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MADELEINE
Mi madre se acercó a mí a abrazarme, ni me inmuté, seguía sentada en el suelo con la espalda apoyada sobre la fría pared. Los agentes se llevaron a Billy afuera y yo me levanté dejando a mi madre ahí atrás, ella solo me seguía.

-¡Madeleine! ¡Que soy tu madre!

-Después hablamos mamá. Quiero hablar con Billy -dije sin girarme a mirarla, no hasta que se quedó quieta y no escuché pasos detrás mía como antes, ahí sí que me giré y me encontré a mi madre mirándome sonriendo- ¿Qué?

-Te gusta ese chico ¿verdad?

-Mamá por dios, a ver si ahora no voy a poder tener amigos. Además, no es el momento de hablar de esto.

-Las madres sabemos cuando son amigos o no.

Resoplé y solo seguí hasta salir de la casa. Unos policías entraron (supuse que a por el raptor).

Nada más salir vi a Billy sentando en una ambulancia bebiendo agua. A su lado estaba el agente de policía que me hizo las preguntas ese día, llamando a los que supuse que serían sus padres.

Como no, me acerqué corriendo. Los policías me prohibieron el paso pero aún así pasé como pude.

-¡Billy! -dije mientras me seguía uno de aquellos policías.

Él solo bebía agua, ni siquiera me miró.

-Por favor déjeme verle.

-¿Qué no entiendes niña? -me llevaron fuera con mi madre.

Me senté en el borde de la acera cuando los policías salieron de la casa con unas cuantas camillas de ambulancia y una mortaja por encima.

-¿Qué es eso? -me levanté y me acerqué a un policía- ¿Qué es eso?

-Por favor Madeleine, llama a tus padres.

-¿Qué es eso? -dijo mi madre apareciendo detrás mía.

El policía suspiró- Los cadáveres de los chicos.

-¿De quiénes?

-Tenemos que mandarlo a un especialista, bueno, a un médico forense.

-Son Bruce, Griffin, Vance y Robin.

-¿Robin? -dijo mi madre empezando a llorar- ¿Cómo lo sabes?

-Hablé con él cuando bajé al sótano -dije al borde del llanto.

-Es imposible. Está muerto ¿cómo ibas a hablar con él?

Pasaba de discutir porque sabía que no me creerían. Para demostrarlo me acerqué a una de las camillas y le quité la mortaja. Era Robin. Mi hermano. Sin su bandana, con la misma ropa que utilizó ese día en el que se salió, con la cara llena de sangre que ya estaría seca.

El policía puso la mortaja de inmediato- ¿Es su hijo?

-Sí... -mi madre se apoyo en mi hombro y empezó a llorar. No pude evitar hacer lo mismo.

-Ya mamá, ya...

-Será mejor que se vayan a casa -dijo el policía.

-No -mamá miró al policía- Quiero enterrar a mi hijo.

-Después de pasar por la consulta del forense, señora. Cuando sepamos la causa de su muerte la llamaremos. No tardaremos mucho, hoy mismo le llevaremos si quiere. Ahora, por favor, deje que las lleve a casa.

-Espere, quiero hablar con... -me giré y vi a Billy, con los que supuse que serían sus padres, charlando mientras lloraban.

-¿Sí, cariño?

𝐒𝐀𝐂𝐑𝐈𝐅𝐈𝐂𝐄; 𝗯𝗶𝗹𝗹𝘆 𝘀𝗵𝗼𝘄𝗮𝗹𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora