El amor verdadero es caprichoso.

Wildest Dreams -Taylor Swift.

2 de enero.

Irish.
¿Sabes esos pequeños clones a ti que salen en los hombros de los protagonistas cuando les preguntan algo complicado? Vale, pues en ese exacto momento tenia a una mini Irish vestida de ángel en un hombro y en el otro a una trajeada de demonio.
La primera, me decía que contestase con un rotundo sí. Pero la segunda, en cambio, me pedía que pensara bien la respuesta.
Mientras que mi chico de ojos pecosos me pedía otra cosa...

—Jake...—Mi corazón amenaza con salir de mi pecho.

—No tienes que contestar ya, solo quería que supieses que sí tu quieres y me dejas, me encantaría ser tu novio. —Habla y yo solo puedo abrir y cerrar la boca sin producir sonido.

Aquellas diminutas Irish seguían parloteando si parar, pero esa vez no lograba oírlas, así que tocaba decidir sola...Cosa que, a día de hoy, sigo agradeciendo.

—Eres bobísimo. —Me rio a pesar de estar arrastrando la lágrima tonta que caía por mi cara.

— ¿Eso es un sí? —Sonríe nervioso.

— ¿Estás seguro de esto? —Avanzo unos pasos hacia él.

—Irish...—Suelta un bufido. —Llevo seguro desde que te vi borracha en el balcón...—Continúa avanzando hasta quedar a escasos centímetros.

—Soy extremadamente complicada. —Paso los brazos por detrás de su cuello cuando hace lo mismo en mi espalda.

—Yo también. —Se encoje de hombros.

—Nunca he estado en una relación...—Le recuerdo.

—Pues yo seré el primero, y esperemos el último . —Sonríe de una forma contagiosa.

— ¿No tienes miedo? —No puedo evitar acariciar la parte trasera de su pelo y notar como su piel se eriza ante mi contacto.

—Si me lo llegas a preguntar hace unos meses, te diría sin dudar que sí. —Aparta la mirada.

— ¿Y ahora?

—Ahora te digo que quiero todo contigo.

No podía decirle que no. Jamás pude.

Siento como se enlaza un nudo en mi estomago al saber mi respuesta y sus ojitos me analizan con detalle, esperando una respuesta.

—Me encantaría ser tu novia, Jake Henderson. —Confirmo y una sonrisa sincera sale a la luz.

—Dios...—Echa la cabeza hacia atrás con tranquilidad y yo no puedo evitar reír. —Menos mal, estaba a punto de ponerme a recitar un poema. —Bromea mientras yo estiro de su cuello para besarlo. —Espera, espera...—Se separa antes de que pudiese besarlo y yo frunzo el ceño sin entender nada.

— ¿Qué haces? —Le pregunto al verlo agarrar su teléfono y abrir YouTube.

—Un momento... —Me pide y yo me rio al ver el nombre de Taylor Swift en el buscador. —Ahora sí. —Deja el móvil en la mesa y se vuelve a acercar a mí.

De fondo suena el minuto 2:53 de la tan sonada canción Wildest Dreams de la segunda rubia favorita del ladrón pibón, él agarra mi cara con fuerza y yo solo puedo aferrarme a su espalda cuando me besa con tal intensidad que siento como mis piernas flojean bajo nuestra.
Aquel fue uno de los tres besos más importantes de toda mi vida.

El mejor aún estaba por llegar.

Cuando vuelvo a mirar el reloj del móvil, son casi las tres de la mañana. Llevábamos sentados en las sillas desoladas de su balcón desde aquel beso matador; Montando las flores de lego que había comprado, tomando vino y cervezas, hablando de tonterías y cosas serias a la vez...Quería eso siempre. Lo quería a él siempre.

—Dime lo primero en lo que te fijas de una persona. —Pregunta con la vista fija en mí mientras bebe del morro de la cerveza.

—Mmm...—Hago memoria tras terminarme la copa. —Fácil, sonrisa. —Me encojo de hombros y él comienza a reír. — ¿Qué? —Me contagia su risa.

—Eres una mentirosa. —Me señala con el dedo como un niño.

— ¿Qué? No lo soy. —Se lo bajo de un manotazo fingiendo estar cabreada.

—La primera vez que me viste me mirabas entero menos la sonrisa, vecina borracha...—Intenta toquetearme la cara para picarme.

—Porque saliste como un niño cabreado. —Frunzo el ceño. —Tenias literalmente esta cara. —Imito a la perfección la cara de desubicado que tenia aquel día.

—No soy una persona mañanera, ¿Vale? —Se justifica. —Además, eran las diez de la mañana...—Se recuesta en el asiento.

—Bueno, calla. —Le mando y él rueda los ojos llevándose la cerveza a los labios. — ¿Desde cuándo te gusta Taylor Swift? —Me apoyo en la mesa que nos separaba, burlona.

—Ya no quiero jugar. —Aparta la cara y yo intento no reír.

—Venga ya, si yo la adoro también. —Le quito importancia.

— ¿Ah sí? ¿Te sabes el orden cronológico de todos sus exs? —Me copia la posición y me mira con las cejas alzadas, desafiándome. Yo no puedo evitar soltar una risita ante su cara de seriedad. —Es un momento serio, céntrate. —Me riñe.

—Está bien, no me los sé. —Me rindo, dejándome caer en el respaldo.

— ¡Ja! Lo sabía. —Golpea la mesa con diversión y hace lo mismo que yo. —Y que sepas que no saberse los exs de la patrona está muy mal visto...—Me recuerda.

La pregunta es, ¿Me sabia los exs de Taylor Swift en orden cronológico? Por supuesto que sí, ¿Por quién me tomáis?
Pero ver a ese niño feliz, merecía totalmente la pena.

— ¿Qué hacéis ahí? Estamos casi a ocho grados...—Aparece Dylan por la puerta corredera con el pelo alborotado, las mejillas sonrojadas y los zapatos desatados.

— ¿Qué tal el ensayo? —Le pregunto pasando de su pregunta.

—Terminó hace horas, Irish, es hora de dejar de beber. —Me riñe con la boca llena de los cereales que llevaba en la mano.

— ¿Hablaste con él? —Le pregunto a Jake sin ningún disimulo, solo tapando mi boca con el dorsal de mi mano, Jake asiente repetidas veces.

—Sabes que puedo oírte, ¿Verdad? —Comunica desde la puerta. —Mira, paso de vosotros. —Se despide con un gesto bajo y se encierra en la habitación.

— ¿Y si nos vamos a la cama nosotros también? —Propongo arrugando los labios.

—Lo que mi novia diga. —Hace énfasis en el apodo, y me cede la mano.

—Para de llamarme así. —Le aparto la cara mientras se ríe y huye de mí. —Tira a dormir...—Le empujo lejos de mí cuando quiso abrazarse a mí.

—Aburrida. —Suelta mirándome mal y corre a la habitación.

—Al final te la llevas. —Ruedo los ojos y cierro la puerta tras nosotros.

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¡GENTECILLA GUAPAA!
Nos vemos el domingo, guapxs💞💞💞