Vi a Sterling muy poco luego de ese septiembre. En una fiesta en octubre. Luego en enero, obligué a mis amigas a acompañarme al oratorio de verano. Mis amigas estuvieron molestándonos a Sterling y a mí todo el rato. Mia siendo la peor de todas y Sterling odiándola por ponerla en evidencia. La vi en algunos otros lugares pero no hablamos mucho. Casi no hablar se había convertido en nuestro nuevo normal y no sabía si me gustaba pero renuentemente me estaba haciendo a la idea que tal vez todo entre Sterling y yo había terminado. Que ya había cumplido su misión en mi vida y eso me hacía sentir tan triste porque nada de esto era mi decisión. Solo se dio así y yo no tuve de otra que dejarlo fluir. Un año de conocerle vino y se fue como si nada y no sabía si era el pasar del tiempo o que habíamos estado en esta ida y venida por un año pero ya no veía todo con los lentes rosas y ya nada me parecía mágico. En un año había madurado tanto que mi yo de quince y dieciséis años me parecía alguien tan lejano. Cuando conocí a Sterling, tenía diecisiete, la edad que yo tenía ahora. Ahora tenía diecinueve. Y no entendía a donde se habían ido los últimos dos años de mi vida. Me había emborrachado por primera vez y había pasado otro cumpleaños esperando por Sterling. Pero nunca llegó.
Estando de vacaciones, Sterling se había mantenido al día con la historia y me dejaba saber lo mucho que le gustaba. Todavía me parecía surreal que estuviera leyendo cada uno de mis sentimientos sin ningún tipo de tapadura. No sabía todavía si me gustaba o no porque me estaba exponiendo más de lo que estaba cómoda. Pero no había nada que pudiera hacerse a este punto. Había desnudado mi alma ante ella y al contrario de lo que esperaba, lo aceptó con brazos abiertos y no me juzgó. Y eso era un alivio.
Ya sabía que se había cortado el pelo pero cuando volví fue un shock ver la larga cabellera a la que me había acostumbrado reducida a un corte pixie. La veía y no la reconocía, pero era un cambio positivo. Se veía bien y estaba feliz.
Vay me convenció de ir a una fiesta. No le costó mucho cuando me dijo que Sterling estaría ahí. Y me moría por verla. La había extrañado tanto que hasta me parecía ridículo. Bethany y yo ya nos seguíamos en redes sociales. Vay estaba segura que me había seguido para mantenerme vigilada. Yo le dije que era una loca, como siempre. Pero, así, indirectamente, me mantuve al tanto de su relación y se las veía bien.
Me maquillé lo mejor que pude y miré el poco color que había tomado al estar bajo el sol. Vay me dijo que estaba hermosa cuando me vio. Papá nos llevó a la fiesta. Ya habíamos estado aquí antes, casi un año atrás y de nuevo tuve esa sensación en el estómago, como si algo fuera a pasar. Recordé la ultima vez que estuvimos aquí y que tan cerca habíamos estado de besarnos. Y pensé para mi misma que, tal vez, si hubiera pasado, todo esto habría terminado mucho antes. Porque a esta altura ya no estaba segura si la había amado de verdad o era puro encaprichamiento. Y tal vez mi curiosidad habría acabado con todo esto antes. Pero no lo sabría nunca.
Sterling traía una camisa a cuadros negra y blanca que creía haber visto antes y yo aun no me acostumbraba a ver su pelo tan corto. Cada tanto me miraba con mala cara porque yo la miraba muy descaradamente.
—Deja de mirarme como si me hubiera crecido un cuerno. —dice ella con exasperación y yo ruedo los ojos.
—Es hasta que me acostumbre, déjame.
Vay me había pasado unos cuantos vasos de sangría y yo ya estaba muy alegre para mi bien. Ya era de madrugada y la fiesta se había animado cuando Sterling y sus amigas habían llegado a poner música. Sterling tomó mi móvil de mi bolsillo y abrió la cámara de Instagram para que nos tomásemos una foto. Rodee su cuello con mi brazo y le di un beso en la mejilla y ella tomó la foto. Mis sentidos estaban demasiado nublados por el alcohol como para saber que había pasado. Pero esa foto terminó en mis historias de Instagram y ahí fue que el mundo se vino abajo. Desbloqueé mi móvil para encontrar un mensaje de Instagram de Bethany.
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Escribe sobre mí
Teen FictionCuando Everleigh conoce a Sterling, todo lo que creía conocer del amor se materializa. Pero entre amores, desamores y enredos, Everleigh aprende un montón sobre la vida, la amistad y el amor.