Epílogo

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23 de Noviembre 1963.

La radio fue encendida y nuevamente el tema del fallecimiento del precidente Kennedy era tocado. La noticia había dado vuelta al rededor del mundo incluida aquella cocina donde Guadalupe hacia tortillas.

-abuelita-el pequeño niño entro de la mano de su papá.

-ay josue mi niño-ella lo cargo mientras santiago se servía agua.

-me encontré con el cartero-dijo Santiago mientras besaba la mejilla de su mamá-te llego esto-

-¿Seattle?-preguntó impactada al ver el remitente-¿será...?-

-¿t/n?-el sonrió-porque no lo averiguas.

-t-te encargo las tortillas-y sin más bajo al niño y tomo la carta para caminar hasta su habitación.

Una vez sola, con manos temblorosas abrió el sobre.

Hola mamá

Realmente no pensé que sería capaz de escribir esta carta luego de las cosas que mi papá me hizo saber.

Pero ahora hay algo que tu debes saber y que es la razón por la cual decidí no solo perdonarte, sino también escribirte.

Soy mamá ahora, soy mamá de un hermoso niño idéntico a su difunto papá... Si, me case con aquel chico al qué tu no aprobaste por su padecimiento y aunque la debilidad causada por este haya sido lo qué me lo termino arrebatando, no me arrepiento.

Aunque si te soy sincera, a pesar de que ya pasó el tiempo desde el día en que lo perdí, no hay un sábado en el que mi hijo y yo no visitemos la panadería donde lo conocí, con la esperanza de que aquel fotógrafo con una extraña manía de fotografiar gente distraída bueno... Nos tome una fotografía.

Se que debes estar muy sorprendida por la manera en la qué te digo estas cosas, pero si lo hago es porque ahora que soy mamá de alguna manera siento lo que espero que tu hayas sentido cuando nos separaron. Ese ahogamiento de no saber donde esta tu hijo es la única sensación qué no deceo experimentar a su lado.

Así que creyendo qué ahora ambas nos entendemos aunque sea un poco, quiero que sepas que a pesar de lo que hiciste o pretendiste hacer... Te perdono y te pido perdón a ti, por haberme alejado después de reencontrarnos.

Decidí llamar a tu nieto Noah, en honor a una persona muy especial y si mis cuentas no fallan estarías recibiendo esta carta el día de su cumpleaños así que... Espero y algún dia lo puedas conocer en un día como este... claro si tu quieres.

Tu hija.

Al terminar de leer la carta Guadalupe la abrazo con ojos llorosos, finalmente lo sabia, sabía que su muñeca estaba bien... T/n la había perdonado, tal vez ahora si podría esperar el día de su muerte en paz.

...

-¿sería todo?-la cajera pregunto a la castaña mientras guardaba los baguettes en la bolsa-¿madame?-volvió a llamarla.

Al escuchar t/n aparto la mirada de la puerta, como si estuviera esperando la entrada de su marido.

-no, solo espere un poco-y casi al instante el pequeño Noah llego risueño sosteniendo un pequeño pastel.

-con cuidado amor-t/n lo tomo para colocarlo junto a los baguettes-lo siento, es su cumpleaños y el debía escoger el pastel-

-no se preocupe-la cajera sonrió-feliz cumpleaños amiguito-le dijo al pequeño de ojos verdes quien tímido se escondió tras las piernas de su madre.

El fotógrafo(Aidan Gallagher Y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora