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Aceptación.


  "La tristeza es la cuna de inspiración de todo escritor".

                                — Agatha Christie.

    Una frase profunda de una de mis escritoras favoritas.   Una oración que por muy corta que sea, su concepto es impecable, pues la tristeza es la cuna que inspira a el alma, es aquella que mantiene tus sentimientos en una sensibilidad extrema, lo que te obliga a mostrar y decir lo que sientes sin ninguna careta. Es por eso que mis cartas son más profundas cuando estoy afligido, mi corazón está sensible y me permite ser muy expresivo.  Hay tantos escritores, como yo, que buscan que el lector se sumerja en los sentimientos del autor, que se aflija con él y pase por cada emoción que sintió al escribirlo.   Antes, cuando escribía libros, causaba eso en mis lectores, los obligaba a sentir y a sufrir por un personaje ficticio, porque esa es la magia al escribir, expresar sentimientos con simples manuscritos. Claramente, desde el entierro de Michell, deje a un lado mis deseos y ambiciones, ya que, me dedique a escribir lo que sentía en simples hojas de papel, intentado no ahogarme en el mar de emociones que presentaba mi cuerpo, aspirando así, drenar cada gota del océano en cartas que jamás te leí, querida.   Pero ahora que aprendí a utilizar mis prosas como un mecanismo de desagüe, tienes la dicha de presenciar mis sentimientos a flor de piel.


     Cuando veía a mis amigos quedar viudos, solo pensaba en que, sí, te dolería, pero quedaba de ti superarlo rápidamente.  Ahora que soy yo quien pasa por esto, veo lo difícil que es superar la muerte de quien se levantaba contigo cada mañana, con quien compartiste momentos inolvidables, quien entendía la locura de tu mente y admiraba el amor que le dabas diariamente. Y el momento más difícil de todo este proceso es aceptar, tener que asumir que después de un período de tiempo, ese familiar ya no está y jamás volverá.  Es un arduo trabajo el asimilar que jamás va a regresar. Después de ti, Michell.  Conocí a una mujer, la cual me intriga saber que esconde en la intimidad de su ser, pero me asusta pensar en que puedo llegar a sentir algo por otra alma que no sea la tuya, sé que nuestro matrimonio no fue perfecto, yo no te amaba cuando dije "acepto", pero el convivir contigo me hizo empezar a sentir amor por un completo desconocido; es eso lo que me atemoriza, tener que volver a enamorarme y que se vaya de mi vida, o que simplemente yo no esté listo y lastime su pequeño corazón.

   
    El riesgo que corro al conocer a Charlotte, es inmenso, ya que, con lo poco que se dé su sarcástica personalidad y lo mucho que he deseado charlar con ella en la intimidad, las probabilidades de que mi corazón me obligue a entregarme a ella en mi totalidad son altas, y eso me asusta, tener que enamorarme de alguien que demuestra no amarme.  No sé quién eres, Charlotte, ni mucho menos porque mis ojos brillan diferente cuando te ven.  Pero tengo que desarrollar está historia. Uno de los finales es que ocurra algo entre nosotros y el otro es que nuestro odio sea tan grande que debamos separarnos para siempre. Este es otro enigma al cual no le tengo respuesta, pero, solo necesito resolver mis problemas, después de todo fue un acuerdo el que hicimos para beneficiarnos mutuamente. 

     El día de mañana, Lord Thomas dará un paseo por todo el "Hyde Park", un hermoso parque de Londres, en el cual, todos los caballeros llevan a sus damas y anuncian su cortejo a la multitud.   Es el lugar perfecto para fingir que amo realmente a la señorita Charlotte.


    Iré a descansar, ya que, mañana me espera un día exhaustivo y quién sabe si la inspiración me acompañe en el pequeño paseo por el parque.

Cartas a un cadáver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora