I: La vuelta

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Ese viernes estaba un poco más ansiosa de lo usual. Aunque la mayor parte del tiempo estaba ansiosa, hoy estaba superando mis límites. Sería la primera vez que veía a Sterling desde las vacaciones de verano. Aunque la había visto prácticamente todos los días durante una semana en enero, pasamos un mes separadas y la extrañaba. De habernos visto constantemente por un año a estar un mes sin vernos, era mucho. Y a veces quería golpearme por sonar tan sensible. Pero yo era así. Era una sensiblera de corazón y una romántica empedernida. Y estaba bastante orgullosa de serlo.

Luego de mi declaración, pasamos días sin hablarnos. Ella no me habló. Yo no le hablé. No hablamos. Si ella no tenía nada para decirme, yo tampoco. Estaba enfurecida. Y Dios sabía que nadie debía molestarme cuando lo estaba. No estaba enojada con Sterling por no corresponderme, sino conmigo misma por abrirme y dejar que me afectara tanto. No era su culpa no quererme.

Cuando comenzamos a hablar de nuevo, eran conversaciones que no llegaban a más de cinco oraciones intercambiadas. Y eso era triste. Hablábamos todos los días, las veinticuatro horas. Y luego de esto, apenas si podíamos mantener una conversación.

Creo que debe haber sido mi cumpleaños más triste hasta ahora. Cumplir 16 ya era suficientemente malo, me vi obligada por mis estupideces a estar deprimida. El cumpleaños número 16 había sido el peor hasta el momento y solo por el simple hecho de haber estado tan deprimida que ni siquiera había estado consciente de lo que hacía. Más allá de mis amigas queriendo mimarme, no lograba sacar de mi cabeza lo que había pasado el día anterior y como todo lo que había construido junto a Sterling se había venido abajo en tan poco tiempo. Había esperado por ella el día de mi fiesta, mi corazón saltándose un latido cada vez que llegaba un invitado pero era obvio que no aparecería. No es que hubiera sido mucho lo que hubiera pasado. Solo habían sido ilusiones. Y me vi con el corazón roto una vez más. Lo había sentido real, creía que había sido real. Que quería a Sterling y ella me quería a mi, pero no era así. Leí en algún lugar que lo que más duele es hacerse a la idea de dejar ir algo que creíste real. Y yo me había empecinado en ver cosas que no estaban ahí, en inventar y maquinar. Había inventado una película en mi cabeza. Y no tenía un final feliz. Nada en la vida real lo tenía. Por eso les llaman 'cuentos de hadas'.

Sterling si me quería, pero no de la forma en que yo lo hacía. Y era momento de dejar ir todo aquello que me retenía. Estaba finalmente dándome cuenta que no estaba destinado a ser y sería una tonta si siguiera forzándome a mi misma a perseguir a alguien que simplemente no esta conmigo en cuerpo, corazón y alma. Estábamos bien como amigas y yo tendría que hacerme a la idea. Aunque me costara.

Leila también había decidido venir a vernos a Vay y a mi ese día. Sería un almuerzo de nosotras cuatro y esperaba que todo saliera remotamente bien.
Pero por como me estaba sintiendo, en cualquier momento me desmayaría. Me sentía como el primer día conociendo a Sterling, en el que prácticamente salí corriendo y mis amigas tuvieron que arrastrarme dentro del recinto. Era la misma Sterling con la que he hablado por meses. La misma Sterling que conoce hasta lo más profundo de mi corazón Ya me he cerciorado que no muerde, ¿a qué le tengo tanto miedo? A lo mismo a lo que he temido desde ese momento: que no me corresponda. Pero ese miedo se disiparía en el momento que vea a Sterling como una amiga más.

—Estás más arreglada de lo usual esta mañana.— Bernie me dice mientras me acomodo en mi silla y aliso mi cabello sobre los hombros. Bernie siempre me decía que lucía como una princesa punk de las flores y que no era normal lucir tan bien en la mañana. Lo de princesa punk había nacido por el simple hecho que amo usar vestidos, pero también ropa negra. Me gustaba mucho variar, para no ser siempre la misma insulsa Everleigh. A veces, me venía a la mente que la gente tiende a aburrirse de mí y por eso trataba de ser impredecible. Aunque era la persona más predecible del planeta.

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