Capítulo veintitrés: Un par de intensos

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La escasa luz filtrándose por las ramas del árbol era receptora de toda la atención de Ace, que descansaba acostado boca arriba en la grama mientras mantenía una espiga de trigo entre los labios

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La escasa luz filtrándose por las ramas del árbol era receptora de toda la atención de Ace, que descansaba acostado boca arriba en la grama mientras mantenía una espiga de trigo entre los labios.

Tenía los brazos flexionados debajo de la cabeza. Sonreía como bobo pensando en lo que (Tn) y él habían hecho el día anterior allá en el acuario.

También tomó en cuenta lo lindo que fue dormir con ella sin tener que preocuparse por guardar una distancia prudente que no la hiciera sentir incómoda.

Amplió su sonrisa aún más, dado que meditaba en que «incomodidad» no era el término adecuado para no obviar eso que ambos querían pero que no se atrevían a propiciar entre los dos. Bueno, le daba gusto que finalmente hubiesen decidido dejarse llevar.

Tenía tantas ganas de estar con (Tn) de nuevo, pero suponía que ella debía estar bastante dolorida después de que antes de dormir, repitieran por tercera ocasión lo que hicieron en el acuario por primera y segunda vez.

Fue muy especial entrelazar los dedos de las manos sin dejar de verla a los ojos mientras la penetraba lento junto a la fogata.

Hacerle el amor en la playa, con la suave brisa del mar y la luna como testigo del derroche de afectos, le había parecido una cosa inolvidable.

Aunque en realidad, cada experiencia vivida con (Tn) era algo único que permanecería en sus recuerdos hasta el fin de sus días.

Estaba siendo tan feliz, que por un efímero momento pensó en renunciar a la aventura y a la piratería, para quedarse en esa isla con ella.

Su sonrisa se desvaneció paulatinamente tras ser consciente de lo que acababa de pasar por su cabeza.

No podía. No. No podía solo dejarlo todo por mucho que deseaba —inesperadamente—, llevar una vida tranquila a su lado.

Volvió a sonreír meditando en lo último.

«Vaya... conque una vida con ella, ¿eh?» Se dijo en su fuero interno.

Rió por lo bajo ya que se dijo que era demasiado pronto como para pensar en esas cosas.

Se planteó que si bien era cierto, (Tn) y él ya tenían algunos meses de haberse conocido y poco menos siendo novios; pero hasta el día anterior se entregaron a sus sentimientos, y dudaba que ella quisiera algo más por el momento por muy especial que fuese el hecho.

No quería arriesgar nada haciendo algún comentario que sonara demasiado intenso. Ya suficientemente intensos habían sido antes de entregarse, y eso le encantaba, pero... Dejó de pensar. Suspiró.

«No es el momento, Ace. No es el momento», se dijo.

Se sentó antes de mirar desde esa colina donde se encontraba, hasta allá abajo en la playa donde (Tn) aún dormía.

Había ido a ese sitio a intentar despejar su mente. No hacía mucho que uno de sus contactos se comunicó con él vía Den Den Mushi, para transmitirle los recientes hallazgos sobre la pista de ese hombre.

QUÉDATE CONMIGO ━━ [FINALIZADA] 《24》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora