Lauren la bondadosa.

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-¿qué pasa?-preguntó t/n sentándose en la cama junto a él.

-yo... Yo-el trago saliva-seguramente a estas alturas sabes que te mentí-

-si... Se sobre el síndrome con el que cargas desde niño, lamento mucho qué debido a eso no hayas podido vivir una vida normal-

-¿pero?-preguntó

-me lastima que me hayas mentido, pero bueno tiene sentido. Apenas nos conocemos, solo me has sacado unas fotos y me has hecho favores, no es como que cuentes con la suficiente confianza de la noche a la mañana para contarme algo así-

-odio lastimarte-

-al menos yo no estoy hospitalizada-respondió y ambos rieron.

-¿de verdad te preocupe?-

-¿como no hacerlo?-

-bueno recuerdo que el día que nos conocimos, no me bajaste de un tipo insufrible-

-estaba equivocada, muy, muy equivocada-sonrió-pero me retracte a tiempo-

-me alegra que haya sido así, porque de lo contrario no tendría el valor para decirte esto-

-¿decirme que?-

-que te quiero-dijo con un sonrojo

-si, yo también te quiero-ella sonrió

-no me estas entendiendo-

-¿mmmm?- el tomo las manos de la chica sumamente nervioso.

-durante estos días ha nacido en mi, un sentimiento de querer mayor a "simplemente quererte como una amiga" s-se que es demasiado rápido, pero eres la primera mujer en mi vida qué realmente es especial y qué la etiqueta "madre" no viene acompañada de la palabra especial, te quiero mucho t/n- sus ojos comenzaban a cristalizar- y definitivamente no quiero volver a alejarme de ti-

-yo tampoco-respondió ella-y no lo aré-

-dejame intentarlo-

-¿intentarlo?-

-sanar la herida de tu corazón, esa tan grande y profunda qué Mace dejo en el... Dame la oportunidad de ser el hilo qué la suture, de aprender a no solo quererte si no amarte... Dejame pretenderte-

Al terminar sus palabras Aidan mordió sus labios nervioso, t/n estaba en shock. Desde los 17 años nadie había intentado pretenderla o algo parecido. Desde entonces su vida amorosa se había resumido a amantes de una sola noche, sin rostro ni nombre... Como alguna vez lo hizo su madre, solo que ella no cobraba y solo intentaba qué alguien publicará sus manuscritos.

Ahora el hijo del mayor magnate del cual hasta hace poco, no sabia nada estaba ahí, en una cama de hospital conectado a sueros y maquinas para medir su pulso... Pidiéndole ser su pretendiente.

¿Habalria con Alberth? ¿Ella sería presentada a la familia Gallagher? ¿Seguía funcionando igual? ¿Estaba asustada? JODER claro que si.

-supongo que no-al escuchar a Aidan hablar en un tono triste, supo que había pasado demasiado tiempo cayada.

-si-fue su única respuesta, siendo suficiente para que Aidan nuevamente la mirara-sería lindo qué alguien me quiera-sonrió apenada.

Al escuchar sus palabras aidan sonrió reluciente, era como si todo rastro de la enfermedad se hubiera esfumado ante las palabras de la chica, tanto que hasta los colores volvieron nuevamente.

Poco a poco sus labios dejaron de verse secos y descoloridos, al igual que su piel recobraba ese tono claro y sano qué acostumbraba a tener... Aidan estaba feliz.

El fotógrafo(Aidan Gallagher Y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora