QUÉDATE CONMIGO ━━ [FINALIZADA] 《24》

Capítulo extra: Un hermoso sueño [Spin-Off]

⚠️Nota importante: Tal como lo dice el encabezado, este capítulo extra contiene un Spin-Off con personajes —y menciones de otros personajes— de mis historias. De modo que, le pido a mis bellas lectoras, que por favor no divulguen el título de la historia a la que pertenece cada cual, (o alguna referencia que encuentren enlazado). 🤫

Si el resto de lectores quiere saber de donde procede cada cosa... pues que vayan y que lean mis historias con trama de piratas. 🤷🏼‍♀️ Y si no, pues que se queden con lo que han leído. 😊

Obviamente, no he profundizado en los enlaces porque esto sería spoiler para las lectoras que me siguen en dichas obras. 🙅🏼‍♀️

Por otro lado, pido disculpas por este meloso disparate, pero me refugio en mi amor por Ace.🙍🏼‍♀️🥺❤️

📣Ustedes deciden si se quedan con el final datado en el epílogo, o con este que ahora les ofrezco. (De todos modos ambos son canon). 📣

Sin más que añadir... comencemos con el capítulo extra. ❤️✨

La filosofía de vivir sin arrepentimientos se había vuelto en sí un motivo de arrepentimiento para Portgas D. Ace, que veía hacia el techo de piedra de su celda preguntándose qué habría pasado si hubiese hecho (o no), esto, aquello, lo otro... ¿Qué diferencia marcaría algún detalle en cualquiera de sus acciones, de haber procedido de otro modo?

Nada importaba ya, porque no existía el «qué habría pasado si...». Su destino estaba decidido y no había marcha atrás.

Durante los primeros días tras su captura se sumió en la desesperación, no por su condena, sino por la mujer que había dejado atrás. ¿Qué sería de ella si la marina decidía buscarla?

Lo único que podía hacer, era rogar porque nadie la hubiese reconocido por los pasados crímenes de los cuales la culparon, y que, el uso de la peluca de rizos rubios hubiese valido de algo.

Se repitió una y otra vez, desde que fue aprehendido (y que era cosa que no había dejado de resonar en su interior), que ella no se merecía nada de eso.

No se arrepentía por haber ido tras Teach en pos de una venganza que no logró obtener en nombre de su amigo fallecido, pero sí lamentaba saber que había arrastrado a una dulce, buena e inocente mujer por quien ahora temía.

Rogaba porque el entrenamiento básico al que la había sometido, al menos le sirviera para escapar.

La acumulación de ira contra sí mismo no era suscitada por la circunstancia en que se encontraba, sino por la innegable realidad de haber condenado a la única mujer que había amado en su corta vida.

Lo despojaba de toda coraza el recordarla llorando tras cada pesadilla que por su egoísmo ignoró sintiéndose invencible.

«No te vayas, Ace. Quédate conmigo...». Escuchó, como si (Tn) estuviese frente a él rogándole una última vez que no fuese tras Kurohige.