La alarma sonó fastidiosa en la habitación de tonos blanco y negro mientras t/n se removia entre las sábanas blancas de la cama.
Era sábado a las seis de la mañana, definitivamente nadie tiene apetito de levantarse a un horario tan temprano, mucho menos en tu día de descanso. Pero ahí estaba ella, sentada en la cama viendo atentamente a su zapatilla tirada en algún punto de la habitación.
La alarma seguía sonando pero ella mantenía la mirada en color salmón de la zapatilla, como si esta fuera el objeto más sublime del mundo. Sin embargo la persona en la cama se removió y ella tuvo que salir de su transe y apagar la alarma.
Dirigió su mirada a su acompañante, t/n no tenia ni la más remota idea de quien era esa persona, ni porque ella estaba no estaba en su casa o porque el tipo tenía una alarma a las seis qué ni si quiera lo despertaba.
Al dirigir la mirada a la mesa de noche y ver su sostén sobre la lámpara, sus dudas se fueron, con un suspiro estiró su brazo hasta la prenda para colocarsela y cubrir sus desnudos pechos.
A su ves tomaba el sigarrillo a medio fumar del cenicero y mientras lo encendía con la ayuda de un mechero, dejo volar su baúl de los recuerdos, formando al fin el rompe cabezas qué era su memoria de la noche anterior.
¿El tipo? Un supuesto directivo de la editorial del centro.
¿Ella? Una autora qué tiene demasiados manuscritos acumulados en su escritorio.
¿La razón de su reunión? Ella le entregaría su manuscrito más reciente para ver si el la publicaría.
No hace falta ser un genio para saber que el simple hecho de que la reunión fuera realizada en un bar de noche, no daría el resultado qué t/n deceaba.
Y ahí estaba ella, en un departamento ajeno confirmandolo, ese tipo solamente quería acostarse con ella y lo confirmo cuando al terminar de vestirse el tipo ni se inmutó cuando ella tomo su bolso, manuscrito, sigarrillos, mechero y abandono el lugar.
Al salir suspiro abatida, sin embargo aún había una pequeña migaja de esperanza en su corazón, tal vez el tipo que la había enbrigadado hasta conseguir terminar entre sus piernas, era realmente un importante empleado de la editorial, e intrigado ante el manuscrito qué ni siquiera leyó... Tal vez la llamaría para hacerlo.
Así que con esa esperanza termino llegando a la panadería de su cuadra, para escoger los mejores panes de baguette y comerlos de desayuno con huevo cocido, aguacate, sal y pimienta.
Sin embargo el sonido de un flash la saco de su mundo, dirigiendo la mirada hacia el chico de prendas beige qué la acababa de fotografiar.
-en mi mundo se pide permiso-dijo molesta mientras retomaba su labor de colocar el baguette en la charola.
-y en el mio, las damas tan hermosas como usted, deben ser inmortalisadas-respondio con una sonrisa, presumiendo los olluelos de sus mejillas.
-pues en el mio, eso se llama acoso borre esa foto en ese instante-intento quitarle la cámara pero el abusando de su mayor altura alzó el brazo haciendo a la chica fallar en su intención.
-oh vamos ¿acaso hay alguien de quien usted se esconde?-
-no, simplemente no me gusta que desconocidos me tomen fotos-
¿pero si acostarse con uno? Otra vez su mente traicionera.
-entonces cambiemos eso-bajo la cámara y ofreció su mano libre-Gallagher... Aidan Gallagher-
-siempre dice su apellido antes que su nombre para más misterio ¿o solamente reprobó gramática uno?-preguntó cruzandose de brazos, dejando al chico con la mano colgada.
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El fotógrafo(Aidan Gallagher Y tu)
FanficCorria el año de 1957 y la vida de la escritora t/n Baker no podía ser más aburrida, ninguna editorial la tomaba en serio por ser mujer y parecía que todos en su círculo social eran más felices con sus vidas programadas. ¿Ella tendría que seguir esa...