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MADELEINE
Bajamos las escaleras, salimos de casa y nos subimos al coche policía. Ayudé al policía a llegar a la casa, a la número 7741. Tenía un presentimiento y no era nada bueno. Billy llevaba mucho tiempo secuestrado y sabiendo las intenciones del raptor no me esperaba nada bueno.

Nada más llegar salimos disparados del coche y la policía echó abajo la puerta y yo estaba dispuesta a seguirlos pero mi madre me detuvo, cogiéndome del brazo:

-Madeleine -me dijo y me giré y la miré- No.

-¿No qué?

-Deja que esto lo haga la policía. No te metas ahí dentro.

A pesar de lo agotada que estaba, no iba a quedarme ahí fuera, quieta, sin hacer nada. Mi madre al ver que le hice caso, me soltó y se sentó en el pasto. Mientras se pasaba la mano por la frente al borde del llanto, salí corriendo lo más rápido que pude y me metí a la casa. Los gritos de mi madre no me detuvieron. Bajé al sótano sin pensármelo dos veces y al llegar, no había nadie.

Empecé a llorar y a dar vueltas por el sótano, tenía muchos recuerdos aquí con Billy, con Bruce... Me quedé mirando fijamente al teléfono cuando empezó a sonar. Miré a mis alrededores y al no haber rastro de mi madre ni del raptor ni de los policías, lo cogí. ¿Y si es Billy o Robin?

Descolgué, me lo puse en la oreja. Estaba congelado. Seguro que Billy no lo había vuelto a usar.

Intenté hablar pero las palabras no me salían.

-Qué -dije agotada.

-Qué pasa Madds -¿esa era su voz?

-¿Robin? -dije con la voz entrecortada, ya llorando.

-Qué pasa hermana. No llores.

-No lloro -me limpié alguna que otra lágrima con la muñeca.

-Si lloras. Puedo verte.

-¿En serio?

-Estoy contigo. Siempre he estado contigo. Ya lo sabes. Papá nunca abandonó a los suyos cuando estaba en Vietnam, por eso no volvió. Por eso yo tampoco volveré.

-No digas eso, pronto estaremos juntos.

-Claro que no. Tú no has terminado como yo.

-¿Qué es lo que te ha pasado? ¿Cómo es que puedes llamarme por este teléfono?

-Solo los muertos pueden, tú mejor que yo lo sabes.

-¿Qué? -mi voz empezó a entrecortarse.

-Sí, Madds. Ahora tendrás que seguir adelante tú sola.

-No me dejes...

-No he aguantado hasta el final como tú -se quedó callado- Billy es muy majo.

-Lo sé...

-Cuida a mamá por mí.

-La cuidaremos juntos.

-No Maddy. Te he dicho que no volveré.

-Pero ¿por qué? No puedes dejarme -seguía llorando.

FLASHBACK
Acababa de pelear con mi hermana, con Maddy, la persona a la que más quería en el mundo y de las pocas que tenía. Entendía como estaba por todo lo que había pasado, entre la preocupación por su amigo Billy y por cómo lo pasó con el raptor lo dejé pasar.

Sabía que un par de dulces no le vendrían nada mal, me acuerdo que cuando era pequeño cada vez que lloraba porque mamá la castigaba, yo salía a comprarle dulces y después se le pasaba. Así que, eso hice, solo salí. Aproveché que nadie se daría cuenta, porque si mi familia se enteraba de que salía a la calle no me hubieran dejado.

¿Cómo era posible que la tienda estuviera cerrada? Di media vuelta y me fui tal y por donde había llegado. Sabía que había otra, aunque un poco más lejos. ¿Qué más daba? Por mi hermana voy a la otra punta del país si hace falta solo para que se sintiera bien.

La vi. Sí, a Madds. ¿Por qué salía de casa si mamá y yo no le dejábamos? No era lo mismo que yo saliera, sabía cómo defenderme y tenía cuidado, no como mi hermana que era una inocente. Volví a pelearme con ella porque me negué a ayudarle con lo de Billy. Algún día se dará cuenta de que era peligroso ir sin la policía. Algún día vendrá y me dirá "Sí, Robin, tenías razón... Debí hacerte caso antes" Prefería que se enfadara conmigo a más no poder que a que le volvieran a raptar. Sabía que no me haría caso, pero se fue por otro lado así que confié en ella.

Por fin llegué a la otra tienda de dulces. Entré, escogí sus favoritas, pagué, y cuando salí ya era de noche. Como si nada, caminé para irme a casa. Crucé la calle y a lo lejos vi una furgoneta negra y a un hombre extraño vestido raro acercándose. Me daba igual, seguro que iría a por dulces o algo. Yo solo estaba pensando en Maddy.

Me choqué con el hombre y se me cayeron los dulces al suelo. ¿No podía tener más cuidado? Se disculpó y me dijo que a cambio me haría un truco de magia. Yo le dije que no, que ya daba igual. Ni me despedí, me di la vuelta para ir de nuevo a la tienda a por los dulces. ¿El destino no quería que comprase? Nada más girarme, alguien me agarró de los brazos y yo di una patada para atrás al azar, pero solo escuché un spray y empecé a cerrar los ojos sin quererlo y...

-...cuando me desperté, aparecí aquí. Llegué, y nada más amanecer me mató delante de Billy. Yo solo estaba hablando con él. Soy muy joven para esto.

-Robin, yo... -no podía hablar.

-Sé que lo sientes ¿vale? No hace falta que digas nada. También se que como te sientes. No es tu culpa.

-Perdóname. Soy lo peor.

-Sal de aquí, Madeleine.

-No te quiero dejar.

-Yo te cuidaré siempre ¿vale? Ahora sal de aquí y vete afuera con mamá.

-Quiero quedarme aquí hablando contigo. Te quiero.

-Y yo. Pero, si me quieres, vete.

-¿Quieres que me vaya?

-No, pero si no lo haces el raptor te apuñalará con el hacha hasta matarte. Cuídate, vive por mí ¿sí? Dile a mamá, a Finn y a Gwen que los quiero. A ti también te quiero. Te cuidaré -colgó.

-¡No! -grité- ¡Robin! -dejé el teléfono de mala gana dando un golpe.

-¡Ashley! -me giré- Mejor dicho, Madeleine Arellano.

Era el raptor con el hacha tal y como Robin me dijo. ¿Este sería mi fin?

Sin sabes qué hacer, camine hacia atrás hasta que mi espalda tocó la pared e intenté hacerme un lado pero no pude, me inmuté al ver el cuerpo del raptor caerse para un lado. Cuando cayó al suelo, solo sonaba el ruido del hacha que también cayó. Estaba llena de sangre, dejé de mirar porque estaba segura que era la sangre de mi hermano.

Miré al frente para ver por qué o por quién cayó el raptor. Empecé a llorar más todavía cuando vi de quien se trataba. Sí, de Billy. Billy Showalter. El repartidor de periódicos. El mismísimo.

Estaba inmutada, quería levantarme, abrazarle y decirle lo mucho que lo sentía y hacerle preguntas que tenía en la cabeza que no me dejaban dormir, pero no podía, quería pero no podía. Él solo me miraba fijamente, se le caían las lágrimas. Se giró porque escuchó pasos y era mi madre y los agentes de policía. Ella se acercó a mí y me abrazó. Tenía mucho que hablar tanto con mamá y con Billy, pero ahora no era el momento. Tenía tantas dudas...

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Holaaaa me perdonáis por no haber actualizado por 1 mes? seguro que no. pero da igual, perdón otra vez y FELIZ NAVIDAD os juro que antes de año nuevo actualizo. ahora si que me he puesto a escribir que hoy me levanté inspirada. no quiero que el fanfic se acabe así que intentaré hacerlo alargarlo si queréis y si mi cabeza me deja porque quizás no se me ocurre ninguna idea y otra vez, perdón y merry christmas

𝐒𝐀𝐂𝐑𝐈𝐅𝐈𝐂𝐄; 𝗯𝗶𝗹𝗹𝘆 𝘀𝗵𝗼𝘄𝗮𝗹𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora