¿Que tan lejos estamos de estar cerca?

160 25 2
                                    

31 de diciembre.

Dylan.
Una patada en los huevos hubiese dolido menos.

—No puedo poner eso. —Me niego en cuanto lo suelta por la boca.

— ¿Por qué no? Se sintió así. —Se encoje de hombros, ofendido por mi decisión.

—Que ser tan dramático, de verdad...—Habla la otra desde la cama, donde juega con el monstruo.

— ¿Narras tú? no, ¿Verdad? Pues chitón. —Le contesta como un niño.

—Hay que rebajar las horas con el monstruo, ¿Eh? —Le miro por encima de las gafas.

—Mátame si es eso lo que quieres...—Dramatiza tirándose al suelo, cosa que hace que el monstruo se lance encima de inmediato. 

—Si lo hago yo, tardarás menos. —Intenta convencerme.

—Mira que eres entrometida...—Se levanta del suelo y lanza de nuevo al monstruo a la cama. —Se te nota lo Aries. —Comenta con cara de asco.

—Monta y pedalea. —Suelta, enseñándole el dedo corazón con una sonrisa irónica. El monstruo la replica a la perfección.

— ¡Olivia! —Le riño.

Cuando Olivia sale del baño es la única sonriente de la estancia, mi sonrisa comienza a evaporarse con lentitud y empiezo a creer que ni parpadeo. Estoy tan confundido que cuando Olivia me pide hablar en privado su voz suena a kilómetros, como cuando pasaba demasiado tiempo con los cascos de la guitarra eléctrica y entraba Jake a decirme si quería cenar super cabreado.
A pesar de encontrarme en el rellano de mi casa, con la persona con la cual me acostaba desde hacía meses...Me sentía muy fuera de lugar.

—Dylan, mira...—Comienza y yo trago saliva con pesadez.

—No estás embarazada entonces, ¿No? —Arrugo la nariz sin poder mantenerle la mirada.

—No....—Admite con un susurro y yo lo único que puedo hacer es asentir sin sentido. —Quería hablar contigo de eso mismo, cuando me enteré...—Intenta explicar, pero mi ceño se frunce.

— ¿Hace cuánto creías que estabas embarazada? —Consigo mirarla a los ojos por primera vez.

—Me tenia que bajar hace dos días. —Me mantiene la mirada y mi sangre se congela.

—Creías que estabas embarazada de mí, ¿Y no me dijiste nada en dos días? —Mi cara era un poema y ella suspira con cansancio.

—Dylan...

—Por no hablar de que ni contestabas mis mensajes desde hacía días...—Recuerdo.

—Ostia, Dylan, déjame hablar por lo menos, ¿No? —Se queja y yo no puedo evitar reír con sarcasmo.

—Es que estoy flipando, Olivia. —Pongo una mueca. —Yo pensando que íbamos a tener un crio... ¡Que he ido a comprar un puto cochecito de bebé, joder!

—Pues es que no deberías. —Sube el tono de voz para igualarse al mío.

—Y tú no deberías haberme ocultado algo así. —La sangre arde por mis venas cuando doy un paso más hacia ella.

— ¿Pero como iba a decirte, retrasado? ¡SI ni siquiera sabia si seria tuyo! —Suelta demasiado alto y demasiado rápido como para ser del todo entendible. Yo me quedo paralizado y siento como mi respiración se estanca y el aire que nos rodea comienza a pesar.

— ¿Qué? —Mi voz casi es inaudible.

—Joder, Dylan, que tengo novio ¿Vale? —Aparta la mirada y mi mundo casi se derrumba ante esas palabras. —Es lo que estaba intentando decirte...—Su expresión corporal se relaja y para mí, tragar saliva comienza a ser un reto. Me quedo en silencio por casi un minuto completo. —Dylan, reacciona, por dios. —Me pide y siento como el aire entra de nuevo a mi cuerpo.

—O sea que...—Vuelvo a tragar saliva con dificultad. —Esto no va a ir a más, ¿No? —Un escalofrío recorre mi columna.

—Pero, ¿Qué querías que pasara? —Frunce el ceño. —Dylan, no nos aguantamos. —Se encoje de hombros y mentiría si esa frase no dolió. —Y sabes que no quieres tener un crio ahora...—Asegura con un mohín.

— ¿De que estás hablando? Claro que quería. —Esta vez soy yo quien fuerza el entrecejo.

—Venga, Dylan, no me mientas tampoco...—Ladea la cabeza y al ver que no decía nada, añade. —No querías tener un hijo conmigo, ibas a aceptar porque eres más bueno que el pan y me quieres demasiado como para hacerme eso. —Garantiza y a mi se me genera un nudo en la garganta. —Y, eso está perfecto, pero no era lo que queríamos. —Se encoje de hombros y yo solo puedo verla. —No somos ellos. —Hace un mohín triste y es en ese silencio, en el cual solo nos miramos, que comienzan a gritar, los fuegos artificiales suenan a lo lejos y se escuchan voces por todo el edificio. Ambos bajamos la mirada, como si aquellos sonidos nos hubieran despertado del trance y nos hicieran volver a la puñetera realidad. —Feliz año, Dylan. —Besa mi mejilla y desaparece por las escaleras.

Yo, como el idiota que era, me quedé clavado al suelo de mármol del rellano, esperando que volviese. Pero no lo hizo.
Cuando vuelvo adentro, Cole está riendo de algo que ha dicho Jake e Irish estaba sentada en el sofá y en cuanto me ve entrar, se levanta.

—Dy...—La dejo con la palabra en la boca y cierro la puerta de mi cuarto.

Aquella noche, como a las cuatro y media, llegué a la conclusión de que Olivia tenia razón; Ninguno de los dos quería criar un hijo ahora. Desde que tengo uso de razón, solo recuerdo a mi madre a mi lado. Mi padre jamás estuvo presente en mi crianza y creo que es por eso mismo que me impliqué tanto desde el primer momento que supe que ser padre con veinticinco seria una opción.
Pero jamás pensé que estuviese con alguien más, bien sé que no éramos algo oficial, pero creé sentimientos hacia ella y por lo que me consta sé que por su parte también. Sin embargo, eso no era suficiente.
A veces necesitas algo más que conexión sexual con alguien, pero yo eso no lo sabía, y cuando lo supe ya era muy tarde...
Y si, puede que mi primer instinto de ser padre fuese porque yo jamás lo tuve, pero crear una familia junto a ella tampoco me parecía algo tan desastroso...

Pero, el amor es muy caprichoso a veces. Y sobre todo el verdadero.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧
¡GENTECILLA GUAPAA!
otro capítulito, y este narrado por el favorito de muchas😽🫶🏻
Nos vemos el miércoles con mucho masss! os amo❤️‍🔥

El amor verdadero es caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora