Chapter 31.

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Después de masticar y tragar el plátano, respondió a su pregunta.

- Sí, creo que es importante. Como le dije a Rowan, Valerie nunca ha estado con la misma persona durante tanto tiempo. El hecho de que lo esté haciendo y que hayan pasado cinco meses ya significa algo. - Enid explicó. Wednesday asintió entendiendo.

- Muy bien, espero que puedas ayudarlo. Rowan parece una gran persona. Y necesitará toda la ayuda, ya que se trata de Valerie. -

- Parece una gran persona, ¿eh? - Enid preguntó celosa.

- Vamos, no comiences con eso otra vez. - dijo Wednesday. Enjuagó su vaso en el fregadero, se acercó a Enid y le pellizcó una de sus mejillas.

- Escucha. - Enid comenzó a hablar y luego la miró con los ojos entrecerrados. - ¿Estás jugando conmigo, cariño? - Wednesday sostuvo su mano en alto, tranquilizándola.

- ¡Alto! Tengo que ir a trabajar. - Wednesday le advirtió mientras se dirigía a la puerta principal, en el camino agarró su bolso y las llaves de Enid. Con la puerta abierta, Wednesday hizo un gesto con el dedo para acercarse. Deslizando su mano sobre sus senos, hasta su vientre, se inclinó hacia delante para darle un fuerte beso. - Jugaremos cuando llegue a casa. - prometió en un cálido susurro. - Gracias por prestarme tu auto. -

- Wends. - Enid gruñó. - Antes de irte, tengo algo para ti. Quería esperar hasta la tarde, pero no puedo esperar. Quiero que todos sepan que eres mía. - Enid metió la mano en su bolsillo y sacó un anillo de compromiso.

El oro blanco brillaba, mientras que un gran diamante brillaba a la luz del sol. Wednesday miró el anillo con aprensión no disimulada mientras la comida en su estómago se retorcía. Su mirada se elevó a la cara de Enid y algo murió un poco dentro de ella, cuando vio la alegría y la emoción salir de sus ojos.

- No puedo. - Wednesday la soltó. - Enid, te amo, pero... pero no puedo. Todo esto está sucediendo muy rápido. Necesito tiempo para digerirlo, tiempo para asimilarlo, no sé - tartamudeó impotente. - Para acostumbrarme a esto. -

Enid inclinó la cabeza, su rostro era una máscara de piedra, sus ojos parecían una nube tormentosa.

- Entiendo, Wednesday. Más de lo que crees. Pero quiero que pienses en lo que te voy a decir. No soy como tu ex esposa, o como cualquier otro personaje débil, que un día te hace una promesa y al momento siguiente lo olvida. Soy una alfa. - Enid declaró altivamente. - Eres mi compañera. Mía. Mi elección no es negociable ni equivocada. - se volvió y se alejó.

Wednesday, boquiabierta, miró a su espalda. Sus emociones eran una turbulenta masa de asco y confusión. Por un lado, sintió que debería correr detrás de Enid y disculparse, pero por otro lado, también se sintió ofendida por su actitud arrogante. Superada por su indecisión, cerró la puerta, caminó hacia el auto de y se puso al volante. Arrancando el automóvil, se dirigió a la entrada, mientras hacía un análisis exhaustivo de la conciencia.

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- ¿Enid te pidió que te casaras con ella y no lo aceptaste? - Wednesday se encogió sobresaltada por el tono incrédulo en la voz de Bianca.

- No me negué. Le dije que necesitaba tiempo para adaptarme a todos los cambios que habían sucedido en mi vida. - Wednesday trató de explicar. Bianca inclinó la cabeza pensativamente.

- Sí, puedo entender eso de querer tiempo, pensar y demás. - Bianca le dirigió a Wednesday una mirada penetrante. - Pero también puedo ver que tienes miedo. -

Wednesday no dijo nada por un momento, pero se mordió el labio con preocupación. Odiaba admitirlo, pero Bianca tenía razón. Y Enid también lo sabía. Esa era la razón por la cual Enid había sido tan vehemente al explicarlo que no era como su ex. Sintiéndose culpable y avergonzada, la soltó sin pensar.

Confiar en una loba | wenclair | G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora