El sentir.
Me ha liquidado el sueño, joven Charlotte. El día de hoy ha sido una completa locura y es por eso que me encuentro pensativo en la madrugada, no he podido parar de revivir una y otra vez todo lo que hice.Tengo un mar de emociones adueñándose de mi cuerpo, fue tan fortuita nuestra conversación y todo lo que desencadenó. Es una tortura tener que apegarme a una mujer nuevamente, debo admitir que mi miedo no es cortejarla, señorita, mi mayor temor es enamorarme.
Después de Michell, juré que no podría sentir nuevamente y que no habría la posibilidad de que siguiera con mi vida, intentando asimilar su ausencia. Me prometí estar enamorado de ella por siempre, no como un deseo, si no como una responsabilidad.
Al pasar lo meses he caído en un abismo de preguntas, a las cuales sigo sin encontrarle respuestas, o deseo ignorarlas para no enfrentar la realidad. Pues el duelo, del que tanto hablan, él que catalogan con distintas etapas, del que todos te conversan y te dan fuerzas para atravesarlo, no es nada fácil. Muchos al experimentar una pérdida, buscan aferrarse a algo que llene el vacío que dicho ser dejo. Indagan para encontrar un nuevo consuelo; en esta pequeña entrevista de seres que servirán para llenar un vacío, están los perros, hermanos, amigos, esposos. Cualquier ser vivo que te ayude a asimilar que tú familiar ya no está, y que ahora está él, no para reemplazarlo, si no para llenar el lugar que dejó.
Mientras cada ser entra en la larga búsqueda de quién se sienta en el sillón, que desde hace años está vacío, yo no pude buscar a alguien que llene el puesto de Michelle. Los únicos que me ayudan a sacar los baldes de agua, que vienen desde el tsunami que se creó en mi corazón, son el papel y la tinta. Ellos son los que me comprenden y pasman en físico lo que yo no puedo decir verbalmente.
Mi único refugio son mis manuscritos, las palabras que los conforman y la tinta con la que están escritos.
Mis sentimientos se encuentran navegando, Charlotte, y debo informarte que la mayoría de ellos murieron ahogados; son pocos los que quedan presentes en mí ser y, aun así, intentan salir de este mar inquieto cuando te ven.
El día de hoy, ha sido un día difícil, pues hice algo sin su consentimiento, mi lady. Desearía disculparme por aquel acto impulsivo, de besarla, pero debo informarle que fueron los navegantes de mi corazón quienes me impulsaron a rozar sus labios con los míos. Es irónico que me imaginé la respuesta que le daría, con simples metáforas, ya que, jamás podría expresarle lo que siento de una manera clara y concisa.
Cómo le dije anteriormente, mi único asilo son los manuscritos, pues me ayudan a calmar las aguas de mi corazón. Y ya que usted aniquiló por completo mi sueño, decidí escribir una carta para que la entregará más tarde. Dejó mi puño y letra en esta misiva, esperando que pueda conmoverla en cuerpo y alma, joven.
Después de una larga jornada de inspiración, decido descansar un poco. Mañana será otro día, que traerá consigo nuevas aventuras y nuevos libretos a los cuales debo adaptarme.
Charlotte Williams.
Fue la resplandeciente luz del jueves 27 de septiembre, la que toca mi puerta y me obliga a levantarme. Ha sido una semana llena de percances y muchos momentos inesperados. Pero debo cumplir con mi rutina, pues es lo único que me mantiene viva.
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Cartas a un cadáver.
RomanceUn duelo es la peor etapa que puede vivir una persona que ha perdido un ser querido, tener que afrontar la vida sin un amor, un padre, un hermano. Aprender a vivir con el dolor y dejar de extrañar a un ser el cual su vida acabó. Ian Cooper, un...