19 || Galletas de jengibre

262 25 0
                                    


19 de diciembre #NaviFicsMLB

—¿Sabes algo papá?

—Dime princesa —su atención se hallaba totalmente enfocada en finalizar un budín navideño para su amada que había estado con un antojo dulce.

—Yo le había pedido a Santa otro hermanito.

—¿Ah sí? —no pudo evitar ocultar su sonrisa a medida que terminaba—. ¿Y por qué no nos habías comentado nada?

—Porque mi carta era para Santa, no para ustedes —su rostro hizo un gesto de incredulidad—. Además, quería que fuera una sorpresa para ustedes y para Hugo.

—¿Cómo sabes que a Hugo le gustaría tener un hermanito?

—Papá, tú no entiendes —el rubio dejó su actividad para mirarla atento—. Hugo cuando crezca deberá cumplir como hermano mayor y cuidar al bebé.

—¿Y quién cuidará a Hugo?

—Pues yo.

—¿Y a ti?

—Ustedes.

—¿Y a nosotros quien nos cuidará?

—Sus tuamis.

—Kwamis —la corrigió Adrien sin aguantar la risa para luego acercarse a ella y plantar un beso en su cabeza—. Eres una princesa muy ocurrente ¿lo sabías?

—Mamá dice que tengo ideas locas como tú —soltó una risita juguetona ocultando con sus manos su boca.

—¿Ah sí? —ella asintió—. Tú y tu mamá son iguales siendo graciosas cuando de mí se trata.

Emma rio cortamente para luego pedirle a su papá que la alzara en sus brazos al extender los suyos.

Inmediatamente apoyó una de sus mejillas en su hombro mientras una de sus manos tocaba su rostro sin mirarlo.

—Eres el mejor papá de todos —soltó de repente tomando con la guardia baja a Adrien.

—Mi princesa —suspiró colocando una de sus manos a la altura de su nuca mientras masajeaba su cabello dorado—. Me siento el mejor papá de todos porque te tengo a ti y a tu hermano como mis hijos.

—Prométeme —levantó su rostro para mirarlo determinante apretando sus mejillas con ambas manos—, que cuando llegue el regalo de Santa igual continuaremos jugando con mis muñecas y tomaremos el té junto a Hugo en su manta de juegos.

Adrien rio dulcemente al escucharla, definitivamente era tan ocurrente como él y no había forma de refutarle ello a Marinette.

—Lo prometo —besó su frente sellando su promesa—. Si tú me prometes que siempre tendré un lugar en la manta de juegos de Hugo para que tomemos el té.

—Lo prometo papá.

—Muy bien mi niña —dejó a su pequeña hija en la isleta mientras procedía a colocar el molde con la mezcla en el horno para continuar con su tarde de cocina—. ¿Qué nos queda por cocinar?

—¡Galletas de jengibre!

—Manos a la obra princesa, pero primero... —echó un vistazo a Hugo que se hallaba jugando en el suelo de la sala con un sonajero— creo que tu hermano se encuentra demasiado tranquilo.

—¿Ves papi? De seguro mi otro hermanito será igual de tranquilo.

—Ya lo creo —soltó entre dientes divertido, mientras recordaba lo caótica que había comenzado a ser Emma luego de los siete meses.

El ruido de la puerta alertó a todos, para luego dejar entre ver a una bonita azabache con mucho abrigo encima y su nariz con un tierno color carmín.

—¡Adivinen quién ha llegado!

Hugo al escuchar la voz de su madre comenzó a gatear con entusiasmo hasta la entrada en donde una divertida Marinette lo alentaba a continuar hasta tomarlo finalmente en sus brazos.

El rubio no pudo contener la sonrisa tonta que desbordaba en sus labios al verla en ese estado maternal.

—¿Papá?

—¿Mmh? —soltó aún ensimismado en esa imagen.

—Estás amasando con una cuchara.

—Pero qué...

Adrien bajó la mirada mientras veía como sus manos habían cogido una cuchara para desparramar la harina en el mesón sin haber logrado formar la masa aún.

—Qué bien huele aquí —respiró profundamente cerrando sus ojos mientras se acercaba con Hugo en brazos hacia la cocina.

—Hola mami —sonrió Emma girando su torso apenas para mirarla sonriente—. Papá estaba amasando harina con una cuchara —soltó una risa burlona—, fue muy gracioso.

Marinette apretó sus labios mientras conectaba su azulada mirada a la de su chico.

—En mi defensa diré que ciertas vistas me distrajeron de mi objetivo.

—Ya lo creo... —giró alrededor de la encimera para quedar a su lado—. ¿Y qué más han hecho?

—Un budín para ti mi lady —inclinó su rostro para dejar un beso en su nariz.

—Y para el bebé, papá dijo que mi hermanito quería comer budín.

—Pero qué agradable y dulce sorpresa —su mano libre se dirigió a su abdomen para sobarlo con delicadeza—. Aunque creí que tendrían que hacer otras cosas más importantes —sonrió con cierta pena.

El rubio no aguantó sus ganas y pasó sus brazos por detrás de ella para abrazarla por la cintura y apoyar sus manos en esa zona.

—Nada es más importante que cumplir tus antojos —sus labios se posaron en su mejilla—. Nada es más importante que ustedes tres.

Emma comenzó a mirar a todos los presentes mientras sus dedos comenzaba a levantarse uno por uno como si estuviera contando.

—Somos cuatro —dijo ella confundida.

Sus progenitores rieron al percatarse de ello.

—Tienes razón princesa, aún no me acostumbro —el ojiverde guiño un ojo en su dirección, estrechando con más intensidad a su azabache—. Ustedes cuatro son lo más importante en mi vida.

—Y tú en las nuestras —la chica giró su rostro para mirarlo con dulzura mientras plantaba un beso en su barbilla—. ¿Te parece que hagamos las galletas entre todos?

—¡Sí! —gritó eufórica Emma—. Todos juntos es mejor.

—Muy bien, pero primero... —la chica posó el dedo índice en la harina desparramada para luego dar un toque en cada punta de la nariz de los presentes provocando sus risas—. Tomaremos una foto familiar.

—Hey, creo que alguien está limpia aún —Adrien imitó su acción pero dejando un buen resto de harina en su nariz y mejilla—. Mucho mejor.

La azabache negó divertida mientras estiraba su brazo para tomar una selfie familiar junto a las personas que hacían su día a día un poco mejor.

❊❊❊❊❊❊❊❊❊❊❊❊❊❊

Reto navideño || AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora