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Para un par el viaje fue eterno. Casi ocho horas en un bus y para el Jeongin fue una tortura.
El bus aparcó en el terminal de santiago. La gente se bajaba y subía a buses, caminaba y llenaba la estación. El Jeongin solo podía pensar cuando mierda hablara con el Hyunjin.
Se bajaron del bus en completo silencio. Tomarían el metro para irse y se separarian.

-Te voy a ir a dejar a tu casa-dijo el Hyunjin tomando la mochila del Jeongin. Este solo asintió.

El silencio incomodo reinaba en ambos, al menor le quedaba poca batería como para poner música y callar sus pensamientos. Caminaba detrás del Hyunjin mientras flashes de las conversación de la madrugada le llegaban a su mente.
Cosas que quizo decir pero por el estado en el que estaba el mayor que no estaba en condiciones para una conversación seria.
En realidad no podría llamarse conversación lo de antes, simplemente fue el Jeongin diciendo que se iria a santiago con o sin él y que de verdad la había cagado.
El Jeongin meneo con la cabeza para dejar de sobrepensar, diría lo que está pasando y se iría.

Habían terminado su trayecto y solo tocaba caminar hacia la casa de él Jeongin, cuando vio la plazita donde sus sentimientos fueron aclarados, se apeno.

(Flashback)

La risa de él menor se perdía en el aire libre. El Hyunjin como de costumbre había dicho algo estúpido pero chistoso o quizás solo porque al Jeongin le gustaba mucho ese estúpido. Algo que solo él sabía. Su pecho se contraía por como se sentía y su mirada brillaba cuando el mayor contaba o se expresaba.

Aquel chico rubio mal teñido lo tenía sintiendo todo tipo de cosas que antes no había experimentado.

-No, enserioo, si yo nunca me había subido a esa wea-dijo el Hyunjin también riendo - nunca mas voy a Fantasilandia.

-que eri fome-el Jeongin se recostó en el pasto- y yo que queria ir.

El Hyunjin lo miró emocionado. Copio su acción y se ubico al lado del menor. Ambos miraban el cielo y algunas copas de árboles aparecían en su campo de visión.

-Ahi cambia la cosa pues- dijo girando su cabeza hacia el menor contemplándole.

El Jeongin posó sus ojos en los del contrario sintiendo de nuevo como su corazón se apretaba, su sonrisa fue automática. Quien iba a pensar que ese weon curado en un carrete que simplemente besó por inercia y también por borracho. Soltó una risa por eso.

-¿qué?-dijo el Hyunjin sonriéndole de la misma forma que el menor.

-Nada -meneo la cabeza y miró al cielo nuevamente quedándose en silencio por algunos minutos- ¿hace cuando nos conocimos?

-Tres meses creo -respondió intrigado-¿por qué de repente?

¿Es malo? que en solo tres meses una persona pueda hacer de tu vida un completo caos, que sentimientos que no creías ser capaz de sentir por alguien te absorban. Se sentía feliz.

-se me vino a la cabeza cuando te conoci-musitó el menor con una sonrisa ladeada. Giró su cabeza hacia el Hyunjin- estabas mejor teñido.

El mayor toco su cabello y el Jeongin carcajeo por su reacción.

-Que pesado-dijo Hyunjin subiéndose al cuerpo del menor abrazándole pero iniciando una serie de cosquillas.

-¡No! hyun...jin-decia entre cortado por su risa.

Las carcajadas resonaban en la plaza y de seguro asustaban a un par de pájaros que se posaban en los árboles. Cuando se detuvo, sus miradas se encontraron. Nuevamente la misma sensación de ser completado arrasó al menor. Este acortó finalmente el espacio entre ambos. Algo que era normal pero al empezar a conocerse él Jeongin le dijo al mayor que no se besarian pero cuando le gustara definitivamente lo haría. Fue un beso lento, cargado de emoción y acompañado de caricias que pasaban desapercibidas por el inmenso sentimiento.

Electivo | ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora