Chapter 13.

3.7K 407 4
                                    

- Quiero decir, ¿qué haces de profesión? No te escuché mencionar lo que dedicas -. aclaró Wednesday. Enid cruzó los dedos mentalmente.

- Me imagino que lo llamarías una profesión por cuenta propia -.

- ¿Pero cuál?- Insistió Wednesday.

- Soy como una consultora - Adornó a Enid, contenta de poder decir algo que rayaba en la verdad. Pero Wednesday siguió sondeando.

- ¿Quién te consulta y qué? - Enid sabía que no podía esquivar las preguntas de Wednesday con vagas generalidades durante mucho tiempo.

- En cuanto a qué, me consultan sobre muchos temas, soy algo así como una experta en diagnóstico de problemas. Y quién, por ahora, tendrá que permanecer confidencial -. Enid explicó omitiendo algunos hechos. Wednesday frunció el ceño ante su sonrisa.

- Me intrigas, Enid. No serás una espía, ¿verdad? - Enid se rió y negó la acusación.

- Te lo diré con el tiempo, cariño -. Ella le prometió: - Pero primero tú y yo tenemos que tener una discusión muy seria -. Para evitar más preguntas, Enid se levantó y agarró su billetera para pagar la factura pendiente.

- ¿Estás lista para ir? - Enid le pregunto.

- ¡Estoy lista! - Wednesday respondió, aceptando la explicación insatisfactoria. Siguiendo el ejemplo de Enid se levantó de su silla.

Mientras Enid tomó el dinero para pagar la cuenta, Wednesday tomó el vaso de té helado y tomó el resto del contenido. El aire de la noche se había enfriado y agradeció la calidez del brazo de Enid que cubría sus hombros cuando salieron del restaurante. Caminando hacia el auto, sintió un mareo repentino. Se aferró a su brazo hasta que pasaron los mareos.

- ¿Qué pasa, Wends? - Enid preguntó preocupada. El rostro de Enid ocupó el foco de su visión ligeramente borrosa.

- Me sentí un poco mareada por un momento. Espero no estar enferma -. Comentó disgustada por la idea. - Odio estar enferma -.

- Si estás enferma, la doctora te cuidará hasta que estés mejor -. Enid jugueteó con una exagerada mirada lasciva que hizo reír a Wednesday. Enid abrió la puerta del auto y la colocó cuidadosamente dentro. Algo definitivamente iba mal. Sintió los movimientos de Wednesday lentos e inseguros. Sus manos temblaron mientras su coordinación se deterioraba. Tenía problemas con su cinturón de seguridad, y cuando Enid se acercó para ayudarla, sus ojos mostraron una angustia creciente.

- Relájate, cariño, te llevaré a casa -. Enid la tranquilizó con tranquilidad. Wednesday asintió cuando Enid cerró la puerta y rodeó el auto. Un temblor sacudió su cuerpo cuando un fuerte calambre se aferró a su estómago. Ella tragó saliva, mortificada ante la idea de vomitar en el hermoso auto de Enid.

- Date prisa, Enid -. Rogó. - Empiezo a sentirme realmente enferma -.

- Intenta relajarte. Descansa la cabeza y cierra los ojos, estaremos allí -. Enid luchó por mantener la calma, ocultando su preocupación. condujo rápido, la hora tardía ayudó, ya que la ausencia de tráfico mantuvo su camino fácil.

Deteniéndose el tiempo suficiente para asegurarse de que el camino estuviera despejado, pasó todas las señales de alto y los semáforos en rojo. Wednesday de repente comenzó a sudar fríamente, y suaves gemidos inconscientemente pasaron por sus labios mientras luchaba por el control.

Había olvidado todo a su alrededor. Sin que ella lo supiera, su repentina enfermedad había despertado las sospechas de Enid. Sacó su teléfono celular del bolsillo e hizo una llamada. El auto disminuyó la velocidad y entró en un camino ancho y sinuoso. Wednesday abrió los ojos y luchó para enfocar su mirada.

Confiar en una loba | wenclair | G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora