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Pequeños vidrios rotos.

"Todo hombre tiene penas secretas que el mundo desconoce y muchas veces llamamos frío a un hombre que solo está triste".

Henry Longfellow.

     La humanidad tiene una percepción del tiempo impresionante, me aturde cada comentario que escucho a diario sobre la cantidad de minutos, días, horas; meses y años que deben pasar para superar a alguien. Me sorprende como todos creen saber cual es el tiempo perfecto para avanzar, cual es el momento indicado para dejar a un lado los recuerdos que abruman mis mañanas. Tienen un sentido del duelo, amor, tiempo y dolor muy errado. ¿Hay un tiempo estipulado para enamorarte? ¿Un tiempo perfecto para superarte, Michell?, De verdad me pregunto diariamente quien le dió el permiso de criticarme, de dictar reglas ridículas en una sociedad que no desea avanzar, solo desea cumplir con un trato, casarse con quien le brinde a tú familia dinero, aquel que te dé un apellido renombrado será el orgullo familiar y el gran debut de la temporada, eso, es lo único que importa. No es tomado en cuenta los rotos corazones errantes que caminan por las oscuras tinieblas de la ignorancia, pensando que han dado el mejor paso de su vida, cuando en realidad han quedado atrapados en un abismo, intentando convencerse que lo mejor es sentarse a contemplar como se derrumba su día a día, jamás están dispuestos a saltar y tomar el riesgo para buscar la tan aclamada "felicidad".

     Estoy en la casa de Charlotte y no he dejado de pensar en el que dirán, no debería afectarme tan ignorantes comentarios, pero, aunque quiera evitarlo, debo decir que me encuentro aterrado. Tengo temor de que no acepten que jamás podré olvidar a Michell, porque marcó una parte muy importante de mi vida, pero no puedo vivir aferrado a la idea de que algún día volverá, porque estaría cayendo en una gran mentira. Por más que la gente divulgue vagas opiniones en este lugar, jamás podrán entender con sus anticuadas mentalidades, que no importa la cantidad de tiempo que haya pasado, cada quien tiene un reloj que corre a su ritmo, ellos son los que deciden en que momento superar una pérdida y en qué momento volver a amar.


—¿Por qué debería ser diferente conmigo? —me pregunto repetidas veces.

     Tuve la reflexión necesaria para pausar el encuentro que tuve con Charlotte, decidí detener aquel momento de tanta pasión porque era lo necesario, cada uno tenemos un reloj en marcha, el cual no está a la misma sintonía, por lo que debemos respetar nuestro tiempo para sanar y así ver qué tan puros son los sentimientos que decimos presentar el uno por el otro.

     Por más que mis bajas pasiones e indecorosos pensamientos nublen mi mente cada vez que te tengo de frente, Charlotte, debo mantener la cordura para poder disfrutar aquel fortuito encuentro que desde hace tiempo llevo imaginando, joven. Sería un placer para mí manejar la caballerosidad que me representa, por los caminos tortuosos de su maravilloso y espléndido cuerpo, pero debo tener paciencia para esto, no quiero ser irrespetuoso y mucho menos abusar de su confianza, mi lady. Por mucho que desee aquel encuentro, Lord Thomas se va en unas pocas semanas y su madre ya no se encuentra con nosotros, lo que ocasiona que ya no haya nada que nos obligue a mantenernos juntos, así que será una conversación incómoda la que decida convertir nuestra pequeña mentira en una maravillosa e inesperada realidad, o solo escoger alejarnos para siempre.


      Como dije, dejaré que el tiempo sea quién dicte la pureza de nuestros sentimientos, tendré que posponer aquella conversación, ya que sería inapropiado mencionarlo en un momento tan difícil, como este Charlotte. Seguiré durmiendo para abandonar la preocupante realidad, después de todo no has decidido levantarte, insolente joven.

Cartas a un cadáver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora