Capítulo trece: Confesión

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—¿Qué has dicho? —preguntó (Tn) con una suave vocecita

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—¿Qué has dicho? —preguntó (Tn) con una suave vocecita. Miraba a Ace con ilusión.

Sentía que las mejillas se le habían incendiado con alguna chispa del fuego de Ace, que la veía con extremo detenimiento.

—Que me gustas, y mucho —declaró—. Quise arriesgarme y decírtelo a pesar de que tal vez me rechaces porque soy un pirata. No tienes que sentirte obligada a nada, ¿sabes? Solo... —se frotó la nuca—. Bu-bueno, yo...

«Le gusto... ¿De verdad le gusto?» Se preguntó en su interior.

—Por favor, di algo —le pidió Ace, sintiendo que su corazón galopaba con fuerza debido a los repentinos nervios y el horrible suspenso.

Nunca se había confesado a alguna chica, y el haber dado ese paso impulsado por su lema de vivir sin arrepentimiento lo estaba sofocando. Sus miedos empezaron a bombardearlo, y se dijo, que a lo mejor (Tn) lo abrazó y correspondió su beso por mero agradecimiento.

(Tn) bajó la mirada en tanto se crujía los dedos de las manos entre sí.

—A-Ace... La verdad es que también me gu-gustas.

Ace parpadeó sin lograr procesar lo recientemente declarado por parte de (Tn). No tardó en plantearse que se imaginó lo que había escuchado.

Después de algunos segundos que parecieron eternos mientras la frescura de la suave brisa los envolvía en una caricia pasajera, el joven notó cómo ella se arrugaba la falda del vestido con ambas manos a la altura de la rodilla.

—¿Dijiste que te gusto? —preguntó algo alucinado.

A pesar de los nervios a flor de piel acompañado por cosquilleos en las palmas de las manos y un temblor en las rodillas, (Tn) se armó de valor y miró a Ace a los ojos.

Dejó de presionarse los labios entre los dientes y los relajó hasta separarlos. Lo contemplaba como quien recién descubre la maravilla de algo desconocido.

—Dije que me gustas, Ace —declaró desbordando una seguridad cuya procedencia la asombró. Nunca había sido tan firme en su vida. Se dijo, que tal vez se debía a la manera en que él la hacía sentir—. Me gustas mucho.

Una suave sonrisa de incredulidad con aires de encanto y mucha frescura fue esbozada por Ace debido a la forma en que (Tn) había acabado con su temor.

Pensó, con ostensible pero agradable curiosidad y dulce maravilla, que la chica de quien había cuidado hasta ese día logró mostrar señales de una valentía que a él mucha falta le hizo en algunos momentos.

QUÉDATE CONMIGO ━━ [FINALIZADA] 《24》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora