Objetivo seis

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Narra Tsunayoshi Sawada

No entendía a que se referían con guardianes, Gokudera ya lo había mencionado y esta tarde Lambo también declaró que era mi guardián, pero no solo eso si no también estaba el hecho que dijo que era el del rayo y yo era su cielo.

Esperaba que mi acompañante me diera una respuesta, después de todo las demás inquietudes que le he planteado las ha ignorado.

—oh cierto no te explique.

—nosotros no somos una mafia común, en nuestro interior portamos una llamas, solo unos pocos la poseen, en tu caso eres la del cielo.

—¿Cielo?

—Si tu tienes una de las llamas más puras y fuertes, a tu alrededor existen otras seis, la de la tormenta la cual es Gokudera, el rayo, que es Lambo, la lluvia que será el chico que salvaste esta mañana, la de la nube, que será Hibari y la de la niebla, serán dos portadores, pero ellos aun no llegan a Namimori.

Como qué Hibari y Yamamoto estarían metidos en esto.

—por qué ellos dos—pregunto

—no te lo puedo decir.

Fruncí el seño, como odiaba que no me diera ninguna respuesta, suspiré resignado sabiendo que no me dirían nada, me di la vuelta cuando una bala pasa a lado mío.

—¿qué te pasa, pude haber muerto?

—Son de goma, además aun no termino de hablar contigo.

—los guardianes sirven para proteger al cielo, cada uno tiene su función.

—¿función?

Reborn me explico el papel que llevaban cada guardián.

—Una vez que estén todos juntos comenzare a entrenarlos, así que por el momento nos encargaremos de lo académico—dijo mientras colocaba en la mesa varios libros de matemáticas

《No se por que tengo un mal presentimiento》

Narrador omnisciente

Del otro lado de la ciudad se encontraba dos azabaches.

—Reborn ha autorizado que te unas como guardián de Tsuna.

—Entonces ya ha llegado ese día.

—si, es el momento de que Tsuna reclame lo que le pertenece.

En otro extremo de la ciudad para ser exactos en el aeropuerto de Namimori se encontraba un par de mellizos junto a un bebé que cubría su rostro con una capucha.

—no me pagan lo suficiente para ser niñero de ustedes dos, así que andando—ordeno el bebé

Los dos hermanos estaban entusiasmados por ver nuevamente aquella persona que los salvo de aquel laboratorio.

Los dos menores habían escapado de aquel sitio, pero eran perseguidos por un par de guardias y científicos.

A pesar de no tener a un lugar a donde ir querían ser libres. Desde que tiene memoria han estado en el sótano de aquellas instalaciones siendo conejillos de indias para varios experimentos uno de ellos era tener las seis puertas del infierno y para ello Mokuro tuvo que perder un ojo para logar poseerlo, pero su melliza había sufrido la pero parte, Chrome estaba al borde de la muerte cuando la saco de aquella camilla, estaba agonizando por falta de la mitad sus órganos, como puedo logro mantenerla viva con sus llamas de la niebla pero no duraría mucho, sus llamas se estaban agotando y la niña ya no tenía condiciones para seguir huyendo.

El herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora