —esbozó un tierno puchero restregando uno de sus ojos enrojecidos.
—Acabo de hablar con tu madre, los niños se encuentran bien y super entretenidos con la panadería —sonrió rebuscando su teléfono en su bolsillo—. Es más, tengo una foto digna de un cuadro.
Su dedo se deslizó por la pantalla en busca de esa imagen que lo había divertido y causado mucha ternura.
Hugo se encontraba en el mostrador, detrás de la caja registradora mientras sus manos golpeaban esta y una Emma lucía muy ocupada con el teléfono a la vez que sus ojos se encontraban mirando hacia arriba como si estuviera pensando.
—A este paso ellos heredarán la panadería antes que yo —sorbió su nariz sonriendo.
—Prefiero mil veces ello antes de que porten un miraculous —dejó el artefacto en la mesa de noche.
—¿Por qué lo dices?
—Porque no pienso dejar que nuestros hijos se expongan al peligro, demasiado miedo me genera que tú lo hagas —ella fue a interrumpirlo pero continuó hablando—. Y no, no me importa que seas la increíble y super poderosa Ladybug, porque primero eres mi Marinette, mi princesa, mi esposa, mi familia.
—Adrien, así como nosotros no hemos podido ir en contra de la elección del maestro Fu, los niños tampoco podrán...
—No está en discusión —limpió el nudo de su garganta al haber visualizado una vida sin ella y sus hijos por escasos segundos—. No insistas con el tema, por favor.
Marinette se limitó a asentir simplemente, no quería que su gatito se martillara la cabeza con pensamientos negativos. Sabía lo sentimental que podía ser cuando se la integridad de su familia se trataba.
—¿Quieres que te abrace? —preguntó al cabo de unos segundos al observar que él se había quedado en un solemne silencio mientras su mirada se perdía en el suelo.
Adrien simplemente levantó el cobertor, se acomodó entre sus piernas y dejó su cabeza apoyada en el pecho de la chica. Al rubio poco le importaba si el resfriado que tenía su chica era contagioso, no quería despegarse de ella.
—¿Renunciarías a tu miraculous?
—¿Por qué la pregunta? —indagó con un deje de sorpresa acariciando sus mechones dorados.
—Porque he estado pensando en renunciar al mío —murmuró buscando su mano para dejar un beso en ella.
—¿No te genera tristeza pensar un futuro sin Plagg?
—Claramente —suspiró—, pero aún así no podemos olvidar que corremos mucho riesgo sabiendo que mi padre le ha dejado el miraculous de la mariposa y del pavo real a alguien más —relamió sus labios para continuar—. Siento que ese alguien puede encargarse de averiguar quiénes somos realmente. No quisiera que nadie le hiciera daño a nuestros hijos, y mucho menos a ti...
Marinette terminó de romperse al escucharlo hablar así, su voz se había ido entrecortando entre cada palabra. Una solitaria lágrima rodó por la mejilla del rubio, la cual fue limpiada por ella con sumo amor captando su atención.
—No olvides que somos tú y yo contra el mundo mi gatito —dejó un beso en su frente provocando su sonrisa—. No estás paternando solo Adrien, yo también estoy y me encargaré de que esa persona o quien sea no lastime a los míos, a los nuestros...
—Te amo mi lady, mi princesa, mi hada de la costura —Marinette rio cortamente ante sus apodos—. Te amo Mari y mucho.
—Y yo a ti mi gatito adulador —frotó sus narices con dulzura para luego unir sus labios en un casto beso.
—Tal vez tuve que comer copos de nieve para evitar que tú lo hicieras —soltó en broma aún contra sus labios.
—Te hubieras resfriado tú.
—Pero tendría el placer de que tú me cuidaras.
—No descarto que tú también termines lleno de mocos si continuamos besándonos.
—No me importa —volvió a besarla cortamente—, el día de nuestra boda prometí que te amaría y cuidaría en la salud y la enfermedad, y tú también, así que no le veo el problema.
—Nuestros hijos no pueden vivir con mis padres —rio divertida atrayendo su cuerpo para abrazarlo fuertemente—. En algún momento tendré que mejorar y volver a estar con ellos, por ende tú también debes encontrarte sano.
—Tienes razón —bufó saliendo de la prisión de sus brazos para apoyar sus manos a cada lado de su cuerpo para no aplastarla con su peso—. ¿Tienes hambre?
Ella negó tomando otro pañuelo en sus manos.
—Tu estómago no ha dejado de rugir desde que me acosté —afiló su mirada mirándola con desconfianza—. ¿Estás segura?
—Está bien, pero que no sea otra sopa porque la vomitaré —suplicó con ojos de cachorro—. Una pizza estaría bien para mi.
—Una pizza no te ayudará a mejorar.
—Pero me hará la chica resfriada más feliz del mundo.
Adrien negó divertido mientras se dedicaba a levantarse de su lugar para tomar su teléfono y solicitar ese pedido especial para su chica consentida.
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Reto navideño || Adrinette
FanfictionMicrorelatos navideños durante veinticinco días. Reto propuesto por: MiraculousFics (twitter) / fics_miraculous (ig) para este mes de diciembre 2022. #NaviFicsMLB Se prohíben copias y adaptaciones.