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Las puntadas de mi corazón.

     He quedado sin aliento el día que mis ojos han sido cautivados por tu presencia, inaudito carácter y sorprendente inteligencia la que posees, mi pequeño caballero.

     Sus grandes escritos que dejan marcadas las pequeñas puntadas de mi corazón, mientras intenta cocer aquellas amplias heridas que inundan mi ser.  ¿Dos personas dañadas que juegan a amarse? O ¿Dos seres dañados que desean arreglarse? Son incógnitas que rodean mi mente y grandes acertijos que deseo resolver.

    Pequeños agujeros que brotan sangre, cantidades de tierra que ocultan mi dolor y millones de palas que intentan cavar mi ser.

    Me he conseguido muchas veces en una pelea con el tiempo, una lucha interna por crecer y lograr aquellos sueños que le he gritado a la luna.  Han sido anhelos que hoy en día son simples recuerdos, pretendo ahogarme en tus letras y encontrar el consuelo en aquellas oraciones sin fin; deseo alcanzar las estrellas y vivir en un mundo de fantasía que no contenga fecha de expiración, pero no puedo hacerlo, porque me encuentro atada a una humanidad con la que debo intentar convivir.    A veces siento, querido Cooper, que somos ignotos humanos en un mundo de pequeños monstruos, que intentan modificar aquellos cadáveres que siguen reglas insignificantes y aspiran lograr grandes cambios con obras llenas de verdades irrefutables.

    Sé que el alejarnos ha sido una etapa de soledad que ha abarcado la pedante personalidad que nos caracteriza, pero es el desapego el que nos obliga a querernos e intentar acercarnos, aunque sea por simples manuscritos.    Jamás pensé que llegaría a aborrecer y amar a una persona como tú, tampoco espere sentir afecto por un escritor que me muestra su debilidad, mientras intenta que la seducción se mantenga al margen.

    Después de aquellas misivas que has dejado en mi hogar, he quedado impresionada por tan hermosas palabras adornando mi carta, por lo que he decidido responderte y leer el manuscrito que haz preparado para Michell.   Jamás serán suficientes halagos para demostrar la admiración que siento por ti, Cooper.

    Dejó a un lado los sentimientos que han sido plasmados en la carta que aspiro entregarte, Indecente hombre.   Olvidó cada mínimo dolor que me ha mantenido encadenada a la cuna de mis pensamientos, sacudo mi cuerpo y decido iniciar una aventura por el sendero de mi vida; iré a hacer mi trabajo, entregar este escrito a Michell para que su alma se llene tanto como la mía.

Ian Cooper.

    La casa que conforma mi cerebro, marca mis recuerdos y encierra mi conciencia en una pequeña morada, que ha estado en un trabajo de limpieza las últimas horas.    Intento crear un auge de esperanza para mi alma, que me permita así, sanar mi mente y curar mi ser; para retomar mi mundo y lo que más he amado, escribir para sacar la inspiración que rodea mi cuerpo.

    He retomado aquel proyecto que tanto he anhelado terminar, para así lograr drenar mi dolor e impulsar mi construcción.

    He pasado noches de insomnio, grandes pensamientos acechando mi ser y pequeños claveles impregnados en mi corazón.   Son letras, palabras y oraciones que recorren por mi sangre, salen por mis heridas y se plasman con aquella tinta.  Cada grafema que rodea mi conciencia es escuchado por la cuna de la experiencia, procesado por el dolor de mi corazón y enviado a mis manos para escribir un nuevo capítulo.

    Cada pausa que hago mirando al horizonte, es mi mente procesando como plasmar mi emoción y en pequeñas partes dejar el legado de mi aflicción.    La cuna del autor son pequeñas oraciones en papel, párrafos que expresan el ayer, cuentos ficticios que pueden ser realidades disfrazadas de fábulas y emociones internalizadas con parábolas.

    Y es así como llego al comienzo del acertijo, empezar a descifrar cómo expresar lo que siento y enseñar cómo crecer en un libro.   No es para un público, ni para conseguir lectores fidedignos, es para constatar que se identificarán con mis relatos y encontrarán la enseñanza oculta en aquella incógnita.

    Espero que a Charlotte le hayan gustado mis manuscritos, aparte de que ansió que pudiera salir de la cuna del exilio, el cual la mantiene alejada de la realidad y la sume en un completo dolor.    Anhelo que aquella misiva sea entregada como cada día que dejó una carta, para que le exprese a Michell lo que siento, y que logré convertir su duelo en etapas momentáneas que conforman el tiempo.

Charlotte Williams.

    Llegué a Highgate, para atravesar una vez más sus caminos pastosos con pequeñas fosas de recuerdos. Mientras me adentro en este cementerio solo puedo pensar en que mi madre ahora es habitante de uno de ellos, un dolor inmenso que se crea en mi corazón y pequeñas lágrimas que rodean mi rostro.

    Después de un larga y triste búsqueda, encuentro la fosa por la que he venido, la de Michell.  Me siento a un lado y como siempre la saludo: — Hola, querida. — dije mientras me acomodaba en la grama.

— He venido a traerte un manuscrito de Cooper, sé que estarás feliz de escucharlo. — proclame con pequeñas lágrimas corriendo por mi semblante.

— Después de unos minutos de silencio, Exclamó: — Si me lo permites procederé a leerla. — Dije mirando a la nada, esperando encontrarlo todo.

    Sin más preámbulos dice así:

"Hola Michell.

    Discúlpame por no haberte escrito durante semanas, mi vida ha tomado un giro distinto, lo que ha logrado perturbar mi tranquilidad y recuperar mi estabilidad.

    Decidí escribirte está misiva para informarte lo mucho que te he extrañado, pero debo decirte que me encuentro anonadado porque he logrado adelantar mi libro.   Sé que eras tú quien me apoyaba en cada uno de mis manuscritos, pero el destino desea que aprenda a estar solo con papeles y una botella de tinta.

    Desde tú partida, como en cada carta, debo decirte que he evolucionado, cada uno de estos escritos muestran mi progreso de superación y el gran dolor con él que he tenido que manejar.   Pero, no ha sido una limitante para dejar de amarte, ni mucho menos para olvidarte y jamás permitirme recordar tu rostro por las mañanas, y aquellas dulces caricias por las tardes.

    He transformado mi ser, querida, he logrado crecer y cambiar aquello que me afligía, por inspiración.    Me dedico a seguir con mi vida y cumplir aquellas promesas que te hice antes de tu partida, me he sentido cautivado por alguien (creyendo que sería algo imposible) y he vuelto a escribir desde que no estás.

    Quedó pasmado por tan repentina evolución que ha aportado un gran porcentaje a mi construcción.

    Solo quería que supieras lo bien que estoy, por primera vez puedo informarte que estoy aprendiendo a manejar el dolor, y quiero prometerte que te haré una visita lo más pronto que pueda, así podré hablar contigo e imaginar que tengo tu presencia cerca.

Firma: Tú querido Cooper.

Inglaterra, Londres. — 1945".

    Termino este anuncio con una sonrisa en mi rostro, un gran orgullo llenando mi ser y un sentimiento de satisfacción recorriendo mi cuerpo.
   
    Ha sido una carta de evolución, que demuestra el cambio que ha tenido mi caballero y que cada palabra que consideraba fuerte, se ha envuelto en el escudo de aquel hermoso guerrero.

    Me despido en silencio de Michell, mientras me dirijo a la salida de Highgate, para poder hacer la entrega de la tan esperada respuesta para mí exitoso escritor.

    Me adentro en aquella aventura conducida por el deseo de escapar de mi mente, para así lograr que tus cartas sean más frecuentes, querido Cooper.

    Espero que cada paso que he dado el día de hoy ayude a mi consciencia y me permita estar cada vez más cerca de tu ser, para así permitirme conocer al reparador de mi corazón y objeto que hace que bombee nuevamente la sangre, que lleva tiempo estancada en el desagüe de mi órgano latente.

     Nos vemos, caballero de armadura sensible.

Cartas a un cadáver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora