Todos rompimos nuestras propias reglas por alguien.

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3 de enero.

Irish.
Si me preguntasen como es que Jake y yo conectamos tan de repente, no sabría que decir. Ni siquiera yo conseguía entenderlo; Había estado dos meses sin saber de él y, aun así, sentía que no había pasado el tiempo.

— ¿Quieres dejar de tocarlo todo? —Le empujo lejos de mi con la cadera.

—Es que ya he terminado de cortar la verdura...—Apoya su barbilla en mi hombro. — ¿Y si pedimos pizza? —Propone, viéndome remover la carne en la sartén.

—Si hombre...—Suelto una risa sarcástica. — ¿Qué pasa? ¿Qué en esta casa no se cocina nunca? —Me giro a verle con una sonrisa burlona.

—Siento que voy a salir perjudicado de esta conversación, así que me retiraré...—Camina hacia atrás con lentitud y yo ruedo los ojos, agarrando mi móvil que vibraba sobre la encimera.

Era un mensaje de Liv: "¿Has hablado ya con Jake? "
Me muerdo el interior del labio sin saber que responder, tengo que decirle que no sé cuando volveré a Londres y que la situación se volvería tensa desde tan lejos. Miro a mi chico, que estaba en el sofá buscando una película de terror para ver y el corazón se me encoje con fuerza. No quería joder lo que teníamos...No ahora.

— ¿Irish? —Me llama y yo vuelvo a la realidad. —La carne. —Se ríe ante mi reacción.

—Mierda...—Susurro apagando el fuego.

— ¿En que pensabas? —Me mira desde el sofá y yo me rasco una ceja sin saber que contestar.

—Jake...—Avanzo al sofá con la vista en mis calcetines de corazones rojos. —Hay algo que debía haberte dicho hace unos días, y que no te dije por miedo...—Me siento junto a él.

— ¿Ha pasado algo? —Pregunta confundido.

—No, no. —Niego con la cabeza y le miro a los ojos. — ¿Te acuerdas de la propuesta de la editorial de Nueva York? —Juego con mis dedos.

—Claro. —Una sonrisita de orgullo escapa de sus labios.

—Bueno, pues uno de los requisitos para poder publicar es reunirme con el grupo dos o tres veces por semana...—Continúo despellejando el interior de mi labio.

—Está bien. —Apoya la sien en su puño y me mira atento.

—Jake, las reuniones deben ser presenciales. —Analizo su cara y solo encuentro confusión.

—Pero, ¿Cómo vas a viajar tres veces por semana hasta allá? —Se ríe, confuso y yo ladeo la cabeza con un mohín. —Te vas. —Deduce con un hilo de voz.

—Serán unos tres meses y...

— ¿Cuándo? —Su primer reflejo es generar distancia entre nosotros y mi pecho chirria.

—Mañana. —Confieso.

—Joder, Irish...—Aparta la mirada y desordena su pelo con sus manos.

—Sé que debí decírtelo antes. —Abandono mi antiguo lugar y avanzo para sentarme más cerca. —Jake, si crees que no deberíamos seguir...—No quiero ni terminar la frase.

— ¿Qué? —Se gira a verme con la cara descolocada. —No voy a dejarte por irte a cumplir tu sueño, Irish. —Niega al instante y mi corazón bombea de nuevo.

— ¿Entonces? ¿Qué hacemos? —Sigo perdida en esto de las relaciones.

—Pues, no sé, algo pensaremos, pero dejarlo no es ni siquiera una opción para mí. —Se encoje de hombros.

— ¿No estás cabreado? —Le sigo con la mirada cuando se levanta del sofá.

—Irish, no digas tonterías. —Me riñe. —Jamás me enfadaría por algo así. —Me sostiene el mentón para besarme. —Estoy muy contento por la oportunidad que tienes...—Me sonríe tras besar mis labios y no puedo evitar volver a atraerlo a mí.

— ¿Comemos? —Me sostengo sobre él para levantarme del sofá y él sonríe con picardía. — ¡Henderson! —Golpeo su hombro con asco y camino a la cocina para separarme.

— ¡No he dicho nada! —Intenta atraparme de la camiseta entre risas.



—Ash, deja de chillar. —Me burlo de mi hermana, la cual estaba pegando botes por su habitación.

—No puedes pedirme eso. —Devuelve su culo a la silla de mi escritorio. —Tienes novio. —Sonríe como una tonta y consigue contagiármela. —Y vaya novio...—Alza las cejas con diversión.

—Cállate. —Le pido con mala cara. — ¿Cómo está Almendra? —Pregunto, buscando a mi bola de pelo grisácea tras ella.

—Sobada, como siempre. —Agarra la Tablet y la enfoca, enroscada entre sí y con la cara bajo la almohada de mi cama.

—Dios, como la echo en falta...—Hago un mohín triste. —Ojalá pudiese llevármela a ya sabes dónde. —Evito nombrar la ciudad por si mi madre rondaba por ahí cerca.

— ¿Cómo vas con eso? ¿Todo listo ya? —Coloca de nuevo el aparato sobre el viejo escritorio verde desgastado.

—Sí, más o menos todo listo. —Juego con uno de los cordones que cuelgan de mi sudadera.

— ¿Qué piensas? —Me mira con atención, mordiendo el interior de su labio. Dudo que contestar.

— ¿Sabes ese nudo en la boca del estomago cuando sabes que algo no está funcionando como debería, pero aun así no puedes hacer nada porque no conoces con precisión que lo crea? —Masajeo la zona nombrada con instinto.

— ¿Hay algo que te preocupe? —Duda.

—Todo, pero a la vez nada. —La miro a través de la pantalla de mi portátil. —No quiero dejarlo todo en Londres y hacer borrón y cuenta nueva allí. Entre otras cosas, porque no puedo, mi novio y mis amigos están aquí y....—Parece que las palabras que alborotaban mi mente deciden no crear una oración coherente y simplemente dejo que sonidos vagos salgan de mi boca.

—Es que no deberías verlo así, Irish, vas por trabajo. —Se encoje de hombros con simpleza. —O sea, vas a estar allí por un periodo corto y después volverás y todo seguirá como cuando te fuiste...

—Ojalá fuese tan fácil, Ash...—Bajo la mirada al cordón que descuelga de mi sudadera blanca con algún mensaje rancio.

—No lo es, lo sé, pero es lo que debes hacer. Te aseguro que cuando vuelvas Jake, Liv y todo seguirá ahí. —Esconde los labios y hay un vacío en el cual sigo mirando el cordón. Tocan a la puerta antes de que conteste.

—Perdón, tengo que agarrar una...—Jake habla entre dientes y en voz baja y entra en la habitación muy lentamente mientras se despeina con la toalla. Yo acto seguido aparto la cámara al ver como mi hermana se acercaba con los ojos muy abiertos.

—Luego hablamos. —Murmuro antes de escuchar un quejido de su parte que se corta por el final de la llamada.

— ¿Cómo está? —Me sonríe de refilón, ya que esta de espaldas frente al armario.

—Ella siempre está bien. —Me encojo de hombros y disfruto de la vista de su espalda.

—Incluso de espaldas puedo notar lo pervertida que estás siendo en tu mente. —Se gira con la camiseta a medio poner y yo dejo de ladear la cabeza y contemplarle.

— ¿Eh? —Alzo las cejas con burla y él se acerca a besarme.

— ¿Quieres salir a cenar? —Pregunta a centímetros de mí.

— ¿Hace falta? —Arrugo la nariz, viéndole.

—Y yo que quería hacerlo especial...—Se queja de cachondeo y se sienta en el borde de la cama, a unos pasos de la silla giratoria donde estaba desde hacia rato.

— ¿El que? —Frunzo el ceño y se encoje de hombros sin mirarme. —Henderson, creo haberte dicho que odio las sorpresitas. —Me cruzo de brazos y él me mira divertido, atrayendo la silla hasta tener que separar sus piernas para que esta cupiese entre ellas.

—Creo que tengo la solución a lo de Nueva York. —Sonríe y un escalofrío recorre mi columna.

— ¿De que hablas?

—Bueno, como me dijiste que tenias que irte unos meses...—Se encoje de hombros y por su sonrisa se lo que continua. —Lo he estado pensando, y creo que podríamos ir juntos. —Lo suelta.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧
GENTECILLA GUAPA!!
Nos vemos el miércoles 🧦💞

El amor verdadero es caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora