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Y vivieron anhelando un "felices por siempre".

[Semanas después de la cita]

      Tenía un vacío en mis ojos, un profundo dolor en mi pecho, y grandes hoyos llenos de sangre por toda la aflicción que acechaba a mi cuerpo. Después de aquella felicidad plena que había sentido al conocerte, Charlotte, olvidé completamente lo que se sentía perder a alguien; no pensé, que sería requerida mi presencia nuevamente en un funeral. Pero, ahora, debo recibir aquella palabra hiriente que me recuerda que la persona que más amé, ahora está muerta.

—"Ya pasé por esto". —murmuró innumerables veces.

     He pasado horas recibiendo abrazos vacíos de personas que no comprenden todo lo que he sentido, recibiendo escasas palabras que no calman mi dolor, y pintando una falsa sonrisa para alejar aquella multitud inquieta.

     Este dolor es peor que el anterior, siento que una bala atravesó mi corazón, dejo expuesto aquel órgano latente que me mantiene con vida, mientras mis pensamientos se encargan de asesinarme lentamente.

     Utilicé todo este dolor para escribir, usé aquella sangre que derrama mi ser como tinta y plasmé cada hiriente pensamiento que ejecutaba mi cerebro en hojas de papel. Salió a la luz este escritor empedernido, que con palabras logrará sanar cada pequeña herida adherida a mí ser.

     Después de horas llorando, pequeñas lágrimas adornando mi semblante y grandes sentimientos inundando mi ser. Decidí desahogarme en pequeñas sábanas blancas, que serán recubiertas con la sangre de mi alma, mientras escribo cada palabra que describe mi aflicción momentánea.

Y sin más nada que acotar, el nuevo capítulo de las páginas que expresan mi dolor, manifiestan lo siguiente:

" Los túneles de sangre.

      Me encuentro en un laberinto, con pequeños túneles impregnados de sangre, grandes caminos llenos de oscuridad y pequeños pasos marcados en este lugar. Quisiera salir de aquí, correr a un bosque de mariposas y dejar fluir mi mente como una de ellas. Lamentablemente, me encuentro sumido en los conductos de mi herido corazón, que ha sido lastimado por la muerte de un ser el día de hoy.


     Anhelaba despedirme, salvarte y quedarme a tú lado el resto de mi vida. Intenté amarte y cuidarte hasta el final, pero quedé roto cuando tú mano dejo de agarrar la mía; cuando aquellos hermosos dedos soltaron mi ser y se convirtieron en piedra; pasaron de ser la razón de mi existencia, a convertirse en el recuerdo que más me duele revivir.

     Caminé sin rumbo estos secretos pasadizos, esperando que la sangre algún día dejará de salir; que estás pequeñas heridas lograrán sanar, y así poder continuar con mi vida. Pero, la única forma de conseguir una salida, es cerrar mis ojos para verte caminar a mi lado, para encontrar un instante de felicidad entre tantos momentos malos.

      Cada letra que marcaba en este pergamino va dedicada a tú ser y todo el impacto que logró tener en mi cuerpo; por ser aquella mujer incapaz de abandonarme, pero, capaz de decir lo que la mayoría decidía callar. Te agradezco, por alumbrar la cueva oscura de mis pensamientos y colocar rosas en cada esquina de mi alma. Admiro, cada pequeño sentimiento que dejaste brotar de tu cuerpo, y cada cruel situación en la que tuvimos que comportarnos como seres normales, sabiendo, que tú y yo jamás podríamos ser como esta ignorante sociedad. Éramos, fuimos y somos pequeños astronautas en un mundo con leyes incoherentes, buscando la felicidad en palabras crueles que demuestran el amor que me tienes.

     Solo me queda recordar cada parte de ti, descubrir cómo será está nueva etapa de mi vida sin tú presencia y desearte un viaje increíble al mundo de los soñadores, donde espero encontrarte al partir".

      Solo puedo decir: "Descansa en paz, querida", pues mi trabajo como escritor tendrá un descanso temporal, porque me propuse encontrar al insensible ser que decidió acabar con tú vida. Y, no descansaré hasta saber quien tuvo la valentía de envenenarte.

Cartas a un cadáver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora