Después de que termina una relación con su antigua esposa, Wednesday Addams no tiene confianza para darle a ninguna mujer.
Pero ella no había contado con la determinación de Enid Sinclair.
La resistencia de Wednesday baja hasta que finalmente cede a...
- Déjame acomodar a Wednesday, y luego bajaré -. Respondió Enid - Sírvete un poco de vino o asalta la nevera si lo prefieres -.
Tan pronto como Mark estuvo de acuerdo, Enid regresó al baño y encontró a Wednesday todavía sentada en el borde de la bañera. Se arrodilló ante ella y pasó una mano por su cabello.
- ¿Te sientes mejor, Wends? - Wednesday asintió antes de responder.
- Sí - Sus ojos parecían enormes en la cara pálida, y estaban surcados por sombras oscuras debajo de ellos. Wednesday extendió su mano temblorosa y acarició su cálida piel en la mejilla de - Gracias -.
Enid sintió como si Wednesday hubiera tocado su alma con sus ojos, sus gestos y sus simples palabras. Capturó sus manos heladas, apretando un poco.
- Siempre te cuidaré, Wends - Prometió. Wednesday se rio.
- ¿Me llevarás a casa ahora? - Ella pregunto.
- No, cariño, te quedarás aquí donde pueda verte. Y puedes ahorrarte la discusión. Esa es una decisión no negociable -. Enid le advirtió con tranquila determinación. Wednesday consideró sus opciones y cedió sin luchar.
- Bien. Entonces, ah, ¿hay un cepillo de dientes que pueda usar? -. Enid sonrió y juguetonamente sostuvo su barbilla.
- Chica inteligente. - Wednesday se rió entre dientes mientras mostraba su lengua.
Enid le dio el cepillo de dientes y desapareció en el dormitorio para reaparecer con una camiseta y una bata de baño que su madre le había regalado en Navidad y que rara vez usaba.
- Creo que podrías usar esto -. Explicó, levantando la bata y colocándola en el fregadero. - ¿Quieres bañarte o ducharte antes de acostarte? - Ante su asentimiento, Enidsacó un par de toallas limpias del armario.
- Deberías bañarte -. Sugirió - Puede ser que te enfermes por estar bajo la ducha, o...- Enid se calló e intentó hacer un gesto inocente pero falló por completo cuando una sonrisa traviesa cubrió sus labios, - Puedes esperarme y nos duchamos juntas. Solo para estar segura que no te caigas, por supuesto - dijo inteligentemente.
Wednesday frunció el ceño.
- Tuviste el privilegio de verme vomitar -. Dijo sarcásticamente. - Solo permito un número limitado de intimidades al día. ¡Sal de aquí! -.
Enid se sintió aliviada por la habilidad de Wednesday para jugar. Ella ya estaba mejor.
- Lo haré -. Ella concedió, colocando un beso en su frente. - Pero ten cuidado -. Enid le advirtió.
Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Wednesday se encorvó sobre el borde de la bañera, sintiendo sus rodillas inestables.
Reuniendo la fuerza menguante restante, se cepilló los dientes y se desnudó lentamente. Ajustando la temperatura del agua, se metió en la ducha y suspiró mientras el agua tibia fluía sobre su dolorido cuerpo. La idea de Enid lo que posiblemente le diría si caía en la bañera la animó a terminar lo antes posible.
Se secó y se puso la camisa, que se hizo un poco grande, encogiéndose de hombros ante la ausencia de ropa interior limpia. Su camisa suave estaba casi a las rodillas. Cubriéndose con su bata, salió del baño y entró en la habitación, preguntándose dónde dormiría. Sin querer meterse en lo que debería ser la cama de Enid, se sentó en la cómoda silla junto a la ventana y casi inmediatamente se durmió.
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Abajo, en la cocina, el Dr. Ruffulo estaba preparando un sándwich de rosbif cuando entró Enid. La saludó con su sándwich y le dio un mordisco.
- Confío plenamente en que solo un lupino tiene el mejor ternero. Lo compraste en Dave Newberry en el Sheraton, ¿no?"
- Culpable. Nadie tiene terneros como los de Dave -. Reconoció Enid. Se sentó a la mesa, frente a Mark. - Ahora dime -.
- La drogaron -. Declaró Mark sin rodeos. - ¿Notaste ese aroma débil pero penetrante? - A la afirmación de Enid continuó. - Es una mezcla especial de diferentes hierbas y drogas. Ha pasado por todas las áreas por las que caminan los lupinos jóvenes, y la usan para aumentar su disfrute. Para nuestra raza es relativamente inofensivo considerando la resistencia que tenemos a las sustancias adictivas. Para un humano... Bueno, has visto el resultado -.
- Hija de puta - Enid gruñó con ira. La hizo que el Dr. casi sintiera pena por el culpable. Casi.
- Afortunadamente, la enfermó antes de que su sistema lo absorbiera por completo. A juzgar por la dilatación de sus pupilas y la pérdida de la funcionalidad motora, diría que si no hubiera deshecho el contenido de su estómago, estaría en muy malas condiciones en este momento -. Explicó Mark. Enid se levantó y comenzó a pasearse por la cocina.
- Voy a matar a esta perra - Juró.
- ¿Quién? -Mark mantuvo un tono constante. Nunca había visto a tan cerca de perder el control. Pensó que las consecuencias no serían buenas.
- Valerie Kinbott -. Escupió el nombre con un juramento. - Ella se presentó mientras Wednesday y yo cenábamos en O'Neal. Dejó caer su bolso cuando se fue después de su, um, visita cordial. Debe haber sido en este punto cuando arrojó algo a el vaso de Wednesday. Estábamos distraídos recogiendo su mierda. Ella y su amigo Rowan Laslow eran los únicos que estaban cerca, y él nunca se acercó lo suficiente como para poder hacerlo, estoy segura de eso ".
- Esto es muy serio, Enid, pero no puedes pasar por encima de ellos -. Mark le aconsejó: - Hacer acusaciones sin pruebas, porque lo único que traería serían problemas -.
- Ya lo sé. -. Enid estuvo de acuerdo. - Pero no puedo dejar que esto quede impune -.
- Pensarás en algo. Por ahora, descansa tranquila y usa tu cabeza, eres muy inteligente -. Mark suspiró y levantó su maletín, dirigiéndose a la puerta. - Me voy a casa a dormir -. Enid le tocó el hombro.
- Gracias, Doc, realmente aprecio que hayas venido -. Hizo una pausa pensativa. - Y gracias por el buen consejo también -.
- No te preocupes, Enid. Vigila a Wednesday por un par de días. El único problema que preveo puede ser un poco de malestar estomacal, así que dejé unas pastillas sobre la mesa. Vigila en cualquier caso -.
- Oh, no te preocupes, me ocuparé de ella. Tengo toda la intención de hacerlo - sonrió Enid. - Es mía. Ella es mi compañera, doctor -.
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