Nadie se marcha si vive en el recuerdo.

653 82 31
                                    

5 de noviembre.

Irish.
La relación con mi madre siempre fue buena, cordial, pero en cambio mi padre y yo siempre fuimos uña y carne. Compartíamos el gusto por las películas de terror y de Halloween, la música antigua y bailar a su son.
Obviamente, nada fue fácil tras irse, pero desde entonces soy consciente de que tengo un ángel de la guarda vigilándome las veinticuatro horas.

—Bueno, y supongo que tengo nuevos amigos...—Escondo las manos en el interior de las mangas de mi jersey. —Aunque, ahora las cosas están raras...—Me muerdo el interior del labio. —La he cagado, papá. Y mucho. —Mi mirada está fija en el ramo que le he traído. —Besé a un chico...Y....—Un cosquilleo sube por mi nariz y me da a saber que pronto lágrimas saldrán de mis ojos. —Me siento muy idiota, papá...—La voz se me quiebra. —Él es demasiado bueno como para no mentir y yo soy demasiado imbécil como para volver...—Pellizco el interior de mis mejillas. —Dios, ojalá estuvieses aquí, sabrías que decirme. —Frunzo los labios.

Y en ese preciso instante el politono de mi teléfono suena y tengo que resbalar las lágrimas de mis ojos para poder leer bien:

— ¿Jake? —Pronuncio en voz alta, sorprendida de ello.

El móvil sigue vibrando en mi mano, pero estoy inmóvil. Al final, veo como la pantalla se oscurece de nuevo y su nombre desaparece ante mis ojos. No me da tiempo si quiera a guardarlo cuando me llega un mensaje suyo; "Por favor, contesta. Necesito hablar contigo". Mi corazón se acelera ante el miedo y curiosidad de aquel mensaje, pero no puedo marcar su teléfono.
Una fuerza irreal me detiene y congela mis manos, dejándome con la vista en el móvil, como tonta. En ese instante no me doy cuenta, sin embargo, más tarde entiendo que aquello había sido una respuesta de parte de mi padre.
Sabía que debía aclararme e intentar entenderme antes de hablar con Jake, pero deseaba oir su voz con todas mis fuerzas.

En cuanto consigo moverme de nuevo, salgo con decisión hacia mi casa. Necesito sacar todos estos pensamientos de mí, empiezan a escocer en el pecho.

— ¡Ash! —La llamo con el retumbo de la puerta a mis espaldas.

— ¿Qué te pasa, loca? —Me mira desde el sofá con la boca llena de patatas.

—Necesito velas. —Digo con decisión.

—Vale. —Se encoje de hombro y gira la cabeza de vuelta a la tele sin ningún interés en lo que digo.

— ¡Ash! —Frunzo el ceño. —Velas. —Pronuncio con precisión y ella me mira de reojo.

— ¡Ah, velas! —Abre sus preciosos ojos verdes y corre hasta mí. —Prepara las cosas, voy a por comida. —Sonríe emocionada.

Dos minutos después hemos preparado mi cuarto como cuando éramos pequeñas: mantas, pijama puesto, velas, luces tenues y amarillentas, Taylor Swift sonando en la mini radio rosa de la esquina y un repertorio de comida basura frente a nosotras. Y esta vez, Liv estaba en la tablet de mi hermana; No quería perderse el cotilleo.

— ¿Y bien? —Liv me mete prisa.

—Es...Es sobre Jake. —Agacho la vista.

—Vecino buenorro. —Me corrige mi hermana.

—Jake. —Confirmo con una mirada rápida.

— ¿Qué pasa con Jake? —Veo como Liv se remueve en su cama.

— ¿Qué haces aún en la cama? Son las siete de la tarde. —Le reprocha Ash.

—No puedo moverme...—Rueda los ojos con pesadez y enfoca una cabellera oscura a su izquierda, boca abajo y con uno de sus brazos tatuados sobre los hombros de ella.

— ¡Olivia! —Le miro mal. —Se supone que es un momento serio, ¿Sabes?

—Pero si está dormido, de hecho, no creo que ni esté respirando. —Le mira de reojo. —Bueno, tú sigue. —Se centra.

—Me ha llamado. —Digo tras unos segundos de silencio.

— ¿Jake? —Cuestiona Liv en mitad de un bostezo.

—No, Obama. —Ironiza Ash.

—Dios mío, las hormonas...—Liv se rasca una ceja. — ¿Se lo has cogido? —Me mira.

—No, ¿Debería llamarle? —Muerdo una de mis uñas con nerviosismo.

—No. —Contesta Liv al instante, las dos le miramos. —Quiero decir, fue él quien te paró el beso...—Se encoje de hombros.

—Ya, pero ha dicho que quiere hablar conmigo, a lo mejor es algo importante. —Muerdo el interior de mi mejilla.

—Yo creo que deberías perdonarle. O sea, es guapo, amable, divertido...—Enumera. —Es el chico perfecto. —Se encoje de hombros.

—Ash, no es solo cuestión de eso. —Aclaro. —Me importa, ¿Vale? No quiero perderle por ese estúpido beso. —Murmuro con cansancio mientras jugueteo con el borde de la manta.

—Pero, ¿Fue un buen beso o....? —Cotillea.

— ¡Ash! ¡Fuera! —Ordeno con repulsión.

— ¿Qué? ¿Por qué? —Se ofende.

—Las hormonas te están ganando, date una ducha fría y ya hablamos. —Le echo de mi habitación y ella sale tras rodar los ojos. —Liv, por favor dame un buen consejo...—Escondo la cara en mis manos.

—No fue un estúpido beso, ¿Verdad? —Habla despacio.

— ¿Qué? —Me destapo la cara y le miro.

—Irish, te conozco mejor que a nadie, y sé que no fue un estúpido beso para ti. —Hace un mohín.

— ¿Y qué si no fue así? Nada cambia, Liv. —Aparto la vista. —A él no le gusto, punto.

—No te dijo eso, Irish. Solo que a tu cerebro se le hace más fácil pensar eso, siempre lo haces.

— ¿Hacer el que? Es la realidad, Liv. —Me ofendo.

—No, no lo es. —Me mira seria. —Siempre te dices eso y no es verdad, puede que no te quiera, pero tampoco puedes echarte esa mierda a ti misma. —Su tono de voz me eriza la piel. —Irish, no te mereces decirte eso. Y sé que lo haces porque lo llevas haciendo toda tu vida...Pero eres atractiva y vas a encontrar el amor. —Su voz se rebaja.

—Liv...—Intento pararle.

—No, Irish, no te mereces esos comentarios y mucho menos que seas tú misma quien te los diga. —Hace oídos sordos. —Si no te siguió el beso seria por algún motivo, pero no porque no te lo merecieses...

—Olivia. —Murmuro para acallarla.

— ¿Qué?

— ¿Ese tatuaje? ¿Es...? —Señalo con el dedo el tatuaje en aquel brazo que asomaba por la pantalla. — ¿Es de...? —No puedo terminar la frase.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧
Gentecilla guapa!!! ¿Que creéis que ha descubierto nuestra protagonista? 🫣🫣🫣🫣
El miércoles saldremos de dudas...

Feliz navidad guap@s, que se me olvidó decíroslo❤️‍🩹

El amor verdadero es caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora