20 || Muérdago

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20 de diciembre #NaviFicsMLB

—¡Adrien!

Hacía media hora que la azabache había terminado de arreglarse junto a sus hijos para ir a visitar a sus padres. El rubio había colaborado en el proceso y luego en propio arreglo había tardado más de lo normal.

—¡Que ya voy, ya voy! —gritó desde el cuarto para luego acercar sus pasos hacia donde se hallaban los tres—. ¿Qué camisa crees que me hará lucir menos culpable?

—¿Culpable? —frunció su ceño confundida mientras colocaba el chupete de Hugo en su boca.

—Pues claro, iremos a cenar con tus padres y con un notición que no sé cómo lo tomarán.

—Te recuerdo que no es la primera vez que le decimos que esperamos un hijo juntos.

—Lo sé, pero es la primera vez en donde nuestros bebés tendrán pocos meses de diferencia.

—Adrien... —suspiró exhausta por esperar tanto.

—Esta blanca grita pureza e inocencia —la exhibió en su mano derecha ignorando su llamado para luego alzar la otra en su mano libre—. Y esta negra que tú has elegido, grita "rompimos la cuarentena antes de tiempo y ahora esperamos otro hijo".

Marinette apretó sus labios para no soltar una carcajada pero le fue inevitable frente a la seriedad que cargaba su esposo.

—¿Me hablas en serio?

—¿Por qué no lo haría? —fue su turno de hundir el entrecejo frente al rostro divertido de su azabache—. ¿Crees que es una broma?

—Gatito —se acercó a él para peinar sus cabellos hacia atrás mientras lo miraba con dulzura—. Ni tú ni yo sabemos cómo reaccionarán, pero te aseguro que estarán contentos con la llegada de otro integrante a la familia.

—Tu padre me matará —exhaló derrotado dejando que los dedos de su chica se enredaran en sus hebras—. ¿Qué tal si tu madre justo va al baño y nos deja a solas cuando demos la noticia? No habrá nadie que detenga a tu padre para que me arroje con un cuchillo.

—Sí, seguro que ocurrirá —rodó sus ojos divertida mientras dejaba que Hugo pasara a los brazos de su papá, luego de insistir tanto al agitar sus regordetes brazos—. Amor, sólo es una cena, además también estarán Félix, Kagami y Kyle, no montaremos ninguna escena trágica.

—Sería un buen momento para que alertaran que no salgamos de nuestras casas por la nieve.

—Pero hay mucha visibilidad en las calles.

—O tal vez ciertos superhéroes de París podrían aparecer en la TV y alertar a los parisinos para que suspendan cualquier tipo de reunión familiar, especialmente en donde esperar a su yerno para asesinarlo.

—Joder —negó su cabeza riendo—. Sí que a tu cabeza le encanta imaginar muchos escenarios catastróficos.

—¿Puedes culparme? —esbozó un tierno puchero meciendo a Hugo en sus brazos—. Imaginé millones de situaciones en las que tú me decías que no a la hora de rechazarme la propuesta de matrimonio.

Marinette lo miró comprensiva mientras lo abrazaba pasando sus manos por su torso para apoyar su oreja a la altura de su corazón que latía desbocadamente.

Tal vez le estaba restando importancia a la forma en que se sentía Adrien en ese momento y no era lo correcto. La noticia no era algo de urgencia, podía esperar. Quería asegurarse de que su chico se sintiera bien a pesar de que luciera como un niño asustado.

—Nos quedamos.

—N-no, espera —se separó para mirarla con ciertos nervios—. No es necesario que nos quedemos, además nunca les hemos cancelado a tus padres y...

—Y será la primera vez que lo hagamos —encogió sus hombros restándole importancia—. No veo el problema, además tengo muchas ganas de que pasemos la noche en nuestro sofá mientras tu me llenas de mimos.

—Marinette, nena...

—No te obligaré a ir a un lugar al cual no quieres ir —encajó su mano con la suya—. Tú nunca me obligaste a ir a comer con tu padre —sonrió apenas sin querer entrar en detalles—. Esto es algo parecido...

—Pero yo sí disfruto de sus compañías —se acercó a ella para recargar su frente en la suya—. Iremos y cuando volvamos prometo llenarte de mimos en nuestro sofá.

—Suena bien —murmuró suavemente torciendo sus labios en una sonrisa soñadora.

—Entonces...

—Elige la camisa que tú quieras —frotó sus narices suspirando—, pero si quieres mi opinión... me gusta mucho cómo luce la camisa azul en ti.

—Camisa azul será —intentó devolver al bebé a los brazos de su mamá pero este se aferró fuertemente a él—. Creo que alguien se niega a dejarme ir, espero que sea así durante toda la noche, tendré un pequeño escudo.

Ambos rieron para luego terminar de arreglarse. Mientras tanto Marinette volvió a peinar a Emma que había cogido una pequeña siesta en el sofá en todo el tiempo que su papá había estado lloriqueando.

—¡Estoy listo!

El rubio apareció con su bebé en brazos mientras extendía uno de sus brazos para modelar su atuendo completo, dejando a la azabache suspirando por varios segundos.

—Definitivamente me encantas en cualquier tipo de color, pero este es mi favorito.

—Usé una camiseta azul en nuestra primera cita —sonrió recordando ello—. Ya veo el motivo.

—Presumido.

—Soy tu presumido favorito mi lady —guiñó un ojo provocando su sonrojo.

Ambos avanzaron hasta la puerta de entrada junto a sus hijos que se encontraban abrigados hasta la nariz por el frío de la época.

—¡Esperen! —ambos lo hicieron mientras bajaban su preocupada mirada a su pequeña—. En las películas siempre las parejas deben besarse bajo el muérdago.

—Pero no tenemos...

Ambos kwamis aparecieron flotando con un racimo de muérdago encima de sus cabezas provocando que ambos alzaran la vista a este. Adrien fue el primero en bajar la vista al rostro sorprendido de su chica para tomar su mentón con su mano libre y tomarla de sorpresa con un beso cargado de amor e intensidad.

—De ser así, tendremos que llenar la casa de muérdago ¿no te parece?

—Sabes que no lo necesitas para besarme.

—En definitiva, pero debo de decir que ahora me siento un gato invencible.

Marinette relamió sus labios para luego sonreír y dejar un último beso en los labios de su asaltante.

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Reto navideño || AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora