Dime dónde te duele, para quererte más ahí...

458 61 16
                                    

28 de diciembre.

Irish.

La colonia de mi padre era lo único que podía trasladarme de vuelta con él. Utilizaba la misma desde que yo se la regalé; El día del padre era uno de mis favoritos en el año cuando era pequeña, era el día en el que podía achuchar y estar con mi padre durante todo el día. Mi padre no era fan de las colonias, de hecho, nunca se ponía.
Pero eso cambió cuando su niñita rubia de ojos saltones apareció con su sonrisa mellada y una cajita hecha por ella con la colonia más barata del mercado porque era para lo único que le daba con su hucha de princesas.

Una cálida sensación me invade, y casi puedo sentir a mi padre al lado. Pero no lo está. No lo está y aun así puedo ver su sonrisa de orgullo, viéndome desde la grada en el recital del colegio...O escuchando la quinta historia que había inventado en el día...Siempre me había mirado con orgullo. Con amor.

No era la primera vez que notaba a mi padre desde que se fue, pero era la primera vez que sentía la necesidad de caminar calle abajo y dejar atrás esas lágrimas tontas y decirle la verdad a Jake. Era la primera vez que, hacia caso a mi corazón, a mi padre.

Cuando llego a nuestro edificio, estoy hiperventilando por la rapidez de mis pies, los cuales ni notaba por el frío de la noche. Toco su puerta repetidas veces sin respuesta, hasta que al fin abre.

Abre de la misma forma que lo hizo hacía unos meses atrás; Sin camiseta, con unos pantalones de pijama (Esta vez de dinosaurios) ...


—A nadie le interesa eso...—Reprocha dando vueltas a mi alrededor.

—Sh, que estoy inspirada. —Le mando a callar y el monstruo que reposa en sus brazos, revolotea.

—Mira, porque me ha costado media hora callarlo, que si no....—Me intenta amenazar, pero le acalla un estirón de pelo del monstruo y no puedo evitar reír. —Estáis insoportable...Los dos. —Desaparece por la puerta.

Llevaba los mismos calcetines de gatos de los cuáles me enamoré a primera vista. Tenia la misma cara de dormido y mala ostia, pero mis ojos brillaban con un tono diferente que aquel día. Estaba tan nerviosa por lo que iba a decir, que termino con el corazón en un puño y haciéndome un lío con las palabras.

—Me enamoré por primera vez cuando tenía quince años, era un chico monísimo; con ojos verdes y un pelo rizado que hacia girar los cuellos de todas...Liv me convenció de que hablara con él tras pasar semanas viéndolo pasar y sorprendentemente conseguí una cita con él. —Mis ojos no tienen un punto fijo y pasean por sus ojos oscuros y confusos. —Todo iba genial, hasta me había comprado palomitas en el cine...—Una risa nerviosa escapa de mis labios.

—Irish, son las dos... —Intenta pararme con los ojos aun entornados por la reciente llegada de luz a ellos.

—Pero me dijo que había salido conmigo para conseguir el teléfono de Liv. —Termino y nos mantenemos la mirada, unos segundos después Jake baja la cabeza y con la mano se tira el pelo desordenado hacia atrás.

—Irish...—Sube los ojos de nuevo a mí. — ¿Qué estás intentando decirme?

—Estoy intentando...—Miro a otro lado para que no me viera llorar. —Nunca fui la primera opción de nadie. No románticamente hablando. —Absorbo por la nariz y dejo mi emoción a un lado. —Siempre he sido la amable...La buena. —Una sonrisa cargada de ironía sale a flote. —Nunca me han querido bonito. Y sinceramente no lo eché en falta, me acostumbré a ser la maja. —Ladeo la cabeza con un mohín.

—Yo no te quise por ser amable. —Puntualiza. —Te quiero porque eres maravillosa, Irish...—Se acerca un paso más. —Con tus puntos y comas, y me da igual que no vayas a ser esa amiga amable; porque eres tú. —Noto como me muerdo el interior del labio ante sus palabras.

— ¿Por qué? —Pregunto absorta en sus ojos, que ahora se fruncen por mi pregunta. — ¿Por qué de mí?

— ¿Me estas preguntando porque me enamoré de ti? —Lo dice casi riendo, pero al ver mi cara su mirada se rebaja. —Irish...—Agarra mis manos. —Me enamoré de quien eras, de quien eres. Eres esa persona que quiero tener a mi lado cuando me digan que Dylan se independiza al fin...—Consigue sacarme media sonrisa. —Pero también quiero tenerte cuando me den la peor noticia del día, o cuando nuestros hijos nos digan lo mucho que nos odian por no dejarles jugar un rato más...—Siento mis manos sudorosas bajo las suyas. —Simplemente, te quiero. Pase lo que pase lo haré. —Sus ojos se clavan en los míos y consigue que una lágrima solitaria caiga por mi mejilla antes de atraparla. —Venga, Irish, no llores...—Se ríe para bajarle hierro al asunto.

—Joder, es que es muy bonito Jake...—Me limpio las mejillas con el dorsal de las manos.

— ¿Has visto? Y medio dormido, que tiene más mérito. —Bromea antes de atraerme por los hombros y abrazarme con la misma dulzura que lo había hecho siempre.

Jamás imaginé acabar el día entre sus brazos. Durmiendo juntos.
Mi mirada estaba fija en el techo mientras una de sus manos acariciaba mi brazo con lentitud; No podía creer que por primera vez en meses no estuviese pensando en nada más, no pensaba en el vuelo que debía pillar a escasas horas, ni de las llamadas perdidas de Liv...Solo podía verle.
Me giro a mirarlo de nuevo; Sus pestañas descansan en la parte alta de su mejilla, sus labios se ven perfectos ante la oscuridad de la habitación y su expresión es de total tranquilidad.

No podía creer lo que estaba viviendo.
No podía creer que estuviese acostada junto al amor de mi vida sin siquiera saberlo.
Solo sabia que esa noche iba a descansar como nunca, y que aquella noche se grabaría en mi mente de por vida.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧
Gentecilla, otro capítulito más y uno de mis favoritos he de confesar :)))
No olvidéis votar y comentar, que siempre os estoy leyendo!!!🤍🤎 feliz finde, guapitxs

El amor verdadero es caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora