Tenia 500 cosas que decirle, no le dije nada.

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18 de octubre.

Irish.
Después de aquella noticia tan devastadora, aguanté el llanto por media hora; Que fue lo que tarde en conseguir que Jake se tranquilizase.
Me había contado entre lagrimas que su hermano sufría de insuficiencia renal crónica terminal, o como yo lo había traducido; Problemas en los riñones, cuando estos, no consiguen trabajar al nivel que el cuerpo pide.
También me había dicho que, sin un riñón nuevo, no sobreviviría.

No sé qué decir ni que hacer. Me sentía perdida en esta situación, y no me gustaba. Quiero tener el control de la situación porque soy consciente de que Jake no puede, pero no sé nada de insuficiencia renal ni como apoyar a alguien que la sufre.
Pero tengo que intentar ayudarle.

—Jake...—Le hablo con cuidado. — ¿Crees que podrías ducharte y comer algo? —Le acaricio el brazo y él asiente con lentitud. —Bien, bien...Pues te espero aquí, ¿Sí? —Le acompaño hasta la puerta del baño. —Tómate el tiempo que necesites.

Mientras se ducha, aprovecho para ir a casa y recoger unas cosas.

—Ya era hora...—Se queja Liv en cuanto me ve. —¿Qué le ha pasado a tu camiseta? —Bajo la mirada yo también hacia ella y está toda llena de restos de lagrimas de Jake y mías.

—Eh...—Intento deducir que decir.

—Te lo ha contado, ¿No? —Dylan habla desde el sofá, junto almendra. Yo asiento despacio.

— ¿El que? ¿Qué te ha contado? —Habla Liv confundida.

—Nada. —Decimos los dos a la vez. Ella suelta una risa sarcástica.

—Genial... —Finge una sonrisa.

—Dylan tenia razón, esto no es cosa nuestra. —Le miro. —Pero Jake nos necesita. A los tres.

—Pero, ¿de que estáis hablando? —Frunce el ceño.

—Dylan, ¿Te importa ir a ver como va y a ayudarle a comer algo? —Le pido mientras camino hacia la habitación.
En cuanto Liv oye la puerta principal cerrarse, habla.

— ¿Me vas a decir de que va esto? —Me sigue con la mirada desde mi cama.

—Liv, su hermano está enfermo. Se muere. —Paro de cambiarme para mirarla.

— ¿Qué? ¿Qué le pasa? —Se pone seria.

—Necesita un trasplante de riñón. —Digo quitándome los pantalones de pijama.

—Pero, ¿Es reciente o....? —Frunce el ceño.

—Lleva enfermo un año y poco, pero esta mañana le llamaron para decirle que estaba grave. Su segundo riñón empieza a fallar también. —Hablo con el pantalón de chándal a medio poner. —Tengo que acompañarlo al hospital...—Los ajusto a mi cintura.

—Ok, Irish...—Me para y sostiene mis hombros para que la mire. —Sé que tienes esa necesidad de ayudar y salvar a todos, pero no tienes porqué. ¿Lo entiendes? —Me mira a los ojos.

—Liv, a Dylan le dan pánico los hospitales y a ti más; Así que, sí, voy a ir con él. —Confirmo y continúo vistiéndome.

—Vale, pero yo solo digo...—Intenta opinar.

—Liv, sabes que siempre tengo en cuenta tu opinión, pero...—Suspiro. —Pero ninguna va a opinar sobre este tema. Soy consciente de que conozco a Jake de hace menos de un mes y que no le debo nada, pero...Sé que él haría lo mismo por mí. —Le miro con sinceridad, ella duda que contestar.

—Está bien, ¿En que necesitas mi ayuda? —Se encoje de hombros.

Después de conseguir que Jake consiguiese comer algo y subir al coche de Liv junto a nosotros, ya habíamos llegado al hospital. Jake en cuanto aparcamos, salió pitando hacia dentro.

El amor verdadero es caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora